deFondho Julio 2016 Número 9

Centro ProDH

Hoy, en todo México, hombres y mujeres organizados recurren a sus conocimientos ancestrales, vuelven al origen de su cohesión, usan de manera alternativa y creativa el derecho y reflexionan en colectivo para enfrentar el despojo territorial que se cierne sobre pueblos y comunidades debido a los megaproyectos y la reforma energética.

En la medida en que este despojo territorial redunda en el rompimiento del tejido comunitario, nos encontramos ante un tema que requiere especial atención y que es, sin duda, otra cara de la crisis de derechos humanos que enfrenta nuestro país.

La defensa de la tierra y el territorio se ha convertido así en una misión fundamental para pueblos, ejidos y comunidades ante políticas públicas y empresariales que priorizan al extractivismo como fuente de energía y acumulación de capitales a bajo costo.

Desde la perspectiva de los derechos humanos, tanto en el reconocimiento de los Derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (desca) como en el de los Derechos colectivos de los pueblos indígenas (dcpi) aún hay mucho por avanzar, sobre todo en la existencia de mecanismos adecuados para su justiciabilidad.

Resoluciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y, de forma incipiente, algunas de la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación, han sentado precedentes que reconocen los derechos de los pueblos por encima de ambiciosos proyectos empresariales. Sin embargo, la experiencia muestra que en algunas regiones no bastan las resoluciones judiciales, pues a pesar de que pueblos y comunidades obtienen relevantes victorias en los juicios que emprenden, se siguen enfrentando no sólo contra poderosos intereses económicos, sino también contra gobiernos que no cumplen sus obligaciones e incluso contra el crimen organizado, prohijado desde el poder estatal.

Uno de los aprendizajes que ha dejado este contexto es que el desarrollo de estrategias preventivas, antes que reactivas, genera mayores posibilidades de defensa. El fortalecimiento comunitario y la participación activa de las mujeres constituyen dos pilares esenciales en la defensa de la tierra y el territorio, desde esta perspectiva de prevención.

En esta edición de Defondho, que busca mostrar un panorama general sobre los desafíos que enfrenta hoy en día la defensa de los territorios indígenas en México, se destacan el análisis y la experiencia de comunidades y organizaciones que día con día enfrentan la batalla del ejercicio de su autonomía para seguir siendo lo que son y lo que quieren ser.

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México. Manual: la defensa de los derechos humanos frente a proyectos de despojo

Habitat International Coalition

Desde hace algunos años los pueblos y las comunidades indígenas, afrodescendientes, campesinas y urbanas de México y de toda la región, se encuentran amenazadas por la imposición en sus territorios de proyectos de “desarrollo e infraestructura” —o también “proyectos de despojo”— que vulneran sus derechos y están ligados a un modelo de explotación de la naturaleza que no tiene punto de comparación con procesos previos.

Frente a este modelo, han surgido múltiples formas de defensa de los territorios, los bienes comunes, las diferentes culturas y modos de vida, numerosas de las cuales implementan estrategias basadas en los derechos humanos. Con el objetivo de reforzar estas estrategias y de compartir las lecciones aprendidas en el marco de la lucha del Movimiento Mexicano de Afectados por las Presas y en Defensa de los Ríos (MAPDER) y de sus aliados, el presente Manual para la Defensa de los Derechos Humanos frente a los proyectos de despojo desglosa los 13 derechos humanos que con mayor frecuencia resultan afectados por estos proyectos. Además, busca identificar las leyes y tratados que los reconocen pero sobre todo, ofrecer algunas soluciones prácticas para que comunidades, movimientos sociales y organizaciones puedan defenderse frente a su violación. Conscientes de que el de los derechos humanos también es un campo en disputa, este ejercicio se desarrolla recurriendo a las interpretaciones que resultan más favorables a los pueblos.

 

Este Manual está entonces especialmente pensado para los defensores y defensoras comunitarios; las organizaciones defensoras de derechos humanos, y las personas afectadas por un proyecto de desarrollo: cualquier propietario/a, poseedor/a, avecindado/a, arrendatario/a y ocupante que pierde tierras, viviendas, bienes personales tangibles e intangibles a causa de un proyecto de desarrollo, así como personas que sufren otros tipos de violaciones a sus derechos humanos (pérdida de empleo, pérdida o restricción de acceso a medios de vida como recursos pesqueros, forestales, etc., de los cuales su subsistencia depende) a raíz del mismo.

***

El texto estuvo a cargo de Maria Silvia Emanuelli (Coalición Internacional para el Hábitat, Oficina para América Latina) y Claudia Gómez Godoy (Colectivo de Abogad@s) con el apoyo de Angélica Castro Rodríguez y Ana María García Arreola (Servicios para una Educación Alternativa a.c.) y de María González Valencia (Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario a.c.). Cada una de estas personas colaboró también en la elaboración del Protocolo antes mencionado.  Diseño: Tania Hernández / Ilustración: Jazbeck Gámez. Esta publicación es financiada con recursos de la RLS con fondos del BMZ, por MISEREOR y Pan por el Mundo y está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0 Internacional (cc by-nc 4.0). Usted es libre de compartir y adaptar el material siempre y cuando se brinde crédito de manera adecuada y no se utilice con fines comerciales.

Descarga el libro completo en este enlace.

Índice de contenidos:

Empoderadas / protección integral para mujeres defensoras

Brigadas Internacionales de Paz (PBI por sus siglas en inglés), tiene el gusto de compartir una toolkit (caja de herramientas) en línea, que pretende ser una guía sencilla y accesible a aquellos recursos en línea para mujeres activistas latinoamericanas que trabajan para la defensa de la tierra y del medioambiente. Basada en el principio de protección integral, incluye no sólo recursos sobre la seguridad física, sino también recursos sobre otras áreas que han identificado de igual importancia tales como la financiación, el cabildeo y el auto-cuidado. Estos recursos pretenden ayudar a que las defensoras puedan trabajar en un entorno más seguro, y en grupos y organizaciones más sostenibles.

empoderadas-pbiLa Toolkit está destinada para las defensoras de la tierra y el medioambiente en reconocimiento a los riesgos específicos que enfrentan. Las defensoras afrontan poderosos intereses económicos, frecuentemente en zonas rurales aisladas, con los desafíos adicionales de ser mujer, corriendo el riesgo de agresiones basadas en el género y / o la estigmatización por su trabajo. Muchas son indígenas o afrodescendientes y pueden verse sometidas a discriminación y marginación adicionales.

