Los “Escaramujos” son documentos de análisis producidos por Otros Mundos A.C. Les presentamos el último número de la colección, esperando les sirva para sus trabajos en defensa de los territorios. (Ver todos los números del Escaramujo)
EL ESCARAMUJO No. 137
LA AUTOPISTA PALENQUE – SAN CRISTÓBAL
CARACTERÍSTICAS GENERALES
SELVAS, BOSQUES, AGUA Y PUEBLOS AMENAZADOS
Gustavo Castro Soto
Otros Mundos Chiapas
27 de Octubre 2025, San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México
https://otrosmundoschiapas.org/
El 8 de junio del presente año 2025, el gobernador chiapaneco Eduardo Ramírez Aguilar (ERA) inauguró el inicio del proyecto de la autopista Palenque – San Cristóbal de las Casas, en el estado de Chiapas, también llamada “Autopista de Las Culturas” o “La ruta de las Culturas Mayas”. Es un proyecto planteado desde el 2006 y que ahora se inicia en medio de muchas divisiones comunitarias así como polémicas en la opinión pública sobre sus impactos socio culturales y socioambientales. Los datos aquí expuestos son un breve resumen del Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA) presentado por la Dirección General de Impacto Ambiental de La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). Aquí rescatamos algunas características generales.
Toda la construcción de la autopista desde Palenque hasta San Cristóbal de las Casas, en principio, durará 60 meses, cinco años, desde junio de 2025 hasta junio de 2030. Esto significa que se llevará a cabo durante todo el sexenio del gobierno actual de Eduardo Ramírez Aguilar (ERA). Atravesará territorios ch’ol, tseltal y tsotsil, y cruzará los municipios de Palenque, Salto de Agua, Chilón, Ocosingo, Huixtán, Oxchuc, Tenejapa, San Juan Cancuc y San Cristóbal de Las Casas.

La carretera será una autopista tipo A2, lo que significa que tendrá dos carriles, uno en cada sentido. Cada carril tendrá un ancho de 3.5 metros, por lo que de ida y vuelta sumarían 7 metros de ancho de calzada. Además tendrá un acotamiento de 3 metros de cada lado, lo que da un total de ancho de corona de 13 metros que irá serpenteando por toda la selva norte desde Palenque hasta los Altos de Chiapas. Sin embargo, también se contará con un derecho de vía de 80 metros donde se ubicarán a un lado de la carretera maquinarias, oficinas, depósitos, materiales, etc. La velocidad vehicular será de 110 Km/h. Se esperaría que a los 15 años de terminada su construcción se inicie una modernización de toda la carretera.
La carretera contará con túneles, puentes, pasos para la fauna y entronques a zonas turísticas como arqueológicas. El financiamiento será gubernamental y se contratará a empresas constructoras
especializadas.
El objetivo central del proyecto es ganar tiempo en los traslados entre las dos zonas más turísticas del estado: Palenque y San Cristóbal de las Casas. Con ello, aumentar el flujo de turismo en Chiapas así como hacia las zonas arqueológicas y otras zonas eco turísticas de la región selva norte lo que beneficiaría los ingresos del Estado y atraería proyectos de inversión.
Las afectaciones sociales, culturales y ambientales.
En términos generales, toda infraestructura tiene un impacto social y ambiental. El tema es cómo se construye, quién se beneficia, qué se sacrifica, qué impactos sociales, culturales y ambientales se causan y qué medidas se pueden y deben aplicar para causar el menor daño.
La autopista Palenque-San Cristóbal de las Casas tendrá un impacto social, ambiental y cultural irreversible en muchos aspectos aunque se intente justificar que las medidas de mitigación repararían y compensarían los daños causados.
La autopista, además del trazo en sí mismo, implicará abrir caminos provisionales, instalar almacenes, bodegas, patios para maquinarias, estacionamientos, campamentos para oficinas, comedores para los trabajadores, instalaciones sanitarias, ampliar los bancos de materiales, sitios para disposición de residuos, entre otras infraestructuras a lo largo del trayecto de la carretera.
Este proyecto conllevará irremediablemente la deforestación de la selva y de los bosques. También tendrá un fuerte impacto en la fragmentación y aislamiento de ecosistemas, la dispersión de especies exóticas así como la disminución de las poblaciones de especies de flora y fauna nativas. La construcción de la autopista implicará cambios de uso de suelo que le permita la tala de bosques y selvas. Al romper los corredores de la fauna pondrá en mayor riesgo a muchas especies tanto de flora como de fauna en peligro de extinción o que están protegidas en toda la región.
Habrá contaminación de suelos, del aire y de agua al tiempo en que se fragmentarán ríos y arroyos. Los bancos de arena y grava ya existentes en cada municipio se agrandarán para poder extraer el material para la construcción de la carretera.
