Apostando a la Solidaridad en Mesoamérica

Compartimos con ustedes este material que se produjo junto con Asociadas por lo Justo JASS Mesoamérica A.C sobre la importancia de la solidaridad internacionalista – A 2 de julio del 2021

Las agendas urgentes en la región Mesoamericana hacen que la solidaridad internacional sea un ejercicio activo y cotidiano. Agendas como la exigencia de  #JusticiaParaBerta de cara al juicio contra David Castillo o el #GritoFeministaPorNicaragua para #QueLosLiberen #QueLasLiberen a las presas políticas en Nicaragua hacen de la solidaridad una urgencia en estos contextos. Es por eso que compartimos esta publicación: Apostando a la Solidaridad en Mesoamérica que elaboramos junto a OtrosMundos Chiapas.

>>Ve aquí la publicación<<

Apostando a la Solidaridad en Mesoamérica  pretende aportar elementos de análisis a organizaciones y movimientos que trabajamos para el cambio social, profundizando en el análisis de las dinámicas de poder que están definiendo las crisis políticas y sociales en la región así como los desafíos de la solidaridad en el contexto actual. A la vez, compartimos nuestra visión y que- remos contribuir a identificar y reconocer las oportunidades y aportar recomendaciones que contribuyan al fortalecimiento de las acciones de solidaridad desde una mirada interseccional, internacionalista y de construcción de movimientos.

Este documento es producto del análisis de las entrevistas a 32 personas con el que elaboramos una aproximación a los retos y aprendizajes para la solidaridad en Mesoamérica. Mismo que nos parece importante compartir en estos momentos desafiantes para nuestra región y donde la solidaridad internacional feminista, de-colonial, entre los pueblos, comunidades y movimientos sigue siendo una respuesta y una necesidad.

Presentación:

JASS Mesoamérica -Asociadas por lo Justo- y Otros Mundos, A. C., Chiapas, México, preocupadas por lo que consideramos una crisis de la solidaridad internacional respecto de la región mesoamericana, profundizada por los acontecimientos de los últimos dos años en Nicaragua, valoramos oportuno realizar una reflexión sobre el contexto regional, así como sobre los diversos posicionamientos y análisis diferenciados.

Emprendimos este reto con el propósito de aportar elementos de análisis a organizaciones y movimientos que trabajamos para el cambio social, profundizando en el análisis de las dinámicas de poder que están definiendo las crisis políticas y socia-les en la región así como los desafíos de la solidaridad en el contexto actual. A la vez, compartimos nuestra visión y que- remos contribuir a identificar y reconocer las oportunidades y aportar recomendaciones que contribuyan al fortalecimiento de las acciones de solidaridad desde una mirada interseccional, internacionalista y de construcción de movimientos.

Para profundizar y enriquecer este análisis recabamos la opinión de organizaciones y personas de comunidades, movimientos nacionales, regionales e internacionales que han sido sujetas y/o que han impulsado iniciativas de solidaridad internacional, así como a otras personas clave en la generación de análisis sobre el contexto actual.

Estos puntos de vista se recabaron antes de la pandemia, cuyo impacto regional y global a mediano y largo plazo no podemos dimensionar aún, y que ha detonado reacciones de odio, racismo, xenofobia, entre otras, pero también muchas acciones de solidaridad individual, grupal, comunitarias, colectivas e incluso internacionales. Esto nos invita a repensar la solidaridad en el contexto de la incertidumbre e interdependencia global que vivimos.

Introducción:

Las desigualdades de poder y por lo tanto de acceso, no solo a los recursos económicos, sino a la educación, la salud, la tecnología, entre otros, continúa siendo una realidad y se profundiza en el mundo entero y en la región Mesoamericana en particular. La puesta en duda de principios y prácticas democráticas básicas, el continuo y añejo “cierre del espacio cívico”, el debilitamiento de la institucionalidad democrática y la crisis en el cumplimiento de las obligaciones internacionales de Derechos Humanos, pero sobre todo, los crecientes obstáculos para el ejercicio de los derechos de los pueblos conducen a que la corrupción sistémica y la impunidad pasen de ser un efecto a constituir imperativos de este modelo1. Estos elementos se exacerban con la crisis sistémica y sanitaria desatada por la pandemia durante 2020, cuyos efectos veremos por largo tiempo.

>>Ve aquí la publicación<<

Más información:

[PRONUNCIAMIENTO] COVID-19: Ante la crisis, urge frenar el autoritarismo y defender la vida, el cuidado, los derechos y la dignidad humana

Compartimos el pronunciamiento de la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos IM-Defensoras – A 20 de marzo de 2020

Mesoamérica, 20 de marzo de 2020 – Desde hace unos días, nuestros abrazos se han convertido en palabras de aliento que se diluyen en la distancia. La incertidumbre y el desasosiego marca las vidas tanto de las personas en situación de confinamiento como de las que no pueden permitirse el lujo de resguardarse porque la pobreza y la injusticia son epidemias instaladas desde hace tiempo en nuestras sociedades

La crisis provocada por la irrupción a escala global del COVID-19 llega a un mundo que ya enfrenta serias crisis (de cuidados, de cambio climático, de violencia, desigualdad, derechos humanos, entre otras) y expresa  la insostenibilidad del modelo político, social y económico imperante en el planeta, reproducido por los Estados cada vez más controlados por intereses privados. Por ello esta situación está teniendo y tendrá impactos desproporcionados sobre nosotras, nuestras comunidades y nuestras luchas.