 

La Toolkit está dirigida a defensoras, miembros de organizaciones de mujeres, mixtas, o
que actúan de forma independiente. Incluye vínculos a publicaciones que brindan sugerencias y consejos y a sitios web de organizaciones relevantes. Las áreas que cubre son los siguientes:

  • cabildeo
  • redes
  • financiamiento y recaudación de fondos
  • apoyo de emergencia
  • seguridad y protección
  • salud y auto-cuidado
  • pasantías y premios
  • formación y desarrollo de capacidades
  • apoyo legal
  • normas internacionales de derechos humanos

Está disponible en inglés y español en http://www.herramientadefensorasderechostierra.org

Vía Movimiento M4

La defensa del territorio es por la vida

Por Miguel Ángel Mijangos (1)

¿Por qué defender el territorio?

defender-el-territorio-1Dentro del contexto en el cual trabajamos, la palabra defensa siempre nos lleva a pesar en acciones para la protección o salvaguarda ante un peligro latente o eminente, y muchas veces nuestras reacciones suelen pensarse para uno mismo o lo más cercano de nuestro entorno. No obstante, cuando hablamos del territorio y las amenazas que sobre él se vislumbran, nuestras acciones y pensamientos sobre su defensa suelen adquirir una dimensión multifactorial y compleja; los interpretamos o relacionamos en función de nuestros propios contextos o circunstancias, de tal manera que podemos reaccionar desde lo local hasta lo global según el caso.

La dimensión del territorio nos lleva a tener muchas y marcadas diferencias sobre cómo lo interpretamos y por ende, igual se diversifican las acciones para defenderlo ante amenazas dadas o potenciales. No es casual entonces que existan y coexistan múltiples actores -mujeres y hombres-, quienes definen sus estrategias de acuerdo a sus propias características y condiciones, y por ello hay quienes las realizan a través de las leyes o lo jurídico, así como también los hay con enfoques citadinos o urbanos, al igual que a partir de lo rural o como sucede también con los pueblos originarios, quienes bajo sistemas de gobiernos locales basados en “los usos y costumbres” definen diversas acciones para la defensa.

 

En términos generales, podemos afirmar que existen y se recrean miles de diferencias entre las acciones y estrategias que se realizan sobre “defensa”, de acuerdo a las condiciones y particularidades de los sujetos para con su territorio.

Derivado de esas características, en algunos casos las y los sujetos o entidades sociales suelen apropiarse del “territorio” a partir de una demarcación o límite geográfico o político, pero generalmente son expresiones sociales que se encuentran separadas o atomizadas unas de otras, como sucede por ejemplo con los municipios o los distritos políticos, en donde la “acción social y colectiva”, no siempre encuentra pluralidad en orden y para la gobernanza (2), aunque por supuesto siempre hay excepciones a la regla.

En otros casos, aun dentro de ciertos “límites geográficos”, y a pesar de tratarse de espacios que han sido “reconocidos o entregados” por otros -por ejemplo los núcleos agrarios-, son las acciones colectivas y comunitarias las que a través de sus expresiones sociales y culturales lo “demarcan en gobernanza”, encontrando su propio crecimiento cultural y espiritual, de tal manera que existen vínculos territoriales de coexistencia para con los bienes naturales, como la tierra, el agua, el viento, la flora y la fauna, sin que sea limitativa a éstos su conexión, así como también es ahí donde se establecen las conexiones espirituales, religiosas y cósmicas, las cuales por supuesto, prácticamente nunca están separadas de lo terrenal. Quienes mejor expresan esta condición “territorio/sujetos” son sin duda alguna los pueblos originarios.

No obstante, sin importar cómo sea que conceptualicemos y vivamos “El Territorio y la Territorialidad”(3), siempre hay factores internos y externos que suelen amenazar y poner en riesgo parte de los componentes que integran al territorio y en consecuencia, ello provocará cambios, alteraciones y modificaciones simples o complejas para un colectivo, mismas que en ocasiones llegan a ser cambios de tipo estructural tan graves, que pueden eliminar -parcial o totalmente-, expresiones culturales e identitarias, tanto individuales como colectivas, expresiones que, entendemos, son esas diferencias que nos hacen distintos entre y para con otros y otras, pero que en el sitio en donde se recrean y construyen son muy parecidas e incluso iguales para con nuestro sujeto colectivo.

Es decir, un factor o elemento amenazante es capaz de alterar la construcción del sentido de pertenencia de los sujetos individuales y colectivos, ya que los sujetos a través de sus interacciones cotidianas, o seleccionan o le imponen “repertorios culturales” que pueden o no responder a sus intereses y aspiraciones personales, así como a las exigencias sociales colectivas; de tal manera que la identidad colectiva se convierte en una construcción subjetiva y cambiante, la cual puede y suele ser transformada de forma acelerada cuando se encuentra íntimamente vinculada al territorio.

Así, por ejemplo, “La Milpa” es un referente común, amplio y múltiple para las familias e individuos campesinos de una misma comunidad, mientras que su siembra, percibida como mero procedimiento técnico a innovar desde una perspectiva externa, la desagrega y descontextualiza, contribuyendo a alterar para siempre procesos ancestrales vinculados a ese referente.

Los rasgos identitarios, herramientas, fechas, ritos, procesos de organización individuales, familiares y colectivos, tipos de semillas, conocimientos ancestrales y climáticos, así como conocimientos nuevos, además de la forma en que se transfieren entre generaciones, son una pequeña muestra de que, bajo las mismas circunstancias del usufructo del territorio en su sentido amplio, es decir, considerando todos los componentes que lo integran, es como se construye la identidad de los sujetos individuales, pero sobre todo la identidad como colectivos desde lo familiar y hasta el pueblo mismo. Una amenaza al sujeto o sobre uno o varios elementos naturales del territorio, necesariamente cambiará la construcción identitaria del sujeto.

Caso Carrizalillo: Ahí opera la empresa Goldcorp. En solamente dos años de operación de la empresa, el 100% de los campesinos dejaron de serlo y el 50% de ellos pasaron de ser dueños de su tierra, a ser trabajadores proletariados y empleados de una actividad nueva y por lo tanto, desconocida. Su satisfacción de ser pueblo cedió ante la satisfacción de tener dinero. Actualmente en Carrizalillo, tanto el territorio como los sujetos dejaron de conformar el pueblo que eran: la mitad han sido despojados y desplazados y ahora su población ha tenido que dispersarse por varias entidades del país.

En contrasentido… ¿qué pasa cuando a través de la resistencia de las y los sujetos, se organizan acciones para la defensa del territorio ante las amenazas que los ocupan? El sujeto y su colectivo refuerzan y fortalecen sus lazos identitarios, depuran su sentido de pertenencia y con ello se adhieren aun más a sus bienes colectivos concentrados al interior del territorio, ese territorio que definen y delimitan geopolíticamente o que delimitan con o sin linderos, pero que recrean en su cotidianeidad terrenal, espiritual y celestial y que, en conjunto, otros conocen como cosmovisión.