Aunque a lo largo de la autopista se construirán túneles, puentes, pasos para la fauna, entre otras infraestructuras, la carretera cruzará por muchos arroyos y ríos, y en muchos casos afectará los corredores fluviales. Habrá del mismo modo impactos sobre la contaminación de las aguas por aguas residuales, desechos líquidos y sólidos, aceites, lixiviados y otros derrames que suelen registrarse en este tipo de obras. La contaminación con el ruido será otro factor que impactará a la fauna y sobre todo a muchas especies protegidas o en peligro de extinción que hay en toda la región. El MIA contempla el ahuyentamiento de la fauna con diversas formas de generar ruidos que los alejen de sus hábitat por donde cruzará la autopista.

La flora y la fauna se verán afectadas por la emisión de partículas provocadas por el movimiento de tierra, el transporte de materiales, la extracción de grava de los bancos de materiales en cada municipio. También por el uso de combustibles para el transporte y maquinarias se emitirán gases contaminantes como monóxido de carbono (CO), hidrocarburos no quemados (HC), óxidos de nitrógeno (NO2), dióxido de azufre (SO2), clorofluorocarbonos, dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), partículas suspendidas, entre otros.
La construcción de la carretera implicará cambios de uso de suelo con el fin de permitir la tala de árboles y una consecuente deforestación y empobrecimiento de los suelos, poniendo en mayor riesgo a las especies en peligro de extinción.
El proyecto de la carretera cuenta con momentos claves en que se provoca la deforestación. Durante la etapa de preparación del sitio para la construcción de cada tramo de carretera se destaca el “Desmonte” que es la tala de árboles y arbustos; la eliminación de la vegetación en el derecho de vía así como en el trazo de la carretera misma, pero también en las zonas de bancos, de canales y en las áreas que se destinen a instalaciones o edificaciones, entre otras. También conlleva la Roza, que consiste en cortar y retirar maleza, hierba, zacate o residuos de siembras; y el desenraice, que consiste en sacar los troncos o tacones con o sin raíces.
La carretera cruzará el corazón del mundo maya, de pueblos originarios tseltales, choles y tsotsiles. Por ello, esta autopista provocará el rompimiento de corredores culturales, lugares de peregrinación, cerros y montañas sagradas para los pueblos originarios, fuentes de agua ceremoniales, e incluso corredores productivos por bloquear o dificultar el acceso a terrenos de siembra.
Un proyecto de estas características en regiones de pueblos originarios provoca desplazamiento, más pobreza, división, migración, abandono de cosechas y especulación de tierras presionadas por proyectos inmobiliarios y de turismo. No es lo mismo conectar con caminos a los pueblos originarios que conectar a los polos turísticos.
Para todas las afectaciones se proponen supuestas medidas de prevención y de mitigación ambientales, aunque no se toman en cuenta los culturales con el “propósito principal prevenir, minimizar, atenuar o compensar los impactos ambientales adversos ocasionados por el desarrollo del proyecto”. Sin embargo, ¿quién va a vigilar que estas medidas se cumplan? ¿La misma empresa constructora con su ‘mecanismo de monitoreo’? ¿Serán las comunidades y regiones afectadas informadas sobre la aplicación de las medidas de prevención y mitigación? Por supuesto que no.
Esta autopista modificará el territorio en términos culturales, políticos y económicos. Podrá romper
mecanismos de gobernanza comunitaria; podrá generar especulación sobre terrenos ejidales y comunales para la instalación de diversos negocios, gasolineras, estaciones, restaurantes, cobros para el acceso a lugares eco turísticos ya de por sí disputados.
Las supuestas consultas
En el Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA) se informa que “el proyecto ha sido sometido a un riguroso proceso de consulta con las comunidades locales, asegurando que se alinee con las necesidades y aspiraciones de la región. Con el apoyo de las autoridades del sector agrario, se identificó quiénes son los dueños de estas propiedades, así como la cantidad de terreno que afecta el trazo, ya sea esta de manera individual, local, regional y general.” Se afirma también que “Se llevaron a cabo entrevistas con líderes comunitarios, propietarios de tierras y ejidatarios para obtener una perspectiva local sobre el uso y la importancia de la tierra. Se mantiene un diálogo abierto y constante con las comunidades locales, asegurando que sus preocupaciones y sugerencias sean integradas en la planificación y ejecución del proyecto.”
Obviamente, los presidentes municipales que hubieran estado en contra del proyecto o de su trazo, sucumben ante la presión de los poderes del estado. Prácticamente todos las administraciones municipales por donde cruzará la carretera, han dado su beneplácito para este proyecto. Y, como dice el MIA, “En el caso de invasiones en el derecho de vía, se buscará un acuerdo benéfico con los grupos sociales que, por necesidad, se hayan visto obligados en asentarse irregularmente”, que por lo general es bajo la presión o el desalojo. El documento también confirma que “En el caso de las estaciones, los propietarios (individuales o comunitarios) podrán aportar los terrenos para convertirse en socios del desarrollo local.”
