Compartimos este artículo de opinión publicado en La Jornada sobre el Tren Maya – A 17 de marzo 2020
Por Magdalena Gómez E
El proyecto llamado Tren Maya es un vivo retrato de la injusticiabilidad de los derechos de los pueblos indígenas. A la simulación de consulta ni previa, ni libre, ni informada, ni culturalmente adecuada, ajena a los estándares internacionales como señaló la oficina en México de representación de Naciones Unidas; ahora el Poder Ejecutivo ha decretado una fase de seguimiento con las autoridades ejidales y municipales que suplantaron a las indígenas. El objeto de esa llamada fase es revisar los acuerdos tomados cuando libremente aprobaron el Tren Maya, es decir, las peticiones planteadas que consisten en apoyos oficiales diversos.
Pero no queda ahí la auténtica operación de Estado. Ante el amparo
que presentó el Consejo Regional Indígena y Popular de Xpujil (Cripx),
en Campeche, en el cual obtuvo primero una suspensión provisional
respecto del proyecto de tren que ya hemos insistido es más que un tren,
Fonatur presentó una queja cuyo documento es toda una pieza digna de
denunciarse. Argumentó que la suspensión afecta a quienes participaron
en la consulta y aprobaron el proyecto. Es decir, se abroga la
representación de dichas autoridades ejidales y municipales, habla en su
nombre, son su estandarte para tender un manto de legalidad a su consulta.
No sólo eso, reproduce el discurso oficial respecto a los indígenas, no a los pueblos, lo sabemos, a los indígenas que reciben apoyos individualizados y miente ante el Poder Judicial señalando que son entidades de derecho público cuando la contrarreforma indígena de 2001 los ubicó como entidades de interés público y a la fecha la Constitución no se ha reformado. Si recordamos que el Poder Legislativo en la creación del Instituto de Pueblos Indígenas mencionó que lo son de derecho público. ¿Pretendió reformar la Constitución a través de una ley? Todo se vale. Reiteró que se trata de un reordenamiento territorial sin abordar la implicación en términos del mercado de tierras sustentando el proyecto en que las vías del tren ya existen. Pero este galimatías fue recibido por el tribunal colegiado de circuito, que al resolver el discurso de queja, perdón, el recurso de queja, transcribió ampliamente el sustento de la suspensión, las jurisprudencias que se han emitido por la Corte en materia indígena, el texto del artículo 2º constitucional y ello le sirvió para rechazar el cuestionamiento de Fonatur sobre la representatividad de los promoventes del amparo, lo cual es positivo, validó su interés legítimo, pero introdujo la limitante de que la suspensión se circunscribe al ámbito geográfico donde se ubican los promotores. Ello a partir de la facultad de modificar la suspensión que la jueza primera de distrito con sede en Campeche había otorgado respecto al proyecto en cuestión. Es decir que el área de influencia del proyecto o el impacto no atañe a la integridad territorial de los pueblos indígenas, sino que aplicó el criterio jurídico tradicional de amparar sólo a quien promueve . Las autoridades de Fonatur se dieron por satisfechas, ya que en virtud de tal determinación la jueza asumió ese criterio en la audiencia incidental del pasado 4 de marzo y si bien concedió suspensión definitiva lo hizo sólo para el área de influencia acotada a Calakmul.
Falta avanzar en el juicio de amparo, presentar pruebas y obtener una
resolución definitiva. Mientras, continuarán con el proyecto. El asunto
no queda sólo entre funcionarios que simulan y jueces que no ven y
comunidades indígenas apelando al respeto a sus derechos mediante un
juicio de amparo. El panorama está cargado de señales que configuran el
patrón de despojo que viene de tiempo atrás. En los días previos afloró
un escándalo en el Registro Agrario Nacional, dependiente de la
Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, a través de un
informe sobre mercado de tierras y prácticas corruptas que derivó en la
remoción de su delegado en Yucatán. Se aplicó control de daños y sólo
los medios locales filtraron datos del informe. Justamente es un telón
de fondo no casual, no de ahora, en la trayectoria de tratamiento
oficial en la península, frente a los ejidos a partir de la
contrarreforma salinista al 27 constitucional. Hay juicios en curso
derivados de esas prácticas que involucran a otras dependencias.