Derivado de lo anterior partimos de una premisa: No hay sujetos colectivos sin territorio. En otras palabras, sin territorio él/los sujetos son incapaces de recrear la totalidad de los elementos que permiten construir un proceso identitario sólido y capaz de articularse a otro y con otros en solidaridad; por lo tanto, se ven forzados a romper su propia naturaleza de lo comunitario que responde al sujeto social colectivo, y en consecuencia, aflora el individualismo y el sujeto se vuelve incapaz para ejercer sus propios procesos relacionados a la libre determinación y de auto-adscripción, a la vez que le cuesta mucho más su construcción espiritual; por lo tanto, es más fácil que se encuentre desconectado de sus creencias, deidades, religiosidad y por ende menos capaz de construir una CULTURA COLECTIVA PROPIA .

Es por ello que deseamos señalar que cuando hablamos de la defensa del territorio, por supuesto va implícito y está interconectado el sujeto colectivo, que no el sujeto individual. Defender el territorio implica defender el sentido de pertenencia y el proceso identitario de los sujetos colectivos, al igual que defender el sentido identitario es a la vez defender el territorio.

Caso Wixárikas contra la empresa First Majestic: En la Isla del Rey nacieron los Wixárikas, y desde ahí inician sus peregrinaciones hasta el Cerro del Amanecer, en San Luis Potosí, donde recrean el nacimiento del Sol. El cosmos huichol puede considerarse etnocéntrico. Todo el mundo es una “gran casa”, Una comunidad (kiekari). Las fuerzas o elementos de la naturaleza son considerados deidades, al mismo tiempo que sus antepasados y parientes de los huicholes. El centro del mundo se ubica dentro del territorio huichol. La cosmovisión Wixárika no separa tajantemente entre los ámbitos de la naturaleza, de la sociedad y de lo sobrenatural o sagrado. La empresa minera amenaza con destruir ese lugar sagrado y si ello sucede moriría el pueblo Wirárika, pero también el mundo entero.

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No debe sorprendernos que la defensa del territorio sea siempre de tipo multifactorial, puesto que el territorio es quien acuerpa la propia vida; ahí es donde nace la naturaleza; ahí se forman los sistemas ecológicos gracias a la combinación de elementos biológicos, físicos y químicos que suelen ser transformados por la acción del uso de los sujetos sociales (patrimonio biocultural). Por lo tanto, el usufructo también crea vida nueva y diferente dentro de un territorio, vida en donde de por sí ya la hay, pero también si durante su uso se pierde el enfoque y la visión de la importancia de lo multifactorial, entonces puede también generarse la muerte.

En ese sentido, si coincidimos en que la defensa del territorio es multifactorial y no está asociada a una acción en particular sobre el territorio en su sentido amplio, sino a partir de sus vínculos con los sujetos que lo usufructúan, pensamos entonces que será más fácil comprender e identificar qué tipo o cuáles son las amenazas que rondan por el territorio y con ello, amenazan y ponen en riesgo la propia vida de sus componentes, entre estos a los propios sujetos colectivos.

Enlistemos algunos casos para la reflexión y provocación:

  • ¿Los agroquímicos amenazan al territorio? O sólo al sujeto que los utiliza o a quien los consume a través de los productos que se originan con ello?
  • ¿El consumo y/o la siembra de transgénicos amenazan los procesos identitarios de los pueblos y por lo tanto, también al territorio?
  • ¿La ley de hidrocarburos amenaza al territorio?… ¿amenaza a la nación? ¿O es el modelo extractivo, es decir, la forma en la que se explota el petróleo la amenaza real?
  • ¿La privatización de los bienes naturales destruye la identidad de los pueblos?
  • ¿Cuidar a la naturaleza a través del “pago de servicios ambientales” amenaza el territorio?
  • ¿Los subsidios, por ejemplo el programa de Combate contra el Hambre o el programa Oportunidades ahora denominado Prospera o el Procampo son una amenaza al territorio, a la identidad y por lo tanto a la cultura?

Por supuesto, el anterior es un listado muy corto en comparación con la gran cantidad de procesos que hoy y desde hace años están amenazando al territorio, sin dejar de observar que en varios lugares ya no son meras amenazas, sino que ha iniciado la destrucción del mismo.

Sin embargo, en ese mismo contexto, debemos observar que justo bajo esas mismas circunstancias de amenazas y hechos reales, es donde también se recrean procesos para la defensa territorial desde posiciones integrales e integradoras, porque primordialmente se plantean bajo un enfoque inequívoco: La defensa de la vida.

La legalización del despojo

En toda Latinoamérica y no sólo México, vivimos una larga trayectoria de cambios políticos y de políticas que han estado ratificando y consolidando a los actuales sistemas de poder que hoy ya tienen en total subordinación y dependencia a naciones enteras. Desde nuestro punto de vista, ello no ha sucedido por casualidad, por errores de rumbo o por falta de dirección en los mandos superiores o gobernantes, sino todo lo contrario; hay una clara tendencia de “ir acomodando” paulatinamente todo aquello vinculado con los bienes naturales para la adquisición de ganancias, de construir condiciones para crear monopolios estructurales bajo la lógica del poder/fuerza por sobre la soberanía y la democracia, así como la apuesta cuasi idiota, de que este planeta puede aguantar todas las atrocidades que podemos ocasionarle, en aras del progreso y desarrollo, a partir del afamado desarrollo tecnológico. El capitalismo vil a todo lo que da.

Actualmente varios análisis nos llevan a ubicar por lo menos cuatro causales que consideramos forman parte de la columna vertebral de lo que padecemos hoy:

1. Las Reformas a las constituciones nacionales latinoamericanas bajo el eslogan comercial de las llamadas “reformas estructurales”, en donde se pone de manifiesto una serie de iniciativas de leyes que abonan a “la legalidad” del usufructo insostenible de los bienes naturales de las naciones y el consecuente despojo del territorio que se encuentra totalmente articulado al franco adelgazamiento de los derechos humanos individuales y colectivos.

2. La Alineación de las naciones para que asuman como “única e inequívoca forma de progreso y desarrollo” al proceso económico conocido como globalización, que no es más que reafirmar al ya conocido sistema capitalista, sistema que hace apenas unas cuatro décadas dejó de ser ejercido por las naciones, para ahora ser implementado a través de los corporativos empresariales y sus dueños, quienes son seres incapaces e insensibles ante su mayor resultado, que no único: el incremento de la desigualdad social.

3. El Debilitamiento de los gobiernos como estado/nación, para ocupar un rol sumiso ante el poder económico de capitales privados, ha llevado a que abandonen a los sujetos y sus circunstancias -incluidos sus bienes naturales-, como punto central para el progreso, para ahora dar prioridad a la “inversión/dinero/especulación” como única condición para el cambio social. En el caso mexicano ello se traduce en la ruptura total del pacto social logrado durante el proceso de la revolución iniciada en 1910.

4. El Incremento y fortalecimiento de las fuerzas de “seguridad” nacional e internacional, incluyendo la creación de grupos de choque, paramilitares y grupos armados que actúan en contubernio con el gobierno y el crimen organizado, y que son utilizados o azuzados para destroncar las protestas, movilizaciones y resistencias que este mismo modelo depredador genera. A este destronque se le conoce políticamente como “la criminalización de la protesta social”.

