Megaproyectos de muerte: la Termoeléctrica en Huexca ante la devastación ambiental de Morelos

Compartimos este artículo de opinión publicado en La Jornada Morelos sobre la Termo Electrica – A 25 de septiembre de 2020

JOSEMANUEL LUNA…

La urbanización e industrialización del estado de Morelos ha resultado en una devastación socioambiental, la cual se ha agudizado con la prospección y desarrollo de una serie de megaproyectos presuntamente sustentables que han propiciado el desarrollo de cierto tipo de infraestructuras que acompañan, convalidan y retroalimentan la reconfiguración capitalista del territorio. Por ejemplo, la Central Termoeléctrica de Ciclo Combinado que se ha instalado en la comunidad de Huexca, en el municipio de Yecapixtla, y que hoy día amenaza con sobreexplotar y contaminar los recursos hídricos subterráneos y superficiales del estado de Morelos.

La termoeléctrica en Huexca representa una megainfraestructura que ha producido un escenario de conflictividad socioambiental frente a la devastación latente del territorio. Recuérdese que la inversión multimillonaria del capitalismo español representado por las empresas Abengoa, Elecnor y Enagás han construido —en contubernio con la Comisión Federal de Electricidad— una infraestructura que consta de tres turbogeneradores de gas y uno de vapor y un acueducto que pretende extraer agua del caudal del Río Cuautla para la operación y enfriamiento de los turbogeneradores.

El proyecto energético de la Central Termoeléctrica en la comunidad de Huexca representa un foco rojo para la devastación socioambiental en el estado de Morelos. En primer lugar, se ha de considerar que la infraestructura que se requiere para su funcionamiento necesita de un acueducto de poco más de 10 kilómetros de longitud para extraer más de 500 litros por segundo del caudal del Río Cuautla. Aunque presuntamente dicho volumen será obtenido del agua excretada por la Planta de Tratamiento del Sistema Operador de Agua Potable y Saneamiento del Río Cuautla (soaps), en realidad, expertos en ingeniería hidráulica y pobladores de Anenecuilco han denunciado la existencia de diversos puntos de conexión del acueducto a canales del Río Cuautla y la perforación de pozos para la extracción de agua subterránea. En segundo lugar, la Central Termoeléctrica representa un factor de impacto socioambiental en tanto que se producen altas concentraciones de dióxido de nitrógeno y ozono que terminaría por provocar una fuente de disminución de la función pulmonar para los habitantes de la comunidad de Huexca y una reducción en la capacidad agrícola y forestal, en tanto que el proceso de fotosíntesis se ve atrofiado.

El problema del consumo productivo del agua por parte de la termoeléctrica no sólo queda en la construcción del acueducto que busca extraer agua del cauce del Río Cuautla, sino que al interior de la Central Termoeléctrica —según testimonios de los pobladores de Huexca y de expertos en hidroingeniería que han visitado la comunidad— se están llevando a cabo diversos trabajos que presuponen la perforación de pozos al interior de las instalaciones para poder abastecer de la cantidad de agua a la Termoeléctrica, una vez que el caudal de los manantiales y del Río Cuautla, se ha visto disminuido en los últimos años, por lo que en sí mismos no representan una fuente de agua suficiente para el funcionamiento de la megainfrasestructura.

Los peligros derivados de la entrada en operación de la Termoeléctrica, no se quedan, desafortunadamente, en supuestas especulaciones alarmistas de la comunidad, ambientalistas y de científicos críticos que se han opuesto activamente en contra de este megaproyecto; la realidad hídrica de zonas del país en los cuales se han construido Centrales Termoeléctricas muestran, precisamente, la inviabilidad ecológica e hídrica de este tipo de megaproyectos. Tal es el caso de la Termoeléctrica en Tula, Hidalgo, para cuyo funcionamiento se han perforado diversos pozos de los cuales se extraen importantes volúmenes de agua tanto para su operación directa, como para el suministro de energía a los parques industriales que se han establecido en dicho territorio.

Ante la creciente incertidumbre que representa la devastación ambiental e hídica que actualmente se ha producido en Morelos por la reconfiguración urbana e industrial del territorio, se puede establecer que el estado de Morelos no es viable para la operación de la Termoélectrica en la comunidad de Huexca, en tanto que el Río Cuautla, de por sí ha visto disminuido y contaminado su caudal, así como la sobreexplotación de los recursos hídricos de la entidad, se verían impactados negativa e, incluso, catastróficamente tanto por la extracción de agua por medio del acueducto, pozos y demás tomas clandestinas que se instalen para abastecer de agua a la megainfraestructura, así como también por el calentamiento del agua excretada y devuelta al Río Cuautla una vez de haber sido utilizada por la termoeléctrica.

La Central Termoeléctrica de Ciclo Combinado construida en la comunidad de Huexca no sólo resulta hídrologicamente inviable sino que, también, es innecesaria, pues ni en los municipios circunvecinos, ni en el estado de Morelos se requiere de la cantidad de electricidad que se generaría con la entrada en funcionamiento de la termoeléctrica, a menos que, en realidad, ésta fuese ofertada para abastecer a la industria que actual y proyectivamente se busca emplazar en la región como parte del Proyecto Integral Morelos. Es decir que la Termoeléctrica de Huexca representa no sólo una superexplotación del agua por medio del sobreconsumo del recurso hídrico sino que, también, ésta cantidad de agua saqueada, implicaría un inminente apuntalamiento del proceso de industrialización de los territorios de la región, que terminaría por impulsar la ya de por sí acelerada devastación ambiental de Morelos.