¿Cómo y de dónde saldrán las tierras que requieren los polos de desarrollo previstos para el llamado Tren Maya? Fonatur en días recientes aplicó un blindaje al reservar información respecto del proyecto llamado Tren Maya reservándola por cinco años, en un contexto en que un día se habla de recursos sólo del gobierno y otro de inversión privada. Lo contrario de transparencia es oscuridad y esa es la apuesta oficial hoy, mientras otras comunidades buscarán el amparo de la justicia federal, como un pie en la resistencia.
Compartimos esta nota publicada en Pie de Página sobre el proceso de resistencia del pueblo maya en calakmul ante el Tren Maya – A 4 de marzo de 2020
Un juzgado de Campeche ratificó la suspensión del Tren Maya
pero la acotó a la zona de Calakmul, pese a que el amparo abarca la
totalidad del proyecto. La orden judicial deja inconformes a las
comunidades que interpusieron el amparo. Queda pendiente una audiencia
constitucional, definitoria, para final de mes
Texto: Daliri Oropeza
La jueza primera de Distrito Grisell Rodríguez Febles del estado de
Campeche ordenó suspender de forma definitiva los trabajos del Tren Maya
en el territorio de Calakmul, tras un juicio de amparo interpuesto por
los pueblo Maya y ch’ol organizados en el Consejo Regional Indígena y
Popular de Xpujil (Cripx).
La suspensión, sin embargo, deja un sabor amargo entre las
comunidades, de acuerdo con la abogada del Cripx, Elisa Cruz Rueda. Si
bien es una buena noticia para Calakmul, no obedece a la demanda que
hace el Consejo sobre la totalidad del proyecto del Tren Maya.
Las comunidades representadas por Cripx se ampararon por la manera en
la que se llevó a cabo la consulta sobre el Tren Maya en diciembre del
2019. Y la demanda fue impuesta por los cuatro estados que abarca la
península: Yucatán, Quintana Roo, Chiapas y Campeche.
La Secretaría de Gobernación, el Instituto Nacional de Pueblos
Indígenas y el Fondo Nacional de Fomento al Turismo interpusieron una
queja ante el mismo juzgado en contra de la suspensión provisional,
ordenada el pasado 29 de enero.
En ese sentido, explica la abogada, la orden de la jueza resulta un
éxito para las comunidades que interpusieron el amparo. Pero les
preocupa que la decisión no abarca todo el territorio afectado por el
proyecto del Tren Maya, sino sólo Calakmul.
La abogada señala que están satisfechos pero no conformes.
“No estamos conformes con los límites que se le pone. Es para decir
que en un territorio se aplican los derechos y en otro no. Se viola la
universalidad, interdependencia y progresividad de los derechos”,
explica la abogada en entrevista telefónica.
Falta audiencia constitucional
El juicio tiene varias etapas. Este 3 de marzo se llevó a cabo la
audiencia incidental. Tenía como efecto confirmar la suspensión o
negarla. Derivado de la orden de la jueza, los trabajos referentes al
proyecto del Tren Maya deben detenerse por completo, hasta que se
realice la audiencia constitucional, definitoria, programada a final de
marzo.
Cruz Rueda advierte que esta orden puede sentar un precedente peligroso.
“Van a decir ‘a estos mexicanos se le cumplen sus derechos y a estos no’. Sienta un mal precedente”.
El Consejo Regional Indígena y Popular de Xpujil obtuvo un amparo el
29 de enero ante este juzgado primero. Gracias a ello se suspendió la
construcción de cualquier estación, vía, ejecución, licitación del Tren
Maya en esta zona. Ahora obtiene la suspensión definitiva.
“Para eso es la audiencia incidental, para conservar el estado de las
cosas y que no se violente la materia física del amparo”, recalca Cruz
Rueda.
“Sus formas y modos no fueron acordes con las formas de deliberación y toma de acuerdos de las comunidades”, detalló en aquel momento Romel González fundador del Cripx, “la consulta tampoco se realizó de buena fe y no fue culturalmente adecuada”.
Compartimos esta nota publicada en Pie de Página sobre la suspensión de un tramo del Tren Maya – A 29 de enero de 2020
El primer amparo en contra de la construcción del Tren Maya
fue aprobado hace 12 días. Sus promoventes objetan que la consulta no se
llevó a cabo de la mejor manera, por lo que pidieron la suspensión del
proyecto. La suspensión es temporal y tendrá que atender la resolución
de un juicio que podría tomar meses
Texto: Arturo Contreras Camero
Foto: Martín Zetina/ Cuartoscuro
Un amparo suspendió la aprobación y cualquier acto de ejecución del
Tren Maya. Lo anterior por un amparo interpuesto por comunidades
indígenas del municipio de Calakmul, en Campeche.
