El extractivismo es una guerra contra los pueblos

 

zibechiPágina Siete

El periodista Raúl Zibechi estuvo en la XXIV Cátedra Libre Marcelo Quiroga Santa Cruz “Análisis y alternativas a la dependencia y el extractivismo en el marco de la crisis económica mundial”, realizada el pasado martes 16 de febrero en el paraninfo de la UMSA. Afirma que el extractivismo es una guerra mundial de los de “arriba”, de las multinacionales y de los Estados, contra los pueblos para apropiarse de la tierra y el agua. “La particularidad de América Latina en los últimos 10 o 15 años es que este modelo extractivo, esta acumulación por despojo, esta cuarta guerra mundial, ha sido encabezada por gobiernos progresistas”, dice. Propone para salir del extractivismo, que no sólo es un modelo económico sino uno político, social y cultural, derrotar al sistema financiero, “a ese 1% que domina el mundo y cada uno de nuestros países”.

 

Zibechi hace un repaso de la irrupción de los nuevos movimientos y sujetos sociales en América Latina, en el marco del fin de ciclo de los gobiernos progresistas.

 

 

¿Cuáles son las características de la actual crisis económica política mundial?
No estamos ante una crisis económica sino ante una recomposición sistémica, el sistema como tal no puede seguir sin cambios de fondo, y ante una crisis civilizatoria que afecta básicamente a la civilización occidental. El sistema descansaba en dos pilares: la división internacional del trabajo, fruto de la creación hace cinco siglos de un centro y una periferia. La segunda trasvasaba riquezas a la primera, a través de diversos mecanismos a lo largo del tiempo, desde el comercio desigual colonial hasta las transferencias más recientes del sistema financiero gracias al petrodólar. Pero el fortalecimiento de países antes periféricos está provocando un colapso de aquella estabilidad, afectando principalmente a Europa y Estados Unidos. Es la creación del mundo multipolar que estamos viendo.

 

Se habla del fin de los gobiernos progresistas en América Latina. ¿Por qué estos gobiernos se apropian de las banderas de la revolución social?
Prefiero hablar de fin de ciclo, porque en realidad seguirá habiendo gobiernos progresistas pero ya se están convirtiendo en conservadores. Lo que sucedió es que uno de los pilares de su gobernabilidad, los altos precios internacionales de las commodities, se vino abajo. Fue un largo ciclo de precios súper altos que permitió mejorar la vida material de la mayoría de las personas sin modificar el modelo productivo y sin tocar los privilegios del 1% más rico de la población.

 

Se apropian de banderas con la misma lógica que lo hace el sistema, que necesita fagocitar todo lo que lo rechaza como forma de legitimarse. Ahora Mauricio Macri habla del nunca más en referencia a la violación de los derechos humanos. El sistema funciona así, independientemente de quiénes estén a la cabeza. Tenemos discursos de minería verde y sustentable y todo eso.

 

¿América Latina vivió con los gobiernos progresistas una década perdida?
No creo que sea una década perdida. La gente aprendió mucho, en varios sentidos. Por un lado, se ha ganado en autoestima, sucesos como la guerra del agua o las dos guerras del gas dejan sedimentos, así como la marcha en defensa del TIPNIS, por mencionar los grandes acontecimientos en Bolivia. Invirtiendo la pregunta anterior, podemos decir que los pueblos en movimiento son tan fuertes, que los gobernantes necesitan apropiarse de las banderas de los de abajo para tener un mínimo de legitimidad.

 

¿Cómo enfrentar desde la sociedad este fin de ciclo?
Con mucha calma y mucha paciencia. El péndulo no va sólo de la izquierda a la derecha, va también de arriba hacia abajo. Es el turno de la gente común, de los pueblos indios, de las mujeres, los jóvenes, de todos los oprimidos, los que estuvieron callados estos años porque había que escuchar a los de arriba.

 

Hay un contraste muy fuerte entre lo sucedido en la tarde del 17 de octubre de 2003 en la plaza San Francisco, cuando la multitud gritaba “Sí se puede”, y lo que vino después. ¿A quién le gritaban el día de la caída del Goni?

 

No al Presidente que ya era un cadáver político. Se lo gritaban a ellos mismos, era un grito de autoestima, “Sí, podemos tomar el cielo por asalto”, como diría Mao. Pero en los años siguientes ese empoderamiento desapareció, en parte porque unos dirigentes dijeron lo que la gente quería escuchar, pero también porque mucha gente quería dejarlos gobernar, que gobernaran los buenos o los suyos, que es siempre el camino más fácil.

 

Pero ahora se mostraron los límites del Gobierno desde arriba. Y ahora el péndulo vuelve a bajar, quizá como en la década de los años 90, antes de la marcha de 1990 cuando empezaron lentamente a autoorganizarse los pueblos. Creo que las cosas van en esa dirección, pero habrá que seguir muy de cerca las cosas porque los profesionales del discurso van a hacer su trabajo.

 

¿De qué nuevos sujetos estamos hablando y cuál es su horizonte político?
Esta es la pregunta del millón que aún no podemos responder, salvo en el caso de Brasil y aún ahí parcialmente. Tiendo a pensar que la marcha del TIPNIS fue protagonizada por movimientos del viejo tipo, los llamados movimientos sociales. Pero junio de 2013 en Brasil, con la irrupción de millones de jóvenes en las ciudades, mostró nuevos protagonismos, los nuevos-nuevos movimientos que son pequeños colectivos que funcionan a base de la autonomía, las decisiones por consenso, el a-partidismo y la horizontalidad. Ya no quieren dirigentes ni aparatos que les marquen el camino, ellos mismos deciden por dónde ir y hacia dónde caminar.

 

Creo que vamos a vivir movimientos de nuevo tipo, porque el ciclo progresista movió muchas cosas y mostró la incapacidad de los grandes aparatos para hacer algo mejor que permitir que sus dirigentes se conviertan en lacayos del palacio. Esas grandes estructuras son cada vez más cascarones vacíos, jerárquicos y patriarcales, incapaces de promover nada que tenga alguna relación con la emancipación.

 

Por el contrario, vemos infinidad de grupos pequeños con jóvenes y jóvenes, que se expresan a través de formas culturales opuestas a los poderes establecidos. Aún es pronto para saber el alcance de estos nuevos sujetos, pero hay un aprendizaje: “de poco vale organizarnos para entrar a palacio porque los que entren, en poco tiempo serán muy parecidos a los que echamos”. O sea, se trata de crear algo nuevo, diferente, sobre la base de lo que aprendimos.

 

¿Hacia qué tipo de sociedad nos conduce esa sociedad en movimiento?
No lo podemos saber. Esperamos que sea hacia una vida más plena, democrática, libre, no sujeta a los estados ni a los partidos, que vienen a sustituir a las viejas iglesias. Aspiramos a una sociedad donde la gente se autogobierne en la mayor cantidad de esferas posible, que no sea gobernada por otros. Para eso, hay que crear una cultura comunitaria, no a imagen y semejanza del viejo ayllu que es muy útil como inspiración pero que debe ser reconstruido sobre otras bases, superando el patriarcado, las jerarquías generacionales y los caudillismos. No será nada sencillo porque se trata de una revolución cultural muy profunda que, necesariamente, se irá expandiendo de forma gradual, porque la cultura cambia en tiempos largos.

Vía Movimiento M4

Naomi Klein: “¿Y si el calentamiento global no es solo una crisis?”

«Debemos dejar atrás este relato de más de 400 años de historia que nos dice que podemos controlar la naturaleza, moldearla a nuestro antojo, y que no habrá consecuencias para las sociedades basadas en estas premisas.»

El Viejo Topo

Durante el último Festival de Cine de Toronto, la escritora y activista Naomi Klein presentó su “Manifesto”, una súplica al gobierno de Canadá para que se abandonen los combustibles fósiles y se tomen medidas radicales hacia una sociedad mucho más sostenible y equitativa.

Apoyado por personalidades como Neil Young, Alanis Morissette, Ellen Page o Rachel McAdams, así como por actores, músicos, activistas y líderes aborígenes, el manifiesto implora a los líderes políticos “aprovechar la oportunidad para abrazar la necesidad urgente de transformación” y defender “nuestro deber sagrado hacia los damnificados por este país, a los que hoy sufren innecesariamente y a todos los que tienen derecho a un futuro seguro”. (Lee el texto entero).

Pero, como es de costumbre, este no es el único frente en el que lucha Klein. El festival de este año también estrenó “Esto lo cambia todo”, una adaptación (en formato documental y dirigido por su marido, Avi Lewis) del bestseller homónimo de Klein publicado en 2014. Pero así como el libro era un épico alegato anticapitalista (apodado por el New York Times como “el libro sobre medio ambiente más trascendental y polémico desde Silent Spring”), y el manifiesto es un intento muy concreto de lanzar un nuevo paquete de políticas medioambientales, el documental es una mirada mucho más íntima, conducida a través de las comunidades que están en primera línea de la guerra contra el cambio climático: desde las comunidades indígenas que luchan en las áreas donde procesan arenas de alquitrán en Alberta, a los habitantes de Andhra Pradesh, que defienden en India sus pantanos amenazados por una planta de extracción de carbón. Como el libro, la adaptación da una vuelta positiva al asunto. “¿Y si el calentamiento global no es solo una crisis?” pregunta Klein al público. “¿Y si es la mejor oportunidad que tendremos de construir un mundo mejor?”