Este modelo, basado en la depredación “capitalista, racista y patriarcal”, en palabras de nuestra compañera  Berta Cáceres, durante décadas se ha centrado en los mercados y las lógicas neoliberales, destruyendo las estructuras institucionales, comunitarias y culturales de cuidado colectivo, dejando a la mayoría de personas sin acceso a una vida digna. Por la destrucción de lo público y desprecio de lo común, hoy se nos dificulta afrontar situaciones como ésta desde una mirada de derechos humanos y justicia social.

Nos preocupa que los Gobiernos se aprovechen de esta crisis para profundizar y normalizar ante la opinión pública sus políticas de control social, represión y persecución contra activistas y personas defensoras de los derechos humanos, tal y como lo manifestaron recientemente un grupo de Relatores y Relatoras independientes de Naciones Unidas. 

En Honduras, El Salvador y Guatemala se han aplicado planes de emergencia basados en la militarización, la suspensión de derechos fundamentales o toques de queda, fortaleciendo el autoritarismo y deteriorando las formas de supervivencia de gran parte de la población. En México, las condiciones estructurales de vulnerabilidad social para enfrentar esta crisis son  patentes. En Nicaragua nos preocupa que el Gobierno omita su responsabilidad en la respuesta a la emergencia sanitaria y niegue el acceso a información de salud.         

La aplicación de estos planes de emergencia afecta profundamente el trabajo de las defensoras. Limita su derecho de manifestación y expresión y el libre desarrollo de sus actividades, aumenta el riesgo de ser atacadas y criminalizadas por actores estatales (a la fecha hemos registrado  agresiones contra defensoras en Honduras, El Salvador y Guatemala en el marco de esta crisis) y de sufrir violencias machistas dentro de sus hogares.

Desde nuestra apuesta política por el cuidado colectivo y la protección integral feminista contemplamos el panorama abierto por la crisis del COVID-19 con mucha preocupación, pero también vemos en el horizonte la posibilidad de cambiar colectivamente las estructuras sobre las que organizamos nuestras sociedades. 

Las mujeres, los pueblos originarios y afrodescendientes de nuestra región, como advirtió la lideresa afroindígena garífuna Miriam Miranda, además de ser los que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad, son también quienes tienen mayores fortalezas vitales para enfrentar y superar esta crisis: el saber del cuidado mutuo y la reproducción de la vida, la construcción de autonomías, el cuidado y cultivo de la tierra y el agua que nos alimenta o sistemas de salud alternativa y espiritualidades emancipadoras. 

Desde la IM-Defensoras exigimos a los Estados:

  • Que afronten la coyuntura actual desde una perspectiva integral de cuidado colectivo y derechos humanos, teniendo en cuenta la dimensión sanitaria, social y económica, desde un enfoque interseccional en términos de clase, etnia, edad, orientación sexual y género.
  • Que se abstengan de utilizar al ejército y a las fuerzas de seguridad en funciones que no les corresponden y se garantice el total respeto a los derechos humanos.
  • Que no aprovechen la situación de excepción generada por la emergencia para agredir o criminalizar a activistas, periodistas, organizaciones y personas defensoras de derechos humanos.
  • Que reconozcan y establezcan una interlocución abierta con las mujeres, las defensoras y las comunidades cuyos aportes son fundamentales para construir una respuesta que ponga en el centro los cuidados y el mantenimiento de la sociedad y de la vida.
  • Que implementen políticas efectivas para combatir la desigualdad, factor de riesgo de las personas y comunidades en situación de vulnerabilidad, poniendo los derechos de éstas por encima de los intereses de corporaciones, empresas y élites económicas.
  • Que garanticen mecanismos efectivos de prevención, protección y atención urgente ante las violencias machistas al interior del hogar que potencialmente pueden generar las situaciones de confinamiento. 
  • Que garanticen el flujo de información transparente, objetiva y contrastada hacia el conjunto de la población, con el fin de contrarrestar fake-news (noticias falsas) y otras informaciones que contribuyen a exacerbar el miedo y la confusión.
  • Que dejen de crear y alentar discursos que provoquen discriminación y estigmatización de las personas con COVID-19 y que la atención de pacientes se maneje de forma responsable, científica y laica.

Asimismo, hacemos un llamado a organizaciones, colectivos, movimientos sociales y población en general a cuidarnos y acuerparnos colectivamente, a promover la solidaridad, afrontando la situación actual con todos los medios, creatividad y energía a nuestro alcance para mantenernos sanas, vigilantes y activas en la construcción de alternativas de vida que, tal y como pone de relieve la crisis actual, cada vez son más urgentes  y necesarias. 

¡Transformemos el miedo en abono de libertades y derechos para el presente y el futuro!

¡Viralicemos la solidaridad!

Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos (IM-Defensoras)
Asociadas por lo Justo (JASS-Mesoamérica)
Colectiva Feminista para el Desarrollo Local de El Salvador
Consorcio Oaxaca
Fondo Centroamericano de Mujeres (FCAM)
Iniciativa Nicaragüense de Defensoras (IN-Defensoras)
Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras
Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México
Red Salvadoreña de Defensoras de Derechos Humanos