La alineación de estos cuatro elementos ha ocasionado que hoy tengamos una franca tendencia a la eliminación de la vida colectiva. Esa tendencia es mencionada atinadamente por el Papa Francisco en su encíclica como “la cultura del descarte”; es decir, lo que no sirve a los intereses corporativos y financieros simplemente se desecha. El modelo global rompe el bien común organizado, atenta contra la cultura fruto de la creación por el usufructo y sabiduría de los pueblos, destruye permanentemente la naturaleza como espacio espiritual y de confort, y por ende, su único destino es el “vil despojo” del humano en conjunto con lo que lo rodea. El modelo global casi funciona perfectamente, y aunque varias voces lo pongan hoy en contradicción, la verdad es que a los intereses y objetivos para los que fue creado, funciona de maravilla. Por ello, aunque estemos ciertos y seamos racionales respecto a lo que nos ocurre, casi es imposible que -de forma individual o como colectivos-, no estemos inmersos en muchos de los componentes mismos que le dan vida propia al sistema global capitalista.

Al modelo global lo han hecho ley para de esa forma convertirlo en un proceso de vida para cuasi 7 mil millones de personas, quienes lo retroalimentamos de manera cotidiana bajo el frenesí del consumo y de los servicios para que, de esa manera, el sistema continúe operando a la perfección a pesar de la insatisfacción, opresión y despojo que nos ocasiona.

En síntesis… el sistema capitalista se afianza de forma hegemónica y homogeneizadora bajo la denominada política de la globalización, misma que ha encontrado en el extractivismo y el monopolio oligárquico, una forma de vida que se retroalimenta mediante el dominio, la fuerza y la imposición. No tiene alma, ni territorio, ni espíritu, ni deidades, ni moral, menos aun ética y por ello no le importa que su destino concreto sea acabar con la vida. Ese es el sentido actual del Modelo Extractivo. Este es, a su vez, la expresión más relevante de la globalización y es altamente “eficiente” a los fines para lo cual fue creado.

Sin embargo, la lógica de la competitividad y el libre mercado no atenúa sus secuelas y daños, por el contrario… el libre mercado exacerba al máximo sus componentes haciéndolo depredador de sí mismo; por lo tanto, consideramos que ese modelo no cambiará salvo se presenten por lo menos tres condiciones:

  1. Que se agoten los bienes naturales “estratégicos” que lo alimentan
  2. Que la ciencia y tecnología encuentre nuevos recursos que sustituyan a los actuales.
  3. Que se genere un estallido social que modifique sustancialmente el modelo energético en el cual hoy estamos inmersos.

 

Recursos naturales o bienes naturales

defender-el-territorio-3El titulo ya sugiere una discusión de fondo y forma, pero en su apreciación más simplista queremos enfocarnos al hecho de que en el actual modelo global, la naturaleza y sus elementos -todos-, han sido convertidos en productos financieros, y por lo tanto, con valor mercantil para ser explotados bajo la tecnología de mayor avanzada mundial, tecnología que al mismo tiempo es la más irracional y destructiva que ha creado el ser humano.

El modelo extractivo no mira a los bienes naturales en su conjunto, sino al recurso natural específico, porque ese le proveerá de inmensas ganancias y cuando ese recurso haya sido agotado, la ciencia y “desarrollo” habrán encontrado un nuevo componente que pueda suplirlo y con ello continuar con su frenesí extractivo o peor aún, como ya sucede hoy en día, crear vida de laboratorio, sintética o manipulada genéticamente que contribuya a la construcción de monopolios, a la vez que otorgue un mayor control económico global.

Agua, minerales, gas esquisto o gas de lutitas, viento, biodiversidad, semillas y petróleo son los grades componentes que el modelo extractivo requiere para continuar con la dominación de los capitales sobre las naciones. Sin embargo, lamentablemente no sólo se trata de los bienes como elemento/insumo, sino del modo y la forma tan destructiva como son extraídos, generando millones de toneladas de tóxicos que se vuelen montañas inmensas de pasivos ambientales, los que por supuesto no están contabilizados en la fórmula financiera de los corporativos, porque si así fuera, literalmente el modelo extractivo actual sería incosteable económicamente.

Un ejemplo cercano sobre ello sirve para mostrar lo anterior: “La empresa Goldcorp en Carrizalillo, Guerrero, a través de la técnica de extracción a cielo abierto, obtiene, 28 kilogramos de oro al día, pero por cada tonelada de piedras y tierra SOLAMENTE extrae MEDIO GRAMO DE ORO,el resto se convierte en “desechos y desperdicios” llenos de metales tóxicos y otros contaminantes, los cuales afectarán el ambiente por lo menos durante 500 años. Para sacar sus 28 kilos de oro diarios empresa también utiliza 250 MILLONES de litros de agua y le agrega, igual cada día, 18 TONELADAS de cianuro de sodio. En contrasentido, ya se avizora que la propuesta de la nueva ley de aguas en México garantice no más de 50 litros de agua por persona al día. La irracionalidad hecha ley garantiza mayor acumulación y concentración de ganancias para los que de por sí ya tienen riqueza económica, mientras que al resto de la población esas leyes le administran precariamente el uso de los bienes naturales básicos.

La defensa de la vida es la fuerza de las resistencias

Es obvio que el despojo se sufre en carne propia; se despoja al ser humano de su salud; se le despoja de su identidad y cultura; se le despoja del ambiente limpio y sano; se le despoja de la naturaleza y la biodiversidad; se le despoja de la comunalidad; se le despoja de la tierra, del agua, del viento, y se le despoja y desplaza del territorio muchas veces con apoyo del crimen organizado.

No obstante, cuando las mujeres y hombres viven esas circunstancias, también suelen encenderse o activarse nuevas disposiciones y actitudes para la defensa de la vida y en contra del despojo y el desplazamiento.

Aún cuando en ese contexto, las resistencias suelen presentar diversas características, básicamente la principal diferencia radica en que no es lo mismo resistir ante el potencial ingreso de un megaproyecto a un territorio, a resistir e intentar sacar de su tierra un megaproyecto ya instalado y funcionando, sobre todo porque en el segundo caso ya se tiene encima no sólo a la empresa, sino a todo el Estado y su marco jurídico que para ello ha creado, el cual, como ya hemos señalado, literalmente está diseñado y establecido para facilitar el despojo del territorio y de los bienes naturales de los pueblos.

En el escenario de las resistencias, quizás las que más nos preocupan y ocupan, son las masivas resistencias de conciencia pero que no se traducen en acciones recurrentes y cotidianas, porque consideramos que no es suficiente ser consciente de la problemática que enfrentamos si no realizamos acciones directas y concretas que pretendan lograr un cambio parcial o total sobre esa problemática. De esta diferencia entre pensar y actuar a la vez, es donde surge el activismo, surgen los activistas, aquellas y aquellos que se suman a esta lucha desde lo local hasta lo global en contra de la globalización y el modelo extractivo. Conocer, saber y hacer, son hoy tres facetas necesarias de una responsabilidad social que va más allá de la simple participación ciudadana abstracta, y si la responsabilidad se logra en alianza con otras y otros, se abona a la defensa de la comunalidad, al sentido de pertenencia y en consecuencia a la solidaridad.