“¿Y si el calentamiento global no es solo una crisis?” pregunta Klein al público. “¿Y si es la mejor oportunidad que tendremos de construir un mundo mejor?”

Antes de desvelar el manifiesto, el medio digital Salon se sienta con Klein y Lewis para hablar del documental, del poder del activismo de base y de su optimista (e indefinida) visión de futuro. Tal y como dice Klein: “No estamos ganando. Eso no quiere decir que podamos relajarnos. Pero quiere decir que la cosa se pone interesante”.

Naomi, nuestros lectores están familiarizados con tu trabajo, pero querría centrarme en el proceso de adaptar tu libro a documental. ¿Cómo empezó todo esto?

Naomi Klein: Los dos proyectos se pensaron a la vez. Se me ocurrió la idea para el libro mientras Avi trabajaba para Al Jazeera English como co-presentador de un espacio llamado “Fault Lines”, un programa de documentales. Yo viajaba para mi libro y Avi viajaba por todo el mundo para Al Jazeera. No nos veíamos, y era totalmente insostenible, así que decidimos empezar un proyecto juntos. Yo tenía la experiencia de haber hecho un largometraje sobre mi anterior libro (“La doctrina del shock”), con Michael Winterbottom. Pero con Michael lo hicimos todo a posteriori, y creo que hubo algunos fallos. Yo siempre tardo mucho en escribir un libro. Son unos cinco años de escritura y, una vez he terminado, lo último que quiero es hacerlo todo de nuevo. Durante la investigación, siempre hay un sentimiento muy genuino de descubrimiento, ya que aún no has acabado de definir tu tesis. Con el documental intentas simular todo eso (volver a los sitios a los que ya has estado, etc.), y quieras que no, el producto final siempre tiene algo de simulación. Así que queríamos hacer algo distinto esta vez, por un lado porque queríamos pasar más tiempo juntos a nivel personal, pero también porque pensamos que quizá el proceso mejoraría: ¿Y si Avi hace el documental mientras yo escribo el libro? De esta forma el proceso genuino de descubrimiento queda documentado. Ese es el lado positivo.

Eso no quiere decir que ganemos. No estamos ganando. Eso no quiere decir que podamos relajarnos. Pero quiere decir que la cosa se pone interesante.

Avi Lewis: El inconveniente fue intentar hacer una adaptación de un libro que aún no se había escrito, y eso fue duro. Se trataba de ir más allá de nuestras razones personales y conseguir una autenticidad en toda la investigación. Lo bueno es que creo que los dos tenemos la convicción de que, si uno quiere hacer florecer una idea, una idea radical en el seno de una cultura muy abarrotada de conceptos, vale la pena intentarlo en cuantas más plataformas mejor, de forma simultánea. Así que no solo teníamos el proyecto del libro y la película en paralelo, también trabajábamos en comprometer a la gente con nuestra web y con otras plataformas digitales.

En Toronto lanzamos el manifiesto “The Leap Manifesto”. Naomi tuvo una idea brillante (muy típico de ella). 2016 es año bisiesto [leap year, en inglés], así que pensó que lo que debemos hacer, socialmente, culturalmente y económicamente, era precisamente esto, dar un salto [leap]. Ya no hay tiempo para los pequeños pasos. Aparte del libro y el documental, nos hemos organizado muchísimo durante estos últimos meses: hemos tenido reuniones con organizaciones de todos los campos, niveles y espectros. Tuvimos un encuentro en Toronto que reunió a activistas, sindicatos, ecologistas, coordinadores de derechos y de justicia social. Este manifiesto, pidiendo en Canadá una transición hacia una economía de pocas emisiones contaminantes, para que se ejemplifiquen los principios de justicia y se aborden las injusticias, se lanza en medio del festival de cine.

Una película no argumenta meticulosamente ni da evidencias. Las películas son emoción, conexión y dimensión humana. En los grandes libros de no-ficción es difícil crear personajes y darles vida de la manera en la que lo haría una película. Y ninguna de esas dos plataformas sigue siendo idónea para lanzar un paquete de medidas. Así que estamos explorando la posibilidad de verter todos esos conceptos y sus implicaciones en distintas plataformas, según los puntos fuertes de cada medio.

El documental se centra mucho en esos movimientos de base llamados “ecología de los pobres”, así como en un gran número de ese tipo de grupos que acaban teniendo mucho éxito, como ahora los manifestantes que pararon la explotación de una mina de oro en Halkidiki, Grecia.

AL: La gente está ganando, por todas partes. El movimiento por la justicia climática está empezando a andar en serio. Si miras dónde estábamos hace un año, había medio millón de personas en la calle en Nueva York. Y era por el clima. Nunca nadie había visto una manifestación similar antes. La poca inversión en combustibles y carburantes fósiles ha estallado en los últimos años, con repercusiones que van mucho más allá de los campus universitarios americanos en donde empezó todo, de las ciudades, los pueblos, de Europa, Australia… Ahora tenemos todos esos proyectos de oleoductos que se están aplazando, en algunos casos incluso interrumpiendo. Tenemos el movimiento para parar el fracking, un movimiento que ha explotado y ha conseguido que se establezcan prohibiciones, en Nueva York o en Escocia. Hay muchas cosas que celebrar y en las que inspirarse. El movimiento por el medio-ambiente está expandiendo su noción de lo que es y se está ampliando por todo el mundo. Es un momento intenso, de mucho crecimiento. Se trata de una historia en la que los puntos no acostumbran a conectarse.

Me interesa este fenómeno internacional denominado Blockadia* como una forma de conectar a todos esos movimientos medio-ambientales de base que parecen a priori muy dispares.

AL: De hecho, están todos conectados. Hemos conocido a gente en Estados Unidos que se declaran activistas en contra de las arenas de alquitrán, y no es porque estén conectados con los activistas del norte de Alberta (Canadá), sino porque los grandes equipos encargados de las infraestructuras de alquitrán (las piezas de Lego enormes que utilizan para construir refinerías y tuberías) pasan por su estado. Y eso es porque hay petroleros llenos de bitumen que han explotado cerca de sus ciudades. Así que la gente está facilitando el encuentro de unos con otros.

¿Siente que estamos en la cúspide de algo, en una especie de punto de inflexión?

NK: Cuando el otro día miraba por primera vez el documental, me impresionó darme cuenta de que esto es una guerra. Lo ves cuando te fijas en cómo se desarrollan los acontecimientos cuando la gente intenta parar una planta de carbón o una mina: aparecen las armas. Es así, y es difícil que la gente lo vea. Pero hay bandos. Y cuando intentas pararlo es cuando más ves que hay bandos muy definidos. Así que diría, para no utilizar términos militares, que se trata de una carrera.

AL: Vamos, ¡a la carrera!

NK: Diría que empezamos muy atrás. En lo que a emisiones respecta, y porque nos hemos retrasado durante tantísimo tiempo, tenemos que hacer mucho, y muy rápido. Es una tarea muy difícil, y por eso utilizamos el término “salto”, porque realmente hablamos de una transformación que debe tener lugar en muchos frentes. Aun así hay señales muy emocionantes: el precio de la energía solar ha bajado en un 75%. Es ahora más barata que los combustibles fósiles, al menos en muchas partes del mundo. Si miras el porcentaje al que el sol se está introduciendo en un país como Bangladesh, es impresionante. Creo que la industria de los combustible fósiles está empezando a asustarse por la combinación desplome del precio–desinversión y por la tendencia que hace que las renovables se estén abaratando muchísimo en muy poco tiempo. Eso no quiere decir que ganemos. No estamos ganando. Eso no quiere decir que podamos relajarnos. Pero quiere decir que la cosa se pone interesante.

¿Cómo ven el reciente esfuerzo por parte de las empresas de apropiarse del movimiento por el clima, como la campaña de BP “Beyond Petroleum” (“Mucho más que petróleo”)?

AL: Con la campaña de BP ves exactamente lo que significan las palabras escogidas, ya que la abandonaron al cabo de muy poco de empezarla.

NK: Dijeron todo lo que debía decirse, lo escogieron muy bien. Dijeron que se convertirían en una multinacional diversificada y que irían más allá del petróleo, pero entonces el precio del crudo aumentó, vendieron su parte de energías renovables y duplicaron su apuesta por los combustibles más contaminantes del planeta. Así que no creo que podamos dejar esto en manos del mercado. Es demasiado importante. Es nuestro hogar. Es la vida en la tierra. Uno no debería apostar o jugar con un bien tan preciado e irremplazable. Eso no quiere decir que el mercado no tenga ningún papel, pero la idea de esperar lo mejor y poner algunos mecanismos favorables al mercado y dejarles hacer su trabajo… Creo que estamos ante una cuestión que solo se soluciona con normativas.

En el documental te fijas en la trayectoria de activistas a título individual, lo que lleva a escenas muy emotivas: los rancheros de Montana, devastados por el vertido de petróleo en su patio trasero o las mujeres del Alberta Beaver Cree Nation, a quienes la burocracia pone trabas de forma constante. ¿Cómo fue conocer y hablar con esta gente, y cómo escogió las historias que debían formar parte del documental?