El juzgado primero de distrito de Campeche acordó conceder la
suspensión provisional “para que las cosas se mantengan en el estado en
que se encuentran”, por lo que el pasado 14 de enero el Poder Judicial
de la Federación dio la orden de suspensión.
Las comunidades indígenas ch’ol y mayas peninsulares, representadas
por el Consejo Regional Indígena y Popular de Xpujil (Cripx) se quejaron
por la manera en la que se llevó a cabo la consulta sobre el Tren Maya,
por lo que el pasado 6 de enero presentaron su amparo.
“Sus formas y modos no fueron acordes con las formas de deliberación y
toma de acuerdos de las comunidades”, asegura Romel González, miembro y
fundador del Consejo Regional Indígena de Xpujil. “La consulta tampoco
se realizó de buena fe y no fue culturalmente adecuada”, añade.
Su principal crítica es que el Fondo Nacional de Fomento al Turismo,
Fonatur, y el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, INPI, no
siguieron ningún protocolo para llevar a cabo la consulta. También, que
en muchos casos no se consultó a todo el pueblo sino solo a los
representantes ejidales.
“Se hizo con manipulación y mala onda. De mala fe. Si tú lees su
protocolo, hasta abajo, casi casi como en letras muy chiquitas se lee:
‘en el caso de que una comunidad solicite una consulta más específica,
nos lo hagan saber’ ¿Cómo va a saber la gente que tiene ese derecho?”,
dice al respecto Romel González.
“Ese día que vinieron a hacer la consulta les preguntamos si habían
hecho alguna vez una consulta. Nunca habían hecho nada parecido. No
tenían experiencia haciéndola. Además. si el gobierno es juez y parte,
pues obviamente es una consulta a modo”, añade.
Después de la aprobación de este amparo, y de la suspensión temporal,
se tendrá que abrir un juicio, y dependiendo de los resultados de ese
juicio la suspensión se podría hacer permanente o levantarse. Romel no
tiene un estimado de cuánto podría durar este juicio, pero asegura,
podría llevar meses.
El amparo denuncia que la consulta se llevó a cabo sin cumplir con
los estándares internacionales que marca el Convenio 169 sobre
autodeterminación de los pueblos indígenas de la Organización
Internacional del Trabajo.
Niega Fonatur notificación de amparo
Horas después de que el Cripx diera a conocer su amparo, el titular
de Fonatur, Rogelio Jiménez Pons aseguró que no se les ha notificado de
ninguna suspensión. Desde hace meses, el titular ha negado la existencia
de otros amparos.
En otros puntos de la península de Yucatán se han promovido amparos
como éste, sin embargo, de acuerdo con Romel González no se han
sostenido porque no hay gente que firme los reclamos. No hay personas
que los hayan sustentado.
El 19 de noviembre del años pasado, el presidente López Obrador
aseguró que si empezaban a llegar amparos en contra de la construcción
del tren, prefería no empezar la obra, porque se iría atrasando y su
gobierno la dejaría inconclusa.
“No quisiera yo, se los digo así con toda franqueza, que por
mezquindades empiecen a llover los amparos y se detenga la obra y que no
la terminemos en tres años y que termine yo el gobierno y se quede la
obra a medias. ¿Saben qué? Si es así, mejor no la inicio, porque yo no
voy a dejar una obra inconclusa”, aseguró en ese entonces.
El amparo afecta todo el proyecto
“La suspensión es en función de todo lo que viene del proyecto”,
explica Romel González, “No solo de la consulta. Es decir, no suspende
sólo la decisión de la consulta, sino todo el proyecto”. El dictamen es
un reflejo del sentir de la comunidades de Xpujil, que está en contra de
todo el proyecto.
“No es oponerse por oponerse, es como si estuvieran pensando por
nosotros, de qué queremos. Es una actitud totalmente paternalista. Por
lo que nos están ofreciendo es como si dijeran: ‘a ver, yo te vengo a
traer desarrollo, y tú haces como yo te digo’. No es una acción correcta
de mirarnos como sujetos públicos de derecho”. Se escucha la voz fuerte
y sonora de Romel, quien habla en entrevista telefónica.
Él asegura, que los beneficios que traerá el tren parten de
imaginarios del gobierno federal que no son científicos ni racionales.