Como última reflexión… ¿cómo hacer que las diversas y diversidades de la luchas se integren en un sólo frente y dejemos de ser luchas monotemáticas? Requerimos que una sola conciencia asuma esta lucha global “a favor de la vida”, por lo tanto, juntarnos es la vía, pero cómo hacerlo es el reto que tenemos enfrente.

Notas:
(1) Miguel Ángel Mijangos Leal, integrante de Procesos Integrales para la Autogestión de los Pueblos (PIAP, A. C.), asociación civil que trabaja en la región de la Montaña de Guerrero y en la región Istmo/Zanatepec de Oaxaca, sobre procesos de planeación territorial participativa, manejo adecuado de bienes naturales y estrategias para la defensa del territorio. PIAP es integrante de la Red Mexicana de Afectados por la Minería -REMA-, Red que a su vez se integra al Movimiento Mesoamericano en contra del Modelo Extractivo Minero -M4-.
(2) Otro ejemplo ocurre en las ciudades: dentro de una colonia dada, se forman territorialidades que suelen dar forma a barrios en los que por ejemplo, grupos de jóvenes se apropian de espacios para el desarrollo de sus propios procesos, sin que ello haya pasado por definiciones u acciones del conjunto de quienes ahí habitan. En este tipo de casos el espacio público suele ser administrado por el gobierno local, pero pocas veces por los ciudadanos, lo que genera apropiaciones del mismo desde otra lógica y perspectiva.
(3) En un sentido simple aunque a la vez complejo, se entiende por territorialidad; la gobernanza, es decir, la organización y conducta que cierto grupo social determina para un territorio o zona determinada.

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Violencia contra las periodistas amenaza la libertad de expresión

Este artículo forma parte de una serie elaborada por IPS, con motivo de la celebración del Día Mundial de la Libertad de Prensa, el 3 de mayo.

Por Tharanga Yakupitiyage (IPS)

Para las periodistas, la violencia y la intimidación no son solo problemas que aparecen en zonas de conflicto, son una experiencia cotidiana en todas partes del mundo que les impide el correcto desempeño de su profesión y atenta contra la libertad de expresión.

“Ya no tienes que estar en zona de conflicto para que te violen”, se lamentó el último miércoles de abril la periodista del diario The New York Times, autora de The Taliban Shuffle: Strange Days in Afghanistan and Pakistan (La confusión Talibán: Días extraños en Afganistán y Pakistán), Kim Barker, en el marco del lanzamiento de un nuevo libro que documenta los abusos y el acoso cotidianos que experimentan las reporteras en el ejercicio de su profesión.

Tras escribir un editorial en el que contó su experiencia de acoso sexual en el terreno, Barker relató que una persona que lo comentó en Internet la llamó “gorda” y “poco atractiva” y le dijo que “nadie querría violarla”.

El Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, en inglés), con sede en Nueva York, decidió enfocar la edición de este año de su serie de “Ataques contra la prensa” en el acoso basado en cuestiones de género, de violencia sexual y de agresión física que sufren las periodistas por las consecuencias que el tema tiene para la libertad de prensa.

 

“En sociedades en las que las mujeres tienen que luchar por tener el control sobre sus propios cuerpos, tienen que luchar para reafirmar sus derechos en el espacio público, ser una periodista es casi una forma de activismo”, explicó la reportera de televisión egipcia Rawya Rageh, en el lanzamiento del libro.

La mayor parte del abuso se da en Internet, donde los agresores se esconden detrás del anonimato del espacio para comentarios.

Según el Centro de Investigación Pew, 40 por ciento de los usuarios de Internet han experimentado algún tipo de acoso en ese espacio. Los hombres también soportan agresiones, pero el abuso hacia las mujeres tiende a ser más severo, incluso el acoso sexual y las amenazas de violencia.

Por ejemplo, una periodista informó a la Fundación Internacional de Medios de Comunicación de Mujeres (IWMF) que un trol la había amenazado con “cazar su carne humana”.

Alessandria Masi, corresponsal del International Business Times en Medio Oriente, recordó los comentarios que recibió por un ensayo en un libro de CPJ: “Me agredió el Ejército Electrónico Sirio por escribir un artículo que criticaba al presidente Bashar al Assad y me preguntó con cuántas personas había tenido que mantener relaciones sexuales para que me lo publicaran”.

El abuso en Internet es un síntoma del arraigado sexismo que está generalizado, coincidieron muchas de las participantes.

La profesora de derecho de la Universidad de Maryland y autora de “Hate Crimes in Cyberspace” (Crímenes de odio en el ciberespacio), Danielle Keats Citron, señaló que el acoso por cuestiones de género “refuerza los estereotipos de género”, que percibe a los hombres como dominantes en el ámbito laboral, mientras que las mujeres son objetos sexuales que no tienen lugar en los espacios de Internet.

Pero las amenazas no se quedan en Internet, también se manifiestan en el mundo real.

La subeditora del diario colombiano El Tiempo, Jineth Bedoya Lima fue secuestrada y violada en 2000 tras destapar una red clandestina de tráfico de armas en el país.

En 2012, tras escribir sobre los peligros de la mutilación genital femenina, la periodista liberiana Mae Azongo, recibió amenazas de muerte, incluso le dijeron que la agarrarían y la cortarían si no “se callaba”; tuvo que pasar a la clandestinidad con su hija de nueve años.

Un año después, la periodista libia Jawlija al-Amami recibió un disparo de un hombre que se acercó a su automóvil. Si bien sobrevivió, luego recibió un mensaje de texto amenazándola con que moriría si no “dejaba el periodismo”.

Los y las periodistas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBT) soportan peligros similares, añadió CPJ.

Este año, Xulhaz Mannan, editor de una revista sobre cuestiones LGBT de Bangladesh, fue atacado hasta morir en su propia casa.

Pero muchas víctimas de acoso y abusos no denuncian las agresiones.

“Era como uno de esos sucios secretitos de los que no hablas porque tienes que simular que eres una más entre los hombres”, explicó Barker; y se refirió al caso de Lara Logan como uno de los puntos de inflexión.

Mientas cubría la revuelta en Egipto para la cadena estadounidense CBS, en el marco de la Primavera Árabe en febrero de 2011, Logan fue atacada y violada por un grupo de hombres. Durante una entrevista para el programa de televisión “60 minutos”, relató cómo la separaron de sus compañeros, le arrancaron la ropa, la golpearon con palos y la violaron.

Cuando le preguntaron por qué decidió hablar públicamente, Logan dijo que quería romper el silencio “sobre algo que todas hemos experimentado, pero sobre lo que nunca hablamos”.