AL: Fue muy difícil escoger. Decidí que, para que estuviera a la altura del trabajo que realizaba Naomi, debía ser un proyecto global. También vi que uno no puede hacer un documental sobre el cambio climático y el capitalismo en 2012 y no ir a China o India, no estar en los sitios donde se ganará o perderá la batalla por el cambio climático. Y como es muy complicado (y caro) viajar para realizar un documental (especialmente cuando intentas hacerlo con una buena producción y llevas veinte maletas encima cada vez que subes a un avión) tuvimos que reducir el tiempo que pasábamos en cada sitio al que íbamos. Habría sido magnifico haber tenido un par de meses para cada localización, pero tuvimos solo semanas. Eso lo compensamos con más investigación previa, charlando antes con la gente y estableciendo con tiempo las relaciones críticas con los sujetos que nos interesaban más. Cuando estás sobre el terreno y ocurre algo dramático en tiempo real… Bueno, podríamos decir que eso son los dioses sonriéndote. No se ven en el documental las innumerables veces que esto no ocurrió.

Con los documentales… no dejes nunca que nadie te diga que hay una fórmula mágica. Cualquiera que actúe haciendo ver que sabe lo que está haciendo, miente. Se basa todo en conjeturas; con los años pules tu intuición, tus corazonadas. Pero una cosa está clara: si la comunidad está a bordo del proyecto, entonces tienes una apuesta segura. Cuando sabes que un colectivo está luchando contra algo, o que se han juntado para luchar, cuando tienes ese sentimiento de que hay una lucha real… Sabes que vas a encontrar esos momentos de emoción, de drama. Además sabes que conocerás a gente de la cual aprenderás muchísimo y que te inspirarán. Gente que dirá cosas que cambiarán tu mundo y la manera que tienes de pensar y ver las cosas.

Me quedé muy impresionada con un momento en el que una mujer que participa en una protesta (la que se opone a la construcción de una mina de carbón en Grecia) dice mirando a cámara: “Daría mi vida para poner fin a esto”. No me pareció ni planificado ni orquestado con antelación.

AL: Esa mujer no se andaba con gilipolleces.

NK: Vino ella a buscarnos. Y otra cosa que quería decir es que las escenas del norte de Alberta, con Crystal y su familia en la comunidad de Beaver Cree Nation, son únicas, ya que ellos nunca se habían abierto a las cámaras de ese modo. Crystal ha hecho muchísimas entrevistas, pero nunca había invitado a nadie a su ámbito más familiar. Y esto tiene que ver con que Crystal y yo estamos involucradas en este movimiento desde hace mucho, y nos conocemos. Eso es lo que nos permitió hacer todo esto. Aunque no estuviéramos allí por mucho tiempo, la gente nos bendijo con su tremenda confianza. Y es algo que no damos por sentado. Es algo impresionante, dejar que alguien entre en tu casa con su cámara, que tenga acceso a tus momentos familiares más íntimos. Crystal me dijo después de acabar la grabación: “Cuando dije que ellos me tratan como a una ‘India estúpida’, crees que se ha entendido que este no es un término que nosotros utilicemos?”. Le aseguré que absolutamente todo el mundo a quien le habíamos enseñado esa escena lo había entendido de la forma que ella pretendía. Ese fue precisamente un momento espontáneo de intimidad, y estamos tremendamente agradecidos por toda esa confianza.

Yo soy de Canadá, y me conmovió muchísimo la descripción que hace el documental de las comunidades indígenas en este país. Parece que el tema de la protección del medio ambiente realmente encaja con todos estos otros problemas que aquejan a las comunidades indígenas canadienses en cuanto a la opresión del gobierno y en cuanto a su derecho de auto-determinación. Durante toda la película vemos que la lucha por el clima se entrelaza con temas relacionados con los derechos de la mujer y la pobreza.

NK: Una de las cosas que más me gusta de la película es que hay muchísimas mujeres, y muchas mujeres líderes. Y no es algo que Avi haya intensificado o magnificado.

AL: Es un reflejo claro de quién está liderando, un reflejo de quiénes son las figuras que inspiran.

NK: Es simplemente quien lidera. Crystal, Vanessa, Sunita, así como todas las mujeres de Grecia, son increíbles. Supimos de esa lucha por una carta abierta que escribieron desde Halkidiki al mundo sobre lo que estaban experimentando. Es una carta increíble sobre la opresión que estaban experimentando. En ella decían: “Queremos hablar contigo, de mujer a mujer”. Era algo muy directo, pero no hicimos una gran montaña de ello. Quizá tendríamos que haberlo destacado más, pero me alegra que hayas reparado en ello.

Poniendo la mirada en las presidenciales estadounidenses, ¿hay algún candidato que creáis que sea la opción ‘verde’ más obvia?

AL: Hay mejores y peores candidatos, pero de hecho creo que el sistema político americano no tiene las condiciones para el tipo de cambio que hace falta, y eso nos marca el camino de lo que debemos hacer como sociedad. Lo mismo pasa aquí en Canadá. Cuando tienes un Congreso bloqueado, el ejecutivo en pie de guerra con una o las dos cámaras… No hay una receta para un solo candidato, independientemente de su situación, para que este pueda realizar el cambio radical que pide el planeta y que la ciencia nos está diciendo que es necesario. Y eso está bien. Porque este es precisamente uno de los relatos que debemos quitarnos de encima.

Debemos dejar atrás este relato de más de 400 años de historia que nos dice que podemos controlar la naturaleza, moldearla a nuestro antojo, y que no habrá consecuencias para las sociedades basadas en estas premisas. Debemos madurar y abandonar esa historia, salir de la idea de que un político vendrá a salvarnos –independientemente de cómo sean o de cuánto inspiren a la población. Lo que necesitamos es similar a lo que pasó en Alemania, donde movimientos sociales presionaron a los políticos y crearon tanto apoyo público que ya era un tema de egoísmo político el hacer lo correcto. En torno a potenciar las energías renovables, a crear buenos empleos, a regular las grandes corporaciones y, sobre todo, en torno a un paquete completo de medidas para combatir la crisis climática y las desigualdades de nuestro sistema. Aquí es donde se ve que algo está cambiando. Y eso solo ocurre cuando hay un apoyo público enorme y unos políticos que llegan a donde está la gente. Y por suerte, ya podemos hacer eso, porque nosotros somos ellos.

Exacto. Somos nosotros.

NK: Siento que estamos en este momento en el que tenemos una clase política “seria” que nos está constantemente diciendo que se trata de un tema opcional, y que nos está empujando hacia esas medidas blandas totalmente insostenibles pero que hacen que nos quedemos en este camino suicida. Medidas que han demostrado, una y otra vez, ser erróneas. Es increíble que Bernie Sanders esté avanzando a Hillary Clinton en New Hampshire y Iowa. Eso demuestra que los expertos están equivocados. Así como es increíble que Jeremy Corbyn haya ganado el liderazgo del partido laborista en el Reino Unido.

AL: O que Alberta haya echado a los conservadores después de 44 años de gobierno de un único partido.

NK: Para mí es eso de lo que va este momento histórico: ¿Cómo encontramos esa realidad, donde los expertos están equivocados, donde la gente quiere más, donde todo mundo está listo para dar un paso adelante, pero donde hay un claro vacío de visión y de ideas?

* Blockadia: fenómeno internacional cuyo objetivo es detener los proyectos de extracción de combustibles fósiles o de minerales allí donde surjan.

Entrevista publicada originalmente en ‘Salon’. Anna Silman es editora de ‘Salon’.

Traducción: Anna Galdón

Hacia una economía feminista

Número 21 de la Revista Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas (Descargar PDF)

Editorial – El diálogo de los pájaros

Es difícil hablar de soberanía alimentaria y no hablar de economía feminista. Aunque no se mencione explícitamente, muchos artículos que hemos publicado han hablado de ella. Sin embargo, hace tiempo que queríamos hacer un número en el que fuera el tema central, poder verlo en la portada y ofrecer estas páginas para que se produjera un diálogo entre ellas en el que se apreciara todo lo que tienen en común; para que, juntas, desmonten los dogmas del actual sistema económico.

Esta revista se considera feminista en tanto que intenta visibilizar y denunciar el patriarcado y construir nuevas formas de relacionarnos entre nosotras y con la naturaleza, que son lo mismo. Lo habremos conseguido o no, pero lo importante es que nos sentimos parte de un proceso de aprendizaje continuo y colectivo, y que estamos para mostrar estos avances y retrocesos, tratando de aportar al cambio; creando y compartiendo lugares donde puedan posarse los pájaros de nuestra cabeza, como dice la viñeta que ilustra estas páginas.

Cuando el actual sistema económico ha puesto la vida al servicio del capital, la economía feminista rompe con este dogma y pone la vida en el centro de las prioridades, revisando las relaciones de poder que se dan cotidianamente en la sociedad capitalista, denunciándolas y construyendo colectivamente nuevas propuestas para una vida digna de ser vivida. La soberanía alimentaria trabaja para crear y recuperar una manera de entender la agricultura y la alimentación como forma esencial de relación con la vida. Los puntos de conexión donde pueden enriquecerse son obvios.