Sin embargo, las protestas comunitarias son tan viejas como el proyecto mismo. En el 2014 la movilización de las comunidades en los municipios de Huixtán, Tenejapa, Oxchuc, Cancuc, Pantelhó, Altamirano, Ocosingo, Chilón, Yajalón y Tumbalá, fueron muy significativas. Los pobladores reclamaron la falta de consulta, las amenazas por parte de autoridades de los gobiernos estatal y municipal. En algunas comunidades realizaron sus propias consultas ratificando el rechazo rotundo al trazo de la carretera. Y es que el problema no son los caminos, las carreteras. Las comunidades desea infraestructura que los comunique, pero en función de sus necesidades, no de los negocios inmobiliarios, turísticos o que favorezcan las arcas del Estado. En aquel año de las movilizaciones de 2014 las comunidades manifestaron con razón que “Donde está el trazo, casas, terrenos, parcelas… lo que tengan (los pobladores), lo van a invadir”. También advertían que el tipo de carretera solo atraería la actividad extractivista y el saqueo de los territorios sobre la región además de que no sería gratuito el paso de los vehículos.
Diez años después el gobierno presenta la última versión del trazo de la carretera en sus primeros tramos. En marzo de 2025 el gobernador Eduardo Ramírez Aguilar realizó una supuesta consulta en los municipios de Palenque, Ocosingo, Chilón, Salto de Agua y Tumbalá, y afirmó que “la mayoría de la población votó a favor de la construcción”. Pero en realidad fue la minoría.
En el municipio de Palenque que rebasa los 132 mil habitantes, se presumió que se obtuvieron 14 mil 871 votos a favor de la carretera, lo que equivale al 11.2% de la población. En Salto de Agua con más de 64 mil habitantes solo se manifestaron 8 mil 898 (el 13.9%); en Tumbalá con más de 38 mil habitantes votaron a favor 348 (el 0.9%); en Chilón con una población de más de 138 mil habitantes votaron a favor 5 mil 156 personas (el 3.7%); y en Ocosingo con una población de más de 234 mil habitantes votaron a favor 10 mil 48 personas (el 4.2%).
En este contexto, el Movimiento en Defensa de la Vida y el Territorio (Modevite), presentes en muchos municipios de la región y quienes fueron galardonados con el Premio a la Defensa Ambiental en Chiapas “Mariano Abarca” 2019, reiteraron su rechazo al proyecto de la carretera, exigieron “respeto” a sus derechos, un alto al despojo y una consulta libre, previa e informada para los pueblos originarios. Manifestaron que “no permitiremos que nos arrebaten nuestra tierra y nuestros recursos”. En una conferencia de prensa manifestaron que la autopista “viola nuestro derecho a la libre determinación, al territorio y a vivir en armonía con la naturaleza y a un medio ambiente sano, seguro y sustentable”. Argumentaron que “desde sus orígenes, el proyecto ha sido discriminatorio, racista y excluyente de quienes trabajamos la tierra y habitamos el territorio”. Para el Modevite, “la carretera no se ha podido construir gracias a la resistencia de las comunidades organizadas que han surgido ante la falta de información oficial y transparencia sobre el proyecto”. Negaron que la consulta haya sido adecuada ya que “las autoridades no respetaron nuestro derecho de acceso a la información ambiental, social, cultural y de ejecución del proyecto”, y además “no se informó previamente a las comunidades, quedando la invitación sólo por redes sociales, no llegando a las comunidades en donde no hay señal de teléfono, además de que las casillas fueron colocadas en las cabeceras municipales; fuimos testigos de las anomalías, pues había gente que no era del municipio y pudo votar, decidiendo por un territorio que no es suyo; los verdaderos dueños y directamente afectados no fueron tomados en cuenta”.
Mientras el Modevite lanza su Declaratoria de Pueblos Libres de Megaproyectos, interpone amparos en el marco de las reformas a la Ley de Amparos que pondrá obstáculos para que megaproyectos impulsados por los gobiernos no sean detenidos por este derecho.
Pese a todo, el gobierno del Estado inicia así la construcción del primer tramo de la carretera en junio de 2025. Y la criminalización contra las defensoras y defensores de los derechos humanos no cesa. Los interesas creados en este proyecto procurarán que su construcción no se desvíe ni se interrumpa. Si la estrategia de contención por la vía de la movilización social ni por la vía legal tienen éxito, quizás se podría incidir como observatorio social para que las medidas de mitigación de los impactos sociales y ambientales contemplados en el MIA sean cumplidos a cabalidad. Esta es la lucha que libran los pueblos por defender la vida. Por ello invitamos a apoyar las luchas que se multiplican por todo el mundo en defensa de los bosques, las selvas, los ríos, la biodiversidad, porque estemos donde estemos, todo el Planeta nos beneficiaremos del éxito de estos esfuerzos por defender las selvas, los bosques, y la vida de los pueblos. Apoyemos las Peticiones: https://www.salvalaselva.org/peticion