Una de las razones por las cuales muchos y muchas periodistas no denuncian es porque temen no poder seguir trabajando por su orientación sexual o de género.

“Es una trampa”, subrayó Rageh a los participantes. “No quiero reforzar esa idea de que quién soy o qué soy limitará mi capacidad para cubrir una historia, pero por supuesto que hay un asunto que atender”, prosiguió.

La vicepresidenta de CPJ y editora ejecutiva de Associated Press (AP), Kathleen Carroll, dijo que hace tiempo que la amenaza de la violencia sexual mantiene a las mujeres fuera del periodismo. Pero hay formas de hacer frente a las amenazas que no implican que se excluyan, opinó.

Carroll señaló que hay que proporcionar a las periodistas y también a los hombres buenas herramientas y capacitación. IWMF creó una formación en seguridad con un perfil de género específico para preparar a las mujeres para ambientes hostiles. Eso incluye escenarios de dramatización, evaluación de riesgos y planes de comunicación.

También se necesitan líderes efectivos, informados y comprensivos en las agencias de noticias para ayudar al personal a minimizar los riesgos, añadió Carroll.

Las panelistas coincidieron en la urgencia de que haya una reforma por la necesidad de mujeres en el terreno.

“Cuantas más mujeres hayan cubriendo esas historias, más se hablará de ellas”, apuntó Barker.

En un artículo, Lima reflexionó sobre la importancia de la voz femenina: “nuestras palabras, nuestras letras, nuestra voluntad pueden prevenir que se vulnere la libertad de expresión, que se viole a más mujeres, que se silencie a quienes son la voz de otros. Nuestras palabras pueden avivar una lucha o sepultar por siempre el cambio”.

Traducido por Verónica Firme

“No tengo miedo al poder de empresas”: Canción de una indígena peruana conmueve al mundo (VIDEO)

“Por eso yo defiendo la tierra, defiendo el agua, porque eso es vida. Yo no tengo miedo al poder de las empresas”, proclama Máxima Acuña.

Actualidad RT

Una campesina indígena peruana se llevó este lunes una gran ovación del público estadounidense durante la entrega de un premio medioambiental tras cantar una canción sobre su lucha y pronunciar un breve discurso relativo a su batalla contra una transnacional.

Máxima Acuña, de 47 años de edad, fue galardonada con el premio Goldman, considerado el Nobel del medioambiente, en San Francisco, según SF Gate.

La campesina ha sido distinguida por hacer frente a un proyecto de mina potencialmente peligroso en las remotas montañas de Cajamarca, en el norte de Perú.

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La mujer empezó su discurso con una sentida canción que compuso sobre cómo la compañía minera Newmont quiso quitarle su tierra en los Andes.

“Por eso yo defiendo la tierra, defiendo el agua, porque eso es vida. Yo no tengo miedo al poder de las empresas, seguiré luchando por los compañeros que murieron en Celendín y Bambamarca y por todos los que estamos en lucha en Cajamarca”, afirmó la mujer antes de recibir una atronadora ovación.

Acuña se ha enfrentado en una prolongada batalla legal a la transnacional con sede en Colorado (EE.UU.). Esta reclama una gran extensión de tierra donde se encuentra la propiedad de la combativa peruana.  

Según la Fundación Medioambiental Goldman, Acuña ha sido acosada de manera constante e incluso ha sufrido la violencia de funcionarios locales que actúan de acuerdo con la empresa minera. 

Un premio que no protege

Entre los laureados del premio Goldman en su pasada edición figuró la también activista indígena Berta Cáceres, una de las activistas más reconocidas de la defensa de los territorios de Honduras.

La coordinadora del Consejo de Pueblos Indígenas de Honduras se opuso al proyecto de la represa hidroeléctrica de Agua Zarca, que suponía el desplazamiento de la población indígena de las zonas circundantes del río Gualcarque y fue detenida por ello. Tras su encarcelación, Cáceres declaró ser una “perseguida política” y, posteriormente, fue liberada gracias al apoyo social masivo que recibió.

El pasado mes de marzo la líder indígena del pueblo lenca fue asesinada en su vivienda tras recibir numerosas amenazas de muerte.

A la conciencia. Carta segunda: La justicia social debe ser el “Alma Mater de la ley”

Por Juan Almendares

“No basta filosóficamente con buscar la verdad, sino que hay que procurar filosóficamente realizarla para hacer la justicia y construir la libertad”… La justicia consiste en devolverle a cada uno su dignidad humana… La paz justa es la única alternativa a la violencia (Ignacio Ellacuría).

Queridísima conciencia: La dialéctica de la verdad histórica y la lucha por la dignidad de los pueblos es el camino de la justicia y la libertad

freire-1La justicia no solo puede definirse con la lente de la ley, cuando la ley responde a los intereses económicos y políticos dominantes se transforma en el instrumento violento estructural contra la justicia social. La ley cuando se divorcia de la justicia es la forma jurídica que expresa el poder del capital que aplasta los derechos históricos de nuestros pueblos que se manifiestan en mayor grado en los indígenas, garífunas, familias campesinas y la clase trabajadora.

En este sentido la ley es la síntesis del racismo, clasismo y sexismo patriarcal que tiene su origen y reproducción histórica y estructural en el viejo y nuevo colonialismo, en la mundialización del capital trasnacional que utiliza a los operadores de la justicia legal: jueces, fiscales como integrantes de los cuerpos represivos: militares y policías que estigmatizan, persiguen y violan los derechos a los defensores(as) de la verdad, libertad y derechos humanos y ambientales.

Honduras es un país singular donde se ha concentrado el experimento geopolítico militar, donde la reorganización de la administración de la justicia tiene como eje fundamental la inteligencia que controla la información y vigila, controla y reprime mediante los aparatos: militares, policiales, académicos y fundamentalistas religiosos. Es el experimento que caracteriza a la “democracia encarcelada y a la seguridad embozada”.

 

El experimento no solo es de inteligencia (orejas y cámaras electrónicas); sino también de guerra psicológica, guerra mediática, guerra económica: desempleo masivo, cierre de empresas; fundamentalismo religioso, femicidio, asesinatos de la diversidad sexual, de abogados , periodistas, ambientalistas, campesinos e indígenas y defensoras (es) de los derechos humanos.

Es una guerra total contra el pueblo en una sociedad militarizada y ocupada no solo en el sentido castrense sino ideológico y político por la nación del Norte. Con El Salvador y Guatemala somos parte del “Plan de Prosperidad de los Estados Unidos de América”.

El asesinato de Berta Cáceres, dirigente del COPINH a igual que el golpe de Estado Militar no sólo son fenómenos locales sino están articulados al complejo militar económico transnacional del modelo extractivo minero, represas, agrocombustibles, transgénicos y megaproyectos turísticos. Por lo tanto este crimen simboliza un mensaje de terror del sistema para los que defienden los derechos el agua y de la Madre Tierra: si asesinaron a la mujer galardonada con el Premio Goldman, tenemos la capacidad de reprimir o matar a cualquier ser humano que se oponga a este monstruoso sistema.