Este cuestionamiento que hace la economía feminista nos ayuda a entender y denunciar el porqué de muchas dinámicas de los sistemas agrarios dominantes. Que se permitan las fumigaciones aéreas con pesticidas como el glifosato para producir más soja, sin importar las consecuencias que tiene sobre la población de esos lugares ni la destrucción de la biodiversidad o de la fertilidad de la tierra, es una muestra. Que algunas fuerzas políticas del Estado español defiendan tratados de libre comercio como el TTIP solo para favorecer los beneficios de grandes empresas haciendo imposible la vida de muchas pequeñas fincas, sería otra muestra. También la expansión en África de la palma aceitera como materia prima barata para la industria agroalimentaria es una lamentable muestra más. Cada nuevo campo de palma es un acaparamiento de tierras que impide a muchas comunidades vivir su día a día. Estas situaciones las encontramos explicadas en otros artículos de la revista.

El número se complementa con otras temáticas que esperamos que os agraden, como nos ha agradado a nosotros conocer la experiencia de vida de Teonila Porro, los sistemas comunales de las zonas de montaña de Marruecos o, desde luego, la constancia de las personas refugiadas palestinas en Siria cuando, ahora que la guerra también los asola en su morada provisional, hacen del cultivo de la tierra un acto de liberación.

Más de 190 organizaciones piden a Canadá regular las mineras que operan en América Latina

Noalamina

Más de 190 organizaciones basadas en América Latina, Europa y los Estados Unidos entregaron al primer ministro de Canadá una carta pública instando a que su gobierno promueva reformas legales y administrativas con el fin de regular más eficazmente la acción de empresas mineras canadienses en el mundo. El apoyo diplomático y financiero del estado canadiense a empresas mineras que cometen o toleran violaciones de derechos humanos en América Latina ha sido evidenciado por comités temáticos y relatorías especiales del Sistema Universal de Derechos Humanos (Naciones Unidas), así como en audiencias públicas llevadas a cabo por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Tales pronunciamientos refuerzan las conclusiones de un informe elaborado una coalición de organizaciones de América Latina titulado «El impacto de la minería canadiense en América Latina y la responsabilidad de Canadá».

Las organizaciones firmantes solicitan que Canadá garantice los más altos estándares internacionales en sus políticas de fomento a la minería y en sus relaciones con los países donde operan empresas canadienses. Por otra parte, solicitan también la creación de mecanismos de acceso a la justicia en Canadá para que las víctimas de violaciones a derechos humanos provocados por empresas canadienses puedan ser reparadas por los daños provocados, cuando esto no ha ocurrido en el país donde ocurrieron los hechos.

 

El Movimiento Mesoamericano contra el Modelo extractivo Minero -M4- ha resaltado que sobran ejemplos en la región de violación a derechos humanos y ambientales que han provocado mineras canadienses como el caso de la GoldCorp en Carrizalillo, México; Tahoe Resources en San Rafael Las Flores, Guatemala o Entemares Corp. subsidiria de la GoldCorp en Valle de Siria, Honduras.

Las organizaciones firmantes de la carta reconocen los gestos de apoyo hacia un mayor respeto a los derechos humanos manifestados por el gobierno de Justin Trudeau desde su nombramiento como Primer Ministro. Sin embargo, esperan que el discurso de apertura hacia nuevas políticas de derechos humanos se materialice en medidas concretas para que las empresas mineras con sede en Canadá actúen dentro de un marco legal consistente con las obligaciones internacionales del Estado canadiense.

- Leer la carta aquí >>

Violencia contra las periodistas amenaza la libertad de expresión

Este artículo forma parte de una serie elaborada por IPS, con motivo de la celebración del Día Mundial de la Libertad de Prensa, el 3 de mayo.

Por Tharanga Yakupitiyage (IPS)

Para las periodistas, la violencia y la intimidación no son solo problemas que aparecen en zonas de conflicto, son una experiencia cotidiana en todas partes del mundo que les impide el correcto desempeño de su profesión y atenta contra la libertad de expresión.

“Ya no tienes que estar en zona de conflicto para que te violen”, se lamentó el último miércoles de abril la periodista del diario The New York Times, autora de The Taliban Shuffle: Strange Days in Afghanistan and Pakistan (La confusión Talibán: Días extraños en Afganistán y Pakistán), Kim Barker, en el marco del lanzamiento de un nuevo libro que documenta los abusos y el acoso cotidianos que experimentan las reporteras en el ejercicio de su profesión.

Tras escribir un editorial en el que contó su experiencia de acoso sexual en el terreno, Barker relató que una persona que lo comentó en Internet la llamó “gorda” y “poco atractiva” y le dijo que “nadie querría violarla”.

El Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, en inglés), con sede en Nueva York, decidió enfocar la edición de este año de su serie de “Ataques contra la prensa” en el acoso basado en cuestiones de género, de violencia sexual y de agresión física que sufren las periodistas por las consecuencias que el tema tiene para la libertad de prensa.

 

“En sociedades en las que las mujeres tienen que luchar por tener el control sobre sus propios cuerpos, tienen que luchar para reafirmar sus derechos en el espacio público, ser una periodista es casi una forma de activismo”, explicó la reportera de televisión egipcia Rawya Rageh, en el lanzamiento del libro.

La mayor parte del abuso se da en Internet, donde los agresores se esconden detrás del anonimato del espacio para comentarios.

Según el Centro de Investigación Pew, 40 por ciento de los usuarios de Internet han experimentado algún tipo de acoso en ese espacio. Los hombres también soportan agresiones, pero el abuso hacia las mujeres tiende a ser más severo, incluso el acoso sexual y las amenazas de violencia.

Por ejemplo, una periodista informó a la Fundación Internacional de Medios de Comunicación de Mujeres (IWMF) que un trol la había amenazado con “cazar su carne humana”.

Alessandria Masi, corresponsal del International Business Times en Medio Oriente, recordó los comentarios que recibió por un ensayo en un libro de CPJ: “Me agredió el Ejército Electrónico Sirio por escribir un artículo que criticaba al presidente Bashar al Assad y me preguntó con cuántas personas había tenido que mantener relaciones sexuales para que me lo publicaran”.

El abuso en Internet es un síntoma del arraigado sexismo que está generalizado, coincidieron muchas de las participantes.

La profesora de derecho de la Universidad de Maryland y autora de “Hate Crimes in Cyberspace” (Crímenes de odio en el ciberespacio), Danielle Keats Citron, señaló que el acoso por cuestiones de género “refuerza los estereotipos de género”, que percibe a los hombres como dominantes en el ámbito laboral, mientras que las mujeres son objetos sexuales que no tienen lugar en los espacios de Internet.

Pero las amenazas no se quedan en Internet, también se manifiestan en el mundo real.

La subeditora del diario colombiano El Tiempo, Jineth Bedoya Lima fue secuestrada y violada en 2000 tras destapar una red clandestina de tráfico de armas en el país.

En 2012, tras escribir sobre los peligros de la mutilación genital femenina, la periodista liberiana Mae Azongo, recibió amenazas de muerte, incluso le dijeron que la agarrarían y la cortarían si no “se callaba”; tuvo que pasar a la clandestinidad con su hija de nueve años.

Un año después, la periodista libia Jawlija al-Amami recibió un disparo de un hombre que se acercó a su automóvil. Si bien sobrevivió, luego recibió un mensaje de texto amenazándola con que moriría si no “dejaba el periodismo”.

Los y las periodistas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBT) soportan peligros similares, añadió CPJ.

Este año, Xulhaz Mannan, editor de una revista sobre cuestiones LGBT de Bangladesh, fue atacado hasta morir en su propia casa.

Pero muchas víctimas de acoso y abusos no denuncian las agresiones.

“Era como uno de esos sucios secretitos de los que no hablas porque tienes que simular que eres una más entre los hombres”, explicó Barker; y se refirió al caso de Lara Logan como uno de los puntos de inflexión.

Mientas cubría la revuelta en Egipto para la cadena estadounidense CBS, en el marco de la Primavera Árabe en febrero de 2011, Logan fue atacada y violada por un grupo de hombres. Durante una entrevista para el programa de televisión “60 minutos”, relató cómo la separaron de sus compañeros, le arrancaron la ropa, la golpearon con palos y la violaron.

Cuando le preguntaron por qué decidió hablar públicamente, Logan dijo que quería romper el silencio “sobre algo que todas hemos experimentado, pero sobre lo que nunca hablamos”.

Una de las razones por las cuales muchos y muchas periodistas no denuncian es porque temen no poder seguir trabajando por su orientación sexual o de género.

“Es una trampa”, subrayó Rageh a los participantes. “No quiero reforzar esa idea de que quién soy o qué soy limitará mi capacidad para cubrir una historia, pero por supuesto que hay un asunto que atender”, prosiguió.

La vicepresidenta de CPJ y editora ejecutiva de Associated Press (AP), Kathleen Carroll, dijo que hace tiempo que la amenaza de la violencia sexual mantiene a las mujeres fuera del periodismo. Pero hay formas de hacer frente a las amenazas que no implican que se excluyan, opinó.

Carroll señaló que hay que proporcionar a las periodistas y también a los hombres buenas herramientas y capacitación. IWMF creó una formación en seguridad con un perfil de género específico para preparar a las mujeres para ambientes hostiles. Eso incluye escenarios de dramatización, evaluación de riesgos y planes de comunicación.

También se necesitan líderes efectivos, informados y comprensivos en las agencias de noticias para ayudar al personal a minimizar los riesgos, añadió Carroll.

Las panelistas coincidieron en la urgencia de que haya una reforma por la necesidad de mujeres en el terreno.

“Cuantas más mujeres hayan cubriendo esas historias, más se hablará de ellas”, apuntó Barker.