Dada la inviabilidad hídrica y el talante innecesario de la Termoeléctrica en la comunidad de Huexca, se tiene que impedir a toda costa que esta megainfraestructura entre en funcionamiento. De lo contrario, se estaría dando la estocada final tanto a la vocación agrícola y campesina de la región, así como se impactaría negativamente sobre el metabolismo natural y social del agua, en tanto que el agua superficial y subterránea se vería contaminada y sobreexplotada, en primer lugar, por la propia Central Termoeléctrica y, en segundo lugar, por todos los procesos de industrialización que se generarían posteriormente a la entrada en funcionamiento de la Termoeléctrica.

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha fijado una postura referente a la Termoeléctrica en Huexca que, de mantenerse, daría continuidad a las dinámicas neoliberales de contaminación, despojo y devastación ambiental del territorio morelense. Sin embargo, dado el talante transformador y de rectitud moral y humanista social con el que el actual Presidente fija su ética política, se abre una posibilidad ante la coyuntura que marcaría una ruptura con la larga tradición de devastación ambiental llevada a cabo de forma sistemática por los gobiernos neoliberales que le antecedieron; y, con ello, se vuelve posible poder detener el avance de uno de bastiones más agresivos que hoy día amenazan con embestir desde diversas aristas al estado de Morelos: el Proyecto Integral Morelos.

Para impulsar que el Gobierno Federal recapacite respecto a su posicionamiento sobre el perfil presuntamente sustentable de la Termoeléctrica en Huexca, se deben de ofrecer caminos de solución al problema que, presuntamente, esta megainfraestructura busca atender. Por ejemplo, ante el controvertido avance del megaproyecto de la Central Termoeléctrica de Ciclo Combinado en la comunidad de Huexca, el Programa de Investigación para la Sustentabilidad de la Universidad Autónoma Metropolitana, a cargo de la Dra. Elena Burns, ha presentado un proyecto para que la infraestructura de la termoeléctrica sea reemplazada por una planta de energía solar para la producción de electricidad.

Los costos de operación y mantenimiento de esta interesante propuesta de producir energía a partir de paneles solares, serían de 3.16 mil millones de dólares; mientras que la operación de la Central Termoeléctrica de Ciclo Combinado está costeada en 5.3 mil millones de dólares. El costo de operación de la Central Termoeléctrica de Ciclo Combinado estimado en 5.3 mil millones de dólares no contempla el mantenimiento al acueducto ni al gasoducto; además no considera la variación en el precio del gas lutita (shale gas) que se importaría de Texas (Estados Unidos) para poner en funcionamiento la termoeléctrica.

Además, la propuesta de sustituir la termoeléctrica por una planta de energía solar, permitiría que no se sobreexploten y contaminen los recursos hídricos de la región, en tanto que no se requeriría hacer un uso energético-productivo de los casi 8 mil millones de litros agua que se necesitan para el funcionamiento de la Central Termoeléctrica. Esta u otras soluciones deben provenir del diálogo horizontal entre la comunidad de Huexca, la Academia y los representantes tanto del gobierno local como Federal. Por lo anterior resulta urgente que se diseñen propuestas concretas que tengan como principal objetivo el cancelar o transformar la serie de megaproyectos productivos, energéticos y de comunicación y transporte que se promueven actualmente bajo la forma del Proyecto Integral Morelos. Y si bien la resistencia social se ha topado con la barrera institucional burocrática y política del Estado mexicano neoliberal, esta postura no debe de traducirse en la desmovilización y despolitización de aquellas comunidades que tendrán que sufrir directamente los efectos derivados de la devastación ecológica y social del territorio.

Por lo pronto se tiene que hacer un llamado urgente para que el Gobernador del estado de Morelos e, incluso, el propio Gobierno Federal reconsideren la entrada en funcionamiento de la Termoeléctrica en Huexca. Más allá de los resultados de una consulta “popular” en la que no se vieron reflejados los derechos ambientales y de autodeterminación de las comunidades afectadas, así como de la evaluación supuestamente neutral por expertos internacionales, se tiene que reconocer con ugencia la amenaza de muerte y devastación ambiental que representa la entrada en funcionamiento de la Termoélectrica en Huexca, en tanto que se vendrían a complicar aún más los diversos escenarios de riesgo, vulnerabilidad, injusticia y conflictividad socioambiental, en tanto que las megainfraestructuras que contempla el Proyecto Integral Morelos han propiciado la destrucción del tejido comunitario, la violación de derechos humanos y ambientales, la criminalización de la protesta y el asesinato de activistas sociales frente a la vulnerabilidad socioambiental múltiple y la creciente sobreexplotación y contaminación de la riqueza hídrica y ambiental de la entidad.

Imagen: La Jornada

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