La justicia “legal” con injusticia social se refleja en la detención arbitraria del educador mexicano y defensor de los derechos humanos Gustavo Castro; quien al ser testigo y objeto de atentado de asesinato es convertido en forma ilegal e ilegítima en victima de tortura psicológica y tratos crueles inhumanos y degradantes violando la Constitución de Honduras y el derecho internacional. El objetivo es silenciar a los que tienen la vocación humanista de educar a nuestros pueblos sobre el derecho al agua y a la Madre Tierra.

Nuestra historia es representativa de la sevicia del poder; la verdad sobre los responsables de los desaparecidos, el asesinato de la dirigente campesina Margarita Murillo y más de un centenar de dirigentes campesinos ni ha sido develada porque en la practica la ley en Honduras sirve en su mayor dimensión para ocultar la verdad y favorecer la impunidad.

Según el Informe Honduras 2015 del sociólogo y defensor de los derechos humanos Roberto Briceño: “La policía y los organismos de seguridad y justicia por omisión o por acción fomentan la impunidad principal factor de incremento de la violencia y los actos criminales en el país. Los informes acerca de la frecuencia de hechos criminales coinciden en que entre el 90 y 96 por ciento de los hechos no se investigan. La policía omite investigar las causas de los hechos culpando con estigmas a las víctimas con los cliché de ‘pelea de territorios’, ‘pleito entre maras’ o capturando a cualquier acusado para justificar su aparente función eficiente”.

En cuanto a los crímenes contra los dirigentes del COPINH: Tomas García que antecede al asesinato de Berta Cáceres y posterior al mismo de Nelson García; así como la persecución contra dirigentes campesinos del Aguan, del Valle de Sula y del Occidente del país son indicadores de la impunidad e injusticia social.

Según el jurista y epistemólogo Allan Norrie la dialéctica de la totalidad social amenaza la lógica analítica jurídica. Las categorías legales están separadas del contexto y de los valores morales.

Por consiguiente en Honduras las categorías de la formalidad legal son hechos técnicos despojados de la ética. Los aspectos sociales del crimen, los políticos e históricos y de corrupción del sistema son llevados a la rigidez arquitectónica y congelada de la ley para deformar la realidad y culpar a los y las que están en contra del sistema hegemónico multinacional articulado a las oligarquía locales.

La responsabilidad de los intelectuales y de los movimientos sociales es luchar por la justicia social al servicio de la vida, los derechos humanos y de la Madre Tierra.

Lo único que tenemos es la conciencia histórica social de la verdad, la justicia y la libertad frente al neoliberalismo imperial del capital mundializado.

Hagamos concreta esta realidad mediante la solidaridad nacional e internacional con los pueblos indígenas, garífunas, las familias campesinas, pobladoras de Honduras y demandemos la libertad del mexicano Gustavo Castro que está detenido arbitrariamente en Honduras.

Tegucigalpa 28 de marzo 2016

Marcha en Chenalhó el 8 de marzo

Hacemos una atenta y cordial invitación para una marcha que se realizará en Ch´enal vo´.
8 de marzo día internacional de las mujeres
 
Nosotras las mujeres de la Sociedad Civil las Abejas de Acteal, les hacemos una atenta y cordial invitación  a los organizaciones, paroquías, colectivos y  medios libres al alternativas o como se llamen,  para una marcha que se realizará en  Ch´enal vo´.
Punto de encuentro será en la Tijera Ch´ixilton a las 8.00 de la mañana hasta llegar a la cabecera de Ch´enal vo´,  el día 8 de marzo del presente año.

Juntemos nuestras voces, nuestras fuerzas para la defensa de Nuestra Madre Tierra, nuestras Raices como Pueblos Originarios, como organizaciones y como Sociedad Civil.

 ¡Gritemos en una sola voz!
   
 ¡No al despojo de Nuestra Tierras!
               
 ¡No al despojo de Nuestra Tierras!

Digamos NO a todo aquello que atenta a nuestra vida!

Atentamente

Las Mujeres de la  Organización Sociedad Civil las Abejas de Acteal.

 

Ejido Candelaria en defensa de la Madre Tierra

Aunque Sectur (Secretaria de Turismo) confirmo este mes, el proyecto de construcción de la Autopista San Cristobal-Palenque y lo califico como proyecto estrategico, la Secretaria de Hacienda y Crédito Publico anuncio un recorte de 200 millones en el presupuesto.  L@s ejidatari@s de Candelaria, comunidad directemente afectada por ese megaproyecto comunico este 17 de febrero, en el marco de la visita del Papa, su rechazo integral al proyecto mesoamerica, a la construccion de esta autopista, y por la defensa de su tierra, semillas nativas,…

Espoir Chiapas

COMUNIDADES ORIGINARIAS DE LOS ALTOS DE CHIAPAS

Comunicado

A los hombres y mujeres de todo el mundo
A los que amamos nuestra Madre Tierra
Al gobierno federal, estatales
A la Diócesis de San Cristóbal de las Casas
A la prensa nacional e internacional
A los defensores de derechos humanos
A las diferentes organizaciones sociales que luchan por la defensa de la tierra y el territorios

Nuestro Dios que tiene corazón de Padre y Madre nos ha dado una tierra que mana leche y miel (Exc 3, 8)

Dice la biblia. “dios tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que cultivara y lo CUIDARA” (Gn.2, 15)

El Papa Francisco dice: “A veces se trata de escuchar el clamor de los pueblos enteros, de los pueblos más pobres de la tierra, porque la paz se funda no sólo en el respeto de los derechos del hombre, sino también en el respeto de los derechos de los pueblos”. (Cfr.EG 190)

Esta es nuestra palabra como pueblos pobres y originarios.

Dios nos ha puesto en estas tierras benditas por él, nos ha regado, pero también nos ha dado la misión de cultivar y de cuidar; la hemos cultivado ahí han salido nuestros alimentos todos los días.

Nuestros antepasados, abuelos y abuelas siempre han cuidado estas tierras benditas, ahora nosotros y nosotras nos toca cuidar, pero también defenderla, porque el sistema neoliberal capitalista en su ambición de explotación de los bienes naturales invade nuestras tierras, las empresas transnacionales compran nuestro territorio para sus megaproyectos; aunque parece que son los gobiernos estatal y federal los que están interesados de nuestras tierras, pero en realidad ellos son trabajadores de las grandes empresas para sus megaproyectos, por eso Enrique Peña Nieto, está muy preocupado para hacer sus reformas de leyes, creemos que el Presidente de la República Mexicana es un mentiroso, el peor mentiroso, porque nada es cierto que las reformas nos van a beneficiar los mexicanos, los grandes beneficiarios son las grandes empresas extranjeras, a nosotros nos llegarán migajitas para que no hablemos, nos mandan proyectos para controlarnos.