En un artículo, Lima reflexionó sobre la importancia de la voz femenina: “nuestras palabras, nuestras letras, nuestra voluntad pueden prevenir que se vulnere la libertad de expresión, que se viole a más mujeres, que se silencie a quienes son la voz de otros. Nuestras palabras pueden avivar una lucha o sepultar por siempre el cambio”.

Traducido por Verónica Firme

Comunicado de la familia de Bertha Cáceres y el COPINH ante las detenciones

Ante las actuaciones del Ministerio Público hondureño, exigimos inmediatamente la participación de la comisión internacional, independiente de expertos para la investigación del asesinato de nuestra Berta

Olivia, Berta, Laura y Salvador, Zúniga Cáceres, hijas e hijo, Austra Bertha Flores madre, así mismo el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas, víctimas del asesinato de Berta Cáceres, recibimos con sorpresa la noticia de esta mañana acerca de capturas de personas involucradas en el vil crimen de nuestra Berta por parte del Ministerio Público y la Agencia Técnica de Investigación Criminal- ATIC.

La familia y el COPINH, al igual que toda la sociedad hondureña y la comunidad internacional, demandamos justicia y verdad en el asesinato de nuestra Berta.

Debido a que se nos ha excluido del proceso de investigación desde sus inicios, no tenemos forma de calificar si las capturas realizadas son producto de diligencias exhaustivas ni tampoco sabemos si estas comprenden la autoría intelectual en todos sus niveles. Sin embargo, la noticia de la presunta participación de militares activos y retirados vinculados con la empresa DESA pareciera demostrar el involucramiento de agentes estatales en el asesinato, lo cual debe ser profundizado, y es razón suficiente para suspender el proyecto hidroeléctrico Agua Zarca de manera inmediata y definitiva.

Lamentamos que las investigaciones realizadas por el Ministerio Público no se han desarrollado con nuestra participación, ni se hayan escuchado nuestras voces.

Hoy, a dos meses del asesinato de nuestra Berta, seguimos siendo revictimizados y debemos enterarnos de este tipo de noticias a través de los medios de comunicación y no por los canales que nos corresponden por derecho.

La desconfianza que todavía mantenemos en el Ministerio Público ha sido fomentada por sus propias actuaciones poco transparentes y que nos ignoran como víctimas. Si el Estado realmente ha realizado una investigación exhaustiva, diligente, basados en pruebas científicas y respecto de todas las autorías (material e intelectual), hoy mismo debería aceptar la participación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que, a través de un grupo de personas expertas independientes se analicen las actuaciones hasta ahora realizadas y se establezca si las mismas son conformes con los mayores estándares internacionales de debida diligencia.

Si el Ministerio Público y su agencia han desarrollado de manera correcta su trabajo, no debe haber ningún temor en que esta comisión que la CIDH ya ha puesto a disposición, comience su investigación de manera inmediata.

Buscamos que haya verdad y justicia en el asesinato de nuestra Berta, si se logra, ganamos todos y todas.
¡Berta Vive!

Dado en La Esperanza, Intibucá a los 2 días del mes de Mayo
Olivia, Berta, Laura y Salvador Zúniga Cáceres, Austra Bertha Flores y el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas. Con el acompañamiento del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional y el Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia

NOTAS RELACIONADAS:

Detienen a 4 sospechosos de la muerte de la activista ambiental Berta Cáceres en Honduras

Cuatro detenidos por asesinato de ambientalista hondureña Berta Cáceres

Publicación: El TISA, el TPP y la negociación de la vida y los derechos

El TISA, el TPP y la negociación de la vida y los derechos”

Así se titula una nueva publicación de REDES – Amigos de la Tierra Uruguay que realiza un análisis del Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), con el que Uruguay ha estado “coqueteando”. Lo hace en forma comparativa con el Tratado sobre Comercio de Servicios (TISA, también por sus siglas en inglés), al que finalmente el país decició no adherir.

El texto se enfoca particularmente en la reflexión acerca de los cambios en el régimen internacional de comercio e inversiones que implicaría el TPP. Es parte además de un esfuerzo más amplio de REDES-AT por aportar regularmente nuevos productos que llamen al análisis, generen información y contenidos, y provoquen debate sobre los cambios que están ocurriendo en ese “nuevo” régimen.

Acceda al trabajo en formato pdf en este link: http://www.redes.org.uy/wp-content/uploads/2016/04/PublicacionTisaTPP1.pdf

(Montevideo, 26/04/16) El 4 de febrero el TPP fue votado en Auckland, Nueva Zelandia, por los 12 países que lo integran, que son, además del propio Nueva Zelandia: Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Perú, Singapur, Estados Unidos y Vietnam.

La firma del acuerdo no siginifica su entrada en vigencia, ya que requiere de la ratificación parlamentaria de todos los integrantes del convenio en un periodo de dos años. Se considerará aprobado si en esos dos años al menos seis países, que representen el 85 por ciento del PBI combinado de los 12 estados que conforman el acuerdo, aprueban el texto final.

El nuevo trabajo de REDES-AT, a cargo de las licenciadas Viviana Barreto y Natalia Carrau, estipula en su introducción: “Lo cierto es que más allá de los nombres técnicos y las especificidades de las disciplinas que se negocian, los acuerdos no dejan de ser un conjunto de reglas e instituciones a las que se comprometen y adhieren los países que los firman. Al mismo tiempo, estos acuerdos y su lógica imponen indirectamente obligaciones a países no firmantes que interactúan comercialmente con los países firmantes”.

“(…) Por tanto, en cierta forma estamos frente a lógicas de negociación comercial que tienen vocación hegemónica e imponen directa e indirectamente normas, instituciones y reglas que generan importantes impactos en los países, en particular en los países en desarrollo”, sentencian las autoras.

REDES – AT alerta que no es casual que desde hace unos cinco años estén surgiendo los llamados “acuerdos de nueva generación”. Estos tratados vienen a acompañar los cambios que están ocurriendo en las redes de producción global y en las formas en que las corporaciones transnacionales están generando capital.

Es necesario insistir en deconstruir los preceptos de la teoría respecto al aporte de las reglas del comercio internacional al crecimiento y desarrollo de los países, e introducir nuevamente un marco de análisis que observe y tenga en cuenta la división internacional del trabajo y a las empresas transnacionales como actores corporativos de enorme influencia.

Por mayor información:

REDES – Amigos de la Tierra Uruguay

La multiplicación de la lucha de Berta Cáceres

Por Susana Norman, Heriberto Paredes y Aldo Santiago. Agencia Subversiones

Si lo que sus detractores y asesinos deseaban con su muerte es el olvido, han fracasado. Berta Cáceres ahora no sólo es una figura reconocida nacional e internacionalmente, su ejemplo de lucha se ha convertido en un referente como pocos en la región mesoamericana. En una larga tradición de íconos masculinos, de próceseres de bigote y patillas largas, la figura sonriente y apacible de Berta da una vuelta a la página de las luchas centroamericanas, lo hizo con su día a día y ahora –a pesar del dolor que esto significa– su muerte es el sello de este nuevo pacto: la transformación radical de las condiciones de vida no sólo será anticapitalista, también será antipatriarcal y partirá de la defensa y conservación de los bienes comunes.

Los asesinos materiales e intelectuales de Berta Cáceres deben de estar molestos, inquietos, viviendo la incertidumbre del fracaso. Porque su crimen no sólo no sepultó la lucha de ella, además pusó en alto el papel que el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) ha tenido en la defensa de los ríos, las tierras y el territorio, lo que en Honduras se conoce acertadamente como «bienes comunes». La persona que apretó el gatillo del arma que mató a Berta Cáceres no hizo sino atentar contra su propio proyecto de muerte. Pensaron que los proyectos de vida pueden ser acallados o destruidos con las mismas armas con las que se cometen crímenes o se borran vidas, pero no tomaron en cuenta que –aunque no se puede olvidar el padecimiento de olvido que sufrimos–, de alguna manera, la lucha se multiplicó. «Berta no murió, se multiplicó» gritan una y otra vez, mujeres y hombres, cada cinco minutos, mientras comienzan las actividades en Nacional de Ingenieros Coliseum, sede del Encuentro Internacional de los Pueblos «Berta Cáceres Vive».

Miles de personas se arremolinan para registrarse, para alcanzar comida, para acomodarse en las gradas, poco a poco se van colocando las mantas que dibujan muchas veces a Berta, los nombres de organizaciones hondureñas y de otros países centroamericanos se asoman lentamente en esta calurosa mañana del 13 de abril. Mucho de lo que ocurre, y que no siempre se aprecia, sucede gracias a las pesonas que integran la Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH): la limpieza, la comida, la separación de las secciones del encuentro, y, lo más importante, la realización de las ceremonias de inicio y de final en cada uno de los días de trabajo.

El sahumerio se adivina a distancia y poco a poco se acomodan los tambores y quienes danzaran, sea para abrir este encuentro o sea para cerrar la jornada. Grandes faldas de colores, danzas que comunican, maracas que dan los mensajes necesarios, danzas que son desconocidas para un mundo que se ha limitado a mirar al blanco. El pueblo garífuna marca el paso, marca el tono, reconoce la lucha de Berta Cáceres y el COPINH, los reconoce fraternalmente. No es casual que su coordinadora, Miriam Miranda, poco a poco sea considerada como la heredera del papel de Berta en el concierto de luchas hondureñas.