Alzamos la voz para decirle al mal gobierno que:

    Rechazamos totalmente el proyecto Mesoamérica que atenta contra la vida de mujeres, hombres, niños, ancianos, así como también la flora y la fauna que existe en los diferentes países sonde el gobierno y las empresas tranasnacionales de forma violenta están imponiendo sus megaproyectos, que traerán grandes afectaciones para nuestra madre tierra donde vivimos junto con nuestra familia y donde se encuentran parcelas de cultivo, alimentos silvestres, manantiales de agua, montañas, acahuales, lugares sagrados, plantas medicinales y sobre todo nuestra propia cultura que nos heredaron nuestros padres y abuelos. Hoy por intereses del Sistema Capitalista Neoliberal y Patriarcal quieren destruir nuestros territorios a través de la explotación de nuestros bienes naturales mismo que causará la muerte de miles de personas, destrucción masiva de la naturaleza, afectaciones irreversibles de los campos de cultivo lo que llevará a nuestras familias a un gran sufrimiento y pobreza, mientras que los empresarios a costa de la vida de miles de personas serán más ricos.

    Rechazamos la construcción de la super carretera San Cristóbal Palenque que afectará a diversas comunidades como el Ejido Candelaria, municipio de San Cristóbal de Las Casas y el de los municipios de; Chilón, Yajalón, Salto de Agua, Tenejapa, Oxchuc y ocosingo. Este megaproyecto también afectará por sus ramales a pequeñas comunidades del ejido Sibacá, Patria Nueva y la comunidad Lucum Mil HA, entre otros.

    Rechazamos la privatización del agua.

    Vamos a defender nuestras semillas nativas porque están en peligro por parte de las empresas Monsanto, Sigenta.

    No queremos semillas transgénicas ni paquetes agroquímicos porque dañan nuestra madre tiera, nuestra salud y contamina nuestras semillas nativas.

    Rechazamos totalmente las formas de despojo violento que ejercen los tres niveles de gobierno ya que atenta contra nuestra vida, alimento y contra la naturaleza.

    Rechazamos totalmente las reformas energéticas, hacendaria, educativa, agraria, etcétera

La situación de las mujeres rurales de América Latina en el acceso a la tierra

Hoy quiero compartir una parte de mi situación como mujer: yo me casé a los 18 años y me separé cuando tenía 21 años, por sufrir violencia psicológica, sexual y física. Gracias al apoyo de mis padres logré seguir adelante con mi vida. Eso fue en el año 1994, justo cuando se estaban organizando el retorno libre y voluntario de México a Guatemala, donde estuve exiliada durante 14 años a causa del conflicto armado que duró 36 años en nuestro país, Guatemala.

Maria Raquel Vásquez – Luchadora social por los derechos de las mujeres rurales en Guatemala desde los años 80

 

eldiario.es

Al momento de quedar libre de ataduras conyugales empecé a luchar junto a otras mujeres para lograr que pudiéramos tomar decisiones para garantizar nuestros derechos a decidir en el proceso de retorno y sobre todo garantizar nuestro derecho a la tierra. Gracias a procesos de formación que he recibido durante estos 21 años he descubierto que las mujeres tenemos capacidad para salir adelante sin necesidad de depender de un hombre.

A las mujeres nos han obligado a estar sumisas a las decisiones que otros toman por nosotras. Sin embargo, el empeño que nosotras hemos puesto para sacar adelante a nuestras familias ha demostrado que somos capaces de contribuir al desarrollo no solo de nuestras familias, sino también de nuestros países. Lamentablemente el sistema actual no nos favorece. Por ejemplo, la tierra, que es uno de los elementos esenciales para nosotras, está en manos de los hombres.

 

Según los datos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) en un comunicado publicado el mes de agosto del 2015, mientras que las mujeres del campo son responsables de más de la mitad de la producción de alimentos a nivel mundial, las de la región de Latinoamérica y el Caribe continúan viviendo en una situación de desigualdad social y política. Por esas razones cada día se hace necesario avanzar en la lucha y lograr que las mujeres tengamos mayor acceso a la tierra.

Considero que el control efectivo de la tierra por parte de las mujeres podría tener un mayor impacto en la seguridad alimentaria y nutricional en la región. La misma FAO afirma que, como promedio, sólo el 18% de las explotaciones agrícolas regionales son manejadas por mujeres y que reciben únicamente el 10% de los créditos y el 5% de la asistencia técnica.

No cabe duda que las mujeres rurales de América Latina tenemos que seguir avanzando en posicionar nuestras demandas para lograr mayor participación, promover políticas y garantizar los recursos económicos que nos ayuden a salir de la difícil situación que nos tiene atrapadas.

Invito a más mujeres a que nos atrevamos a hablar, a defender nuestros derechos a la tierra y a vivir una vida libre de violencia.

Por último, quiero compartir que la mejor herencia de nuestras madres y que nosotras dejaremos a nuestros hijos es esa lucha incansable por defender nuestros derechos.

Manual de protección para comunidades rurales y defensores de derechos humanos

Vía Movimiento M4

Introducción

El extractivismo es una forma de organizar la economía basada en la explotación de los bienes naturales que lleva a una reprimarización de las economías. Es un retorno a la explotación de materias primas como sustento de la economía nacional. Implica la reorganización de la política, las leyes, la cultura y hasta los imaginarios sociales (la forma como nos vemos y vemos a los demás) de tal manera que estos cambios terminan por favorecer a las actividades extractivas. El extractivismo en América Latina se ve reflejado en un incremento de la explotación de los bienes mineroenergéticos y las agroindustrias. Los gobiernos de la región que profesan el neoliberalismo, se apoyan en gran parte sobre la lógica extractivista para beneficiar a su pequeña élite y en detrimento de las condiciones de vida de las mayorías. Sin embargo, aunque parezca sorprendente, los llamados gobiernos progresistas de Bolivia, Ecuador y Venezuela también han construido sus economías nacionales alrededor de la lógica extractiva, con el fin de incrementar sus recursos públicos para la inversión social.

El modelo económico del extractivismo tiene graves implicaciones para las comunidades que habitan en las zonas donde se desarrolla, como también sobre el ambiente que es transformado y destruido en los procesos de exploración y explotación.

    Nos oponemos a la minería en nuestro territorio. La minería ancestral no existe para nosotros. Aprendimos hacer minería de los españoles, pero no era nuestra tradición, ni para acumular, ni para la riqueza. El oro y el petróleo no son riquezas, son la sangre de la madre tierra, es la vida que corre. Es parte de un sistema respiratorio y nuestros mayores defendían esos espacios.
    Hay espíritus por debajo de la tierra que la defienden. Ahora por la actividad minera, la vida está en peligro de extinción. El agua tiene vida, la piedra tiene vida, la madre tierra nos habla, pero no la escuchamos.
    Palabras del pueblo Misak durante la escuela para la defensa del territorio Adelinda Goméz

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