{YOUTUBE}WEfnRKQtvIw{/YOUTUBE}

El otro polo que sostiene este encuentro y que en adelante será fundamental para la lucha contra el modelo extractivista en Honduras es el mundo indígena. ¿Cuántos pueblos indígenas hay en Honduras? Se preguntará alguien; pues bien, en aquel país conviven y sobreviven, además de los garífunas, el pueblo lenca, el chorti, el pueblo pech, los tawhankas, los llamados isleños, los miskitos y el pueblo tolupan. Más de la mitad estaban representados, sea por enviados de cada pueblo o por que pertenecen ya a organizaciones presentes. Tal vez, uno de los aciertos más visibles de las hijas y el hijo de Berta al convocar a esta reunión internacional sea este, mostrar la diversidad de identidades que existen en un país tan prejuiciado que de inmediato se piensa en pandillas y miseria cuando se nombra. Hay mucho más que eso. Acierto porque, como dijo Miriam Miranda frente a los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH): «Fortalecer la identidad de los pueblos es fundamental, porque sólo la identidad puede ayudar a la liberación de los pueblos».

Mesas de trabajo, micrófono abierto, ceremonias de los pueblos lenca y pech para rendir homenaje a la figura de Berta Cáceres, todo esto y las conversaciones de los pasillos en donde gente de al menos 22 países (alrededor de 1,500 personas) estuvieron conviviendo, intercambiando ideas y –al menos en las declaratorias– reforzando la solidaridad con el COPINH y las hijas e hijo en su exigencia de justicia y esclarecimiento del asesinato de su madre. Temas como militarización y la defensa de la tierra, la lucha de las mujeres y el crimen organizado fueron algunos de los tópicos más discutidos, además del tema transversal referido a la imposición de mega proyectos energéticos, sean hidroeléctricas o parques eólicos, minas o carreteras.

Se fortalece la demanda de justicia

Uno de los temas impetuosos del encuentro fue llamar a la solidaridad en la demanda de justicia por el asesinato de Berta Cáceres. A poco más de un mes de su asesinato, casi nada se ha avanzado en las investigaciones. El proceso se mantiene en «secretividad» por el Ministerio Público (MP), lo cual quiere decir que la familia, así como sus abogados, no tienen acceso al expediente. «La familia de Berta ni sabe formalmente la hora de su muerte», explicó uno de los abogados que apoyan al COPINH, Víctor Fernández. Ni hay acceso al reporte de la autopsia.

Después de confusas intervenciones del Federal Bureau of Investigation (FBI) en la investigación y la negación del Estado de proporcionar cualquier tipo de información, se tiene poca confianza en que el MP esté trabajando para esclarecer los hechos. Se sospecha que el tiempo transcurrido hasta ahora se deba realmente a tapar las huellas y buscar un aval internacional para que Honduras quede «bien». La hipótesis del MP durante las primeras 48 horas –de que fue un crimen pasional– se desbarató por la declaración del mexicano Gustavo Castro, compañero de lucha de COPINH, quien sobrevivió el ataque y rindió las declaraciones pertinentes.

En el marco del Plan de Alianza por la Prosperidad entre Honduras, Guatemala, El Salvador y Estados Unidos, interesa que los países aparezcan estables y que el sistema de justicia aparezca funcional, pero interesa más la implementación cruda del neoliberalismo, y para esto el COPINH estorba. Así es que el encuentro se torna fundamental para convertir a la solidaridad en acción concreta y permanente para buscar la verdad. Y no sólo la verdad sobre quienes dispararon a Berta Cáceres y a Gustavo Castro, sino sobre quién dio la orden, a la vez de establecer qué estructuras económicas y políticas quisieron desaparecerla.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha pronunciado que puede apoyar al Estado hondureño en la investigación. Hasta ahora no ha habido respuesta. Ante la situación, Fernández planteó una tercera vía para los y las participantes del Encuentro: «Que se desarrolle una investigación alterna, montada por las víctimas, por la solidaridad internacional. Una comisión de expertos que nos digan la verdad sobre los hechos, y que no se reduzca esta verdad al hecho puntual del crimen, sino que se revele los antecedentes que motivaron el crimen, la estructura que fue montada, y qué plan pueda existir para acabar con otros activistas en el país».  Berta Cáceres recibía amenazas de muerte, originadas en los grupos de poder contra quienes ella luchaba, y en específico por grupos aliados a la empresa DESA, que está atrás del proyecto hidroeléctrico de Agua Zarca en el río Gualcarque, entre Intibucá y Santa Barbara en el occidente hondureño. Una de las hipótesis del movimiento social hondureño, es que sus sicarios pertenecen a los mismos grupos de choque que atacaron a la Caravana al Río Gualcarque, organizada el último día del Encuentro, el pasado 15 de abril.

Para Fernández, el Estado hondureño ha hecho tres maniobras para evitar la intervención de la CIDH. «Lo primero fue convocar a la oficina del alto comisionado de las Naciones Unidas de derechos humanos en Honduras. Luego, una aparente petición a la embajada de los EU, y en especial al FBI. Finalmente, la petición a la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH). Estas tres instancias han tenido una posición que avala sutilmente a la posición del gobierno. Una especie de causa común para no avalar que participe la CIDH».

«Para que haya justicia, urge una verdad que pueda prevenir futuros crímenes, desbaratar las estructuras criminales que llenan de muerte a los territorios. Para esto, compañeros, es necesario un equipo que de manera autónoma conduzca el proceso. ¿Cómo se construye? ¿Qué experiencia existe en estos temas? La investigación debe contribuir a desbaratar la estructura económica que está montada en distintos territorios del país. Ya lo decía Tomás del COPINH, son más de 50 proyectos hidroeléctricos y de energía eólica que afectan solo en el territorio lenca. ¿De qué nos sirve encontrar los responsables por el asesinato de Berta, si persisten en el territorio lenca y nacional todas estas estructuras de muerte, estructuras económicas que tienen controlado el territorio nacional?».

Los tambores baten en las calles

Bajo este contexto de solidaridad y reflexión en el segundo día del encuentro se llevó a cabo una movilización en las calles de Tegucigalpa.

Los rostros de cientos de estudiantes se tornaron desconcertados al ver y escuchar que los tambores garífunas entraban por la puerta principal de la UNAH, y que detrás de ellos venía Miriam Miranda, de la OFRANEH, encabezando una movilización bastante nutrida. Junto con ella venía una señora cargando un sahumerio que se alimentaba del tabaco que también fumaba, ella y las demás mujeres que componían el contingente a la cabeza. Detrás de esta franja multicolor marchó el COPINH, quien no bajó ni por un instante las mantas en las que el rostro de Berta Cáceres ocupaba un gran espacio, rostros de campesinos serios eran las marcas de este grupo. Embrujados con los mensajes de los tambores, el resto de los contingentes caminaba sin despegarse, lo hacía a paso firme a pesar de los casi 40 grados, mujeres y hombres de todas las edades y de muy diversas procedencias y profesiones dieron cuerpo a esta movilización.

A pesar de que este acto no tuvo un mensaje central en concreto sino que fue la expresión de muchas demandas y una muestra de repudio ante el asesinato de la coordinadora general del COPINH, Miriam Miranda dio unas palabras al interior de la universidad, un mensaje conciso que refleja muy bien la situación actual hondureña, tanto de desigualdad y despojo como de necesidad organizativa para luchar en contra de este modelo de muerte:

«Los que estamos participando en el Encuentro Internacional de los Pueblos estamos visitando a la universidad porque confiamos y creemos que la máxima casa de estudios debe ser liberadora de los pueblos, la máxima casa de estudios debe generar profesionales que cambien los pueblos. Estamos viviendo una dictadura en este país y la universidad no se escapa a esa dictadura, creemos que la vocación debe ser para liberarnos, no para someternos, por eso es que hemos venido con nuestros tambores el día de hoy, representantes de más de 22 países que estamos luchando por los bienes comunes, los árboles, el agua, el sol, la tierra, los recursos de los bienes comunes de todos nosotros. No son propiedad de una sola persona.

Sabemos que en esta máxima casa de estudios no se enseña ni se educa para liberar, están educándonos para someternos, para ser serviles, tenemos que luchar por una univarsidad liberadora, por una academia que acompañe las luchas de los pueblos, por eso es que nosotros creemos que en esta universidad se debe educar y entender qué hacen los tambores con el pueblo garífuna, qué significan los saumerios, qué significa la identidad de los pueblos, por que la identidad de los pueblos es la que nos libera, no hay forma de liberar un pueblo si no se estudia la cultura, si no se estudia la espiritualidad, si no se fomenta la identidad del pueblo y para eso tenemos que luchar.

Por eso les visitamos a ustedes estudiantes, no para que se asusten con los tambores, porque los tambores no son únicamente para bailar también es un medio de comunicación, es un medio que comunica lo que significan los pueblos, cuál es el sentir y el pensamiento de los pueblos. Estamos aquí para transmitir esa lucha de Berta Cáceres, ella luchó por la liberación, no sólo de los árboles y los ríos, también de la educación, por eso es que hoy les estamos invitando, estudiantes, a que nos acerquemos a conocernos a nosotros mismos como hondureños, para que los hondureños y las hondureñas sepamos quiénes somos, para que no sigan transmitiéndonos basura por los medios de comunicación que nos alejan de la identidad del pueblo hondureño. ¡Berta no murió, se multiplicó! ¡Berta no murió, se multiplicó!

Por eso les hemos visitado estudiantes, muchos de nuestros hijos quisieran pasar por esta casa máxima de estudios y no hay acceso, creemos que debe ser una educación liberadora, gratuita y que fortalezca la identidad. ¡No nos tengan miedo, compañeros y compañeras, súmense con nosotros, súmense a la lucha!»

Los compromisos asumidos por las organizaciones presentes se concretaron en algunos puntos que aparecen en la declaratoria final del encuentro pero que vale la pena resaltar ya que se asumieron como un compromiso para llevarlos a cabo: en primer lugar, verdad y justicia ante el crimen de Berta Cáceres Flores, que significa el impulso de una investigación a cargo de un equipo que tome en cuenta el contexto en que ella hacia su práctica política y que identifique la totalidad de autores materiales e intelectuales de su asesinato y de otros que son parte de su proyecto de muerte; el retiro de DESA del territorio lenca, la liberación del río Gualcarque, luchar por la convergencia de sinergias colectivas, mecanismos de comunicación, acciones territoriales, conformación de un equipo de trabajo con respaldo de la experiencia internacional que logre la anulación de los proyectos extractivistas en territorios hondureños; el retiro definitivo de la presencia militar de los territorios indígenas, populares, rurales y urbanos; y finalmente, el reconocimiento del COPINH como la organización responsable de velar por la protección de su territorio al igual que la OFRANEH y distintas organizaciones legítimas de los pueblos originarios.

La violencia que no cesa

Pese a la denuncia sobre la militarización de Honduras que arreció en las calles de Tegucigalpa, el día 15 de abril, durante un ejercicio de control territorial que unió esfuerzos de organizaciones internacionales y al COPINH en una caravana hacia el río Gualcarque, miembros de la resistencia lenca y observadores extranjeros fueron agredidos por empleados de Desarrollos Energéticos (DESA).

Los atacantes, armados con machetes y piedras, argumentaron, como aliciente a sus acciones, el supuesto beneficio en proyectos de educación, servicios públicos básicos y trabajos porporcionados por DESA. Durante horas permanecieron al borde del camino hacia el río Gualcarque, hostigando y amenazando a los integrantes de la caravana, ante la mirada y actuar cómplice de la policía nacional que se negó a desarmarlos y a sólo un par de kilómetros del ejército que se despliega en la zona para fungir como guardias de seguridad para las instalaciones de DESA.

Terminada la ceremonia al margen del río, cuando los asistentes regresaban a los autobuses ocurrió el ataque en el mismo lugar donde el 20 de febrero fuera agredida Berta Cáceres. Testimonios describieron a un grupo de 20 hombres armados, algunos en estado de ebriedad que sugerían haber participado en el asesinato de Berta al tiempo que buscaban a Tomás Membreño, actual coordinador del COPINH y agredían a otros tres de sus miembros. Un reportero extranjero fue golpeado y amenazado además de que un líder del Bajo Aguan, Vitalino Álvarez y un acompañante español fueron fuertemente golpeados.

Entre los agresores, se identificó a un sicario con un asesinato en sus antecedentes criminales, quien además presume haber amenazado de muerte a miembros del COPINH, incluída Berta. Sólo dos semanas antes de su asesinato, Cáceres denunció el trabajo que realiza el sicario para DESA y evidenció su vinculación por el hecho de ser liberado de custodia policial a través de una negociación entre Jorge Ávila, jefe de seguridad de DESA y el corrupto cuerpo policiaco.

Este ataque reciente es parte de una larga persecución judicial, política y paramilitar contra el COPINH, la cual Berta denunció cuando la militarización invadió las tierras lencas y que ha arrebatado la vida de cinco de los integrantes del COPINH, que mantiene su lucha pacífica, pero enérgica, frente a un régimen local brutal y violento auxiliado por el capital global y las estrategias, armas y aparatos de represión norteamericanos.

El territorio del pueblo lenca es uno de los mas golpeados desde la aprobación de la Ley General de Aguas a un mes del golpe de Estado, el pasado 28 de junio de 2009, punto de inicio para imponer la construcción de más de 50 proyectos entre hidroeléctricas, eólicas y mineras en sus tierras. Aunado al ajuste normativo hondureño, los falsos discursos legitimados por instituciones globales como la ONU sobre cuidado ambiental y la promoción de la mercantilización de los bienes, la vida y la naturaleza a través de los fondos de Mecanismo de Desarrollo Limpio ha servido para justificar el despojo territorial que se respalda a través de transacciones entre bancos para el «desarrollo» europeos y corporaciones centroamericanas junto a capital chino con intereses en otros proyectos de infraestructura estratégicos –y devastadores– como el canal de Nicaragua.

Por ello, el próximo 28 de abril, miembros del COPINH, realizarán un plantón frente a las instalaciones de los bancos FMO y Finn Fund, financiadores de DESA, la cual ha violentado los derechos de la población indígena Lenca y es culpable del asesinato de Berta Cáceres.

A pesar del duro golpe que significó su asesinato, justo como no se lo esperaban sus asesinos, su ejemplo ha mantenido la unidad dentro de muchas organizaciones; aún queda mucho por ver y analizar en el terreno de la lucha por la vida y los «bienes comunes».

«Rio Blanco es un mal ejemplo para los intereses de los capitales porque ha demostrado que sí es posible echar atrás proyectos de dominación, privatización; demuestra que si es posible sacar una trasnacional invasora como hace 500 años, eso es parte de la lucha legítima del pueblo lenca que la maquinaria represiva ha pretendido criminalizar y no vamos aceptar que sea criminalizado».

La palabra de Berta vive.

 

Pronunciamiento a 6 años del asesinato de Bety Cariño y Jyri Jaakkola

Pronunciamiento a 6 años del asesinato de Bety Cariño y Jyri Jaakkola

«Nosotrxs seguimos apostando por la vida»

A los pueblos del mundo
A la gente de abajo y a la izquierda
A los medios de comunicación libres y comunitarios
A lxs compañerxs que apuestan por la vida

Hoy 27 de abril del 2016 se cumplen 6 años del asesinato de Bety Cariño y Jyri Jaakkola cuando una caravana de ayuda humanitaria de la que formaban parte, fue emboscada por paramilitares en el paraje La Sabana, en la región triqui de San Juan Copala, Oaxaca. La emboscada en la que fueron asesinados Bety y Jyri, también hirió a periodistas y defensores de derechos humanos que asistían a llevar ayuda y a registrar lo que en San Juan Copala estaba sucediendo desde hacía 5 meses, un cerco paramilitar que tenía secuestrados en su propia comunidad a niños y niñas, hombres y mujeres adultos y ancianos promotores de un municipio autónomo.

Hoy a seis años de dolor e impunidad seguimos señalando que el asesinato de nuestrxs compañerxs no es un hecho aislado, es parte de un sistema que en México asesina, encarcela, desaparece, amenaza y atenta contra la vida lxs defensorxs y sus pueblos. La violencia contra lxs activistas que defienden la vida en México se ha ido incrementando en los últimos años, en un contexto de tragedia nacional que atenta contra la vida de la población que es despojada de su tierra, territorios, de sus formas y modos de vida. Aquí son asesinadxs hombres y mujeres que protegen la vida de los migrantes en tránsito, mujeres que buscan a sus hijas e hijos desaparecidos y al señalar a los asesinos las vuelven blanco también de la violencia; jóvenes de barrios populares señaladxs como daños “colaterales de la guerra contra el narco”, mujeres y hombres que se oponen a los proyectos de muerte impuestos en sus territorios.

La agresión contra defensorxs de la vida ha sido perpetrada por grupos paramilitares, comandos armados, policías o militares; muchos viven bajo serias amenazas de muerte y acoso permanente para ellxs, sus familias y organizaciones. El asesinato de decenas de defensorxs de la vida, así como de miles de personas en este país está impune y los malos gobiernos encargados de impartir justicia, buscan mantenerlxs en el sótano del olvido, borrarlxs de la memoria de cada uno de nostrxs y de la memoria colectiva. Sin embargo la vida de nuestrxs compañerxs, así como su muerte nos recuerdan que no debemos claudicar en la lucha por la defensa de la vida, que es necesario no perder la esperanza en tiempos en el que el sistema capitalista patriarcal racista nos coloca en el lugar de lo desechable, por eso nos asesina y apuesta también por colocarnos en el olvido.

Por eso seguimos insistiendo en que no olvidamos a nuestrxs asesinadxs, seguimos señalando que reivindicar su vida de lucha y sus ideales es imprescindible y que no acabaron con ellxs pues siguen vivos sus ideales por los que hay que seguir luchando.
También queremos decir que NO creemos en su justicia, que esta es solo una máscara que construye una idea ilusoria de que la justicia puede ser posible en este sistema capitalista patriarcal de muerte, por ello apostamos a construir otras formas de justicia que cruzan por la reivindicación de la vida de lucha de nuestrxs compañerxs y la construcción de caminos en donde la apuesta por la vida es impostergable, como nos decía nuestra compañera Bety.

Este 30 de abril y 1 de mayo, lxs convocamos a reunirnos en Chila de las Flores, en la mixteca poblana, el pueblo de Bety Cariño Trujillo para celebrar la vida de nuestrxs asesinadxs, para reivindicar sus ideales y para gritar juntxs que no quedarán en el olvido, que su vida nos sigue acompañando y que no nos rendimos. A 6 años del asesinato de Bety y Jyri, retomamos las palabras de Bety y decimos que «mientras ellos apuestan por la muerte, nosotrxs seguimos apostando por la vida».

PROGRAMA:

30 DE ABRIL:
17:00 hrs. Ceremonia de bienvenida
18:00 hrs. Marcha-procesión de antorchas al panteón de la comunidad donde está sembrada Bety
20:00 hrs. Cena

1 DE MAYO:
11:00 hrs. Celebración religiosa
11:30 hrs. Acto político-cultural en el centro de la población.
15:00 hrs. Comida

Contacto Facebook: Homenaje A Bety Cariño

AFECTUOSAMENTE:

Familia Cariño Trujillo y compañerxs organizadorxs del Homenaje a Bety Cariño.

El cultivo masivo de palma y soja para producir biocombustible contamina más que la gasolina o el diésel

La transformación de humedales y bosques para extender estos cultivos dobla las emisiones de CO2 provocadas por los motores a base de derivados del petróleo

La demanda europea de biodiésel ha convertido dos millones de hectáreas del sudeste asiático en plantaciones de estas variedades, según la Comisión Europea

Las ayudas públicas a estos productos han oscilado entre los 4.600 y los 5.500 millones de euros anuales

Raúl Rejón, eldiario.es

El cultivo industrial de palma y soja emite más CO2 a la atmósfera que el consumo de combustibles fósiles como el diésel o la gasolina. Y no un poco: la producción de palma para obtener biocombustible contamina casi tres veces más. La soja el doble que sus equivalentes de origen petrolífero.

La causa principal de esta cantidad de emisiones es la transformación de los suelos para plantar estos dos cultivos. En especial el drenaje de humedales en Indonesia y Malasia. Y la oxidación de esos terrenos después de que se conviertan en plantaciones, según el  último estudio de Comisión Europea sobre los biocombustibles realizado para reorientar la política comunitaria sobre esta materia.

 

La estrategia de la Unión Europea contra el cambio climático señalaba que, cada país, tenía que llegar a que el 10% de la energía utilizada en el transporte fuera de origen renovable para 2020. Los biocombustibles contaban para hacer esos cálculos.

Así que la demanda europea se enfocó hacia el biodiésel que se obtiene a partir de los cultivos de palma, girasol, colza o soja. Esta política ha causado la conversión de ocho millones de hectáreas de terreno en explotaciones de este tipo. Solo la expansión de las plantaciones de palma para satisfacer este mercado ha convertido 2,1 millones de hectáreas en el sudeste asiático «la mitad de ellas a expensas de humedales y bosque tropical», explicaba el documento de la Comisión.

Los agrocombustibles son carburantes de origen biológico pensados para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de los motores. Pero no todos son iguales. El rango abarca desde los que se producen a base de alimentos (como la colza, el girasol, la palma o la soja) hasta los más avanzados que utilizan chopos, sauces, pastos perennes y residuos forestales. La diferencia clave es que estos últimos son cultivos que no se cosechan todos los años. Son explotaciones mucho menos agresivas con el suelo que los soporta.

Un análisis comparativo de las emisiones de CO2 de todos estos combustibles realizado por la organización Transport & Enviroment con los datos de la CE muestra que la apuesta por el biodiesel de palma, soja, girasol y colza multiplica por 1,8 los niveles de contaminación respecto a los combustibles fósiles debido a las emisiones en su fabricación.

Los peores resultados los da el combustible de palma. Su utilización supone en torno a un 250% más de emisiones que las de los derivados del petróleo (implica el lanzamiento 241 gramos de CO2 por megajulio de energía generada frente a 94 del gasoil tradicional).

Casi tres cuartas partes de ese CO2 corresponden a la utilización del suelo, no al uso en lo motores. Es decir, el proceso de producción de los cultivos contamina mucho más que los coches que emplean ese producto.

15,4 millones de toneladas al año

En el otro lado, las nuevas generaciones de agrocombustibles –de cultivos no anuales– ahorran un 15% respecto a los hidrocarburos. Sin embargo, según T&E, «actualmente están marginados por la política de apoyo a los biodiesel tradicionales» (los de soja o palma).

Los productos de biodiesel suponen, aproximadamente, el 75% del consumo interno de agrocombustibles de la Unión Europea que en 2014 fueron 15,4 millones de toneladas. Las ayudas públicas para el biodiesel en la UE, mediante subsidios a los precios, a las importaciones o exenciones fiscales, han oscilado entre los 4.600 a 5.500 millones de euros al año.

Los autores de la comparativa aseguran que esta línea de actuación ha provocado que «en lugar de reducir las emisiones de CO2 del transporte, va aumentarlas  un 4% para 2020, como si hubieran circulado 12 millones más de coches «. Según su análisis si no se deja de apoyar a los combustibles a partir de soja o palma, las variedades más efectivas para el medio ambiente no podrán abrirse camino.

«No tengo miedo al poder de empresas»: Canción de una indígena peruana conmueve al mundo (VIDEO)

«Por eso yo defiendo la tierra, defiendo el agua, porque eso es vida. Yo no tengo miedo al poder de las empresas», proclama Máxima Acuña.

Actualidad RT

Una campesina indígena peruana se llevó este lunes una gran ovación del público estadounidense durante la entrega de un premio medioambiental tras cantar una canción sobre su lucha y pronunciar un breve discurso relativo a su batalla contra una transnacional.

Máxima Acuña, de 47 años de edad, fue galardonada con el premio Goldman, considerado el Nobel del medioambiente, en San Francisco, según SF Gate.

La campesina ha sido distinguida por hacer frente a un proyecto de mina potencialmente peligroso en las remotas montañas de Cajamarca, en el norte de Perú.

{YOUTUBE}https://youtu.be/fjFibMqDF0c{/YOUTUBE}
La mujer empezó su discurso con una sentida canción que compuso sobre cómo la compañía minera Newmont quiso quitarle su tierra en los Andes.

«Por eso yo defiendo la tierra, defiendo el agua, porque eso es vida. Yo no tengo miedo al poder de las empresas, seguiré luchando por los compañeros que murieron en Celendín y Bambamarca y por todos los que estamos en lucha en Cajamarca», afirmó la mujer antes de recibir una atronadora ovación.

Acuña se ha enfrentado en una prolongada batalla legal a la transnacional con sede en Colorado (EE.UU.). Esta reclama una gran extensión de tierra donde se encuentra la propiedad de la combativa peruana.  

Según la Fundación Medioambiental Goldman, Acuña ha sido acosada de manera constante e incluso ha sufrido la violencia de funcionarios locales que actúan de acuerdo con la empresa minera. 

Un premio que no protege

Entre los laureados del premio Goldman en su pasada edición figuró la también activista indígena Berta Cáceres, una de las activistas más reconocidas de la defensa de los territorios de Honduras.

La coordinadora del Consejo de Pueblos Indígenas de Honduras se opuso al proyecto de la represa hidroeléctrica de Agua Zarca, que suponía el desplazamiento de la población indígena de las zonas circundantes del río Gualcarque y fue detenida por ello. Tras su encarcelación, Cáceres declaró ser una «perseguida política» y, posteriormente, fue liberada gracias al apoyo social masivo que recibió.

El pasado mes de marzo la líder indígena del pueblo lenca fue asesinada en su vivienda tras recibir numerosas amenazas de muerte.

Convocatoria a la Feria de Economía Solidaria

FERIA DE ECONOMÍA SOLIDARIA

San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México

Este evento trata de reunir productos y servicios generados por entidades (personas u organizaciones) de economía social y solidaria bajo criterios de responsabilidad social, desarrollo sostenible y equidad. Entendiendo por economía social aquella en la que se privilegia a la vida y no al capital.

 

 Convocamos a productores, transformadores, comercializadores, educadores, grupos organizados, organizaciones, monedas alternativas y trueque.

Fecha: 30 de abril de 2016
Horario: 10 am a 6 pm
Lugar: Casa de la Curia ubicada en la calle 5 de Febrero esquina con Gral. Utrilla. (atrás del Templo de San Nicolás, frente al Hotel Posada Diego de Mazariegos, ex oficinas de Hacienda, Centro)

Fecha límite de inscripción: 28 de abril.

Bases para participar:
– Aportar una cuota ssolidaria por espacio de $25 pesos mínimo para agradecer a la Casa Pastoral. La cuota se puede dar el día del evento al asignar su lugar.
– Cada grupo deberá traer su propio mobiliario el que no puede ser mayor a un tablón de 2mts de largo

– Se le asignara el lugar que ocupará

– Cada persona o grupo con un espacio asignado tiene la responsabilidad y compromiso de dejar limpio su lugar, de lo contrario no podrá (n) volver a participar (llevar su propia escoba y recogedor)

Consideraciones:

– El lugar es techado

– No hay baños

– No se permite pegar nada en paredes.

– No se permite colgar nada en columnas o paredes.

– La hora de llegar a instalarse es a las 9 a.m.

– Inscripciones e información en la Tienda Túmin San Cristóbal ubicada en Pangea, Francisco León 9-A, Centro, San Cristóbal de Las Casas.

¡Festejemos la solidaridad!