Si bien por Xpujil, un pueblo elevado a cabecera municipal apenas en
1996, cuando se creó el municipio y la reserva de la biósfera de
Calakmul (de unas 724 mil Ha) no tiene un trazo ferroviario que se
recupere para el paso del proyecto federal, sí cuenta con una autopista,
que es por donde podría pasar el tren.
El problema, dice Romel, es que el paso de una vía ensancharía el
derecho de vía de la carretera, lo que presentaría uno de varios
problemas: o se destruye montes y selvas, o se desplaza a varias
personas del pueblo o se afecta la zona arqueológica.
“Hay una serie de contradicciones porque no nos cabe en la cabeza
cómo es que están pensando. ¿Tú crees que va a pasar un tapir, un
saraguato (mono aullador) o un tigre por ahí? Puede que genere un gran
conflicto, porque va a destruir todos los atractivos que viene la gente a
ver, así para qué queremos un tren”.
Xpujil, un pueblo olvidado
Hasta hace 20 años, este pueblo no tenía luz. Aún hoy sus habitantes
captan agua a través de juagueyes y aljibes y que ni siquiera tiene un
basurero municipal. Sin embargo, a partir de 1996, cuando se creó el
municipio de Calakmul, su población empezó a crecer.
Hoy, parece un pueblo flotante, que entre semana se llena de
estudiantes que atienden a una de sus tres universidades o a los
burócratas del gobierno municipal que vienen a trabajar. Incluso, la
explosión demográfica fue tan súbita que servicios como el de salud, no
se le ha podido emparejar. “Los hospitales no solo carecen de medicinas,
sino a veces también de médicos”, revela Romel.
Como desde hace años, la gente que vive aquí depende de la producción agrícola de chile jalapeño y de chihua (pepitas de calabaza), así como de la apicultura. “La miel de Calakmul es la miel base para mucha de la producción nacional, por el tipo de floración que tiene”, presume Romel.
Imagen: Representantes de Diversas Organizaciones de la Sociedad civil, Académicos y Campesinos del pueblo Maya, convocados por el Congreso Nacional Indígena Región Península de Yucatán,. FOTO: MARTÍN ZETINA /CUARTOSCURO.COM
Compartimos la siguiente nota publicada en el diario El economista sobre el Tren Maya y sus proyectos subsecuentes – A 31 octubre de 2019
El Fonatur pidió al ejido de Bacalar la incorporación de 1,000 hectáreas al proyecto urbano inmobiliario que acompaña al Tren Maya, además de otras 6 hectáreas para la construcción de la estación ferroviaria.
Por Jesús Vázquez
Cancún, QR. El Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) pidió al ejido de Bacalar la incorporación de 1,000 hectáreas al proyecto urbano inmobiliario que acompaña al Tren Maya, además de otras 6 hectáreas para la construcción de la estación ferroviaria.
Luis
Chimal Balam, comisario ejidal de Bacalar, aseguró que desde la última
reunión con Rogelio Jiménez Pons, director del Fonatur, hace más de un
mes, las negociaciones están estancadas, pues la asamblea ejidal no
autorizará incorporar una superficie tan grande al proyecto sin tener la
certeza de que habrá un beneficio económico para los ejidatarios.
“Ellos quieren hacer negocio con nuestras tierras, pero no tenemos
claro de qué manera nos beneficiaremos nosotros. Nos hablan de ser
socios, pero no nos han mostrado una propuesta concreta”, explicó.
El líder ejidal agregó que no hay acuerdo tampoco en la superficie que están dispuestos a incorporar al Tren Maya.
“Lo
último fue que la asamblea le solicitó a Rogelio Jiménez que se muestre
dónde va a estar la estación, dónde son los terrenos que necesitan.
Nosotros les mostramos tres lugares, uno le gustó y dijo que se iban a
hacer los estudios para después presentárselos a la asamblea, pero
después dijo que quieren 1,000 hectáreas al lado, pero lo que está
autorizado por la asamblea son solamente los terrenos a los que va a
llegar el tren”, detalló.
Desde entonces, no ha habido más
acercamientos, porque la postura de la asamblea en ese sentido es
inamovible, es decir, sólo permitir estudios en una superficie de 6
hectáreas para la estación, y esperar a que el Fonatur les presente una propuesta económica para las 1,000 hectáreas adicionales que les ha solicitado en torno a la estación, detalló.
“Rogelio Jiménez vino dos veces conmigo para decirme que tienen planeado un centro poblacional a lado de la estación; pero mi gente también necesita recursos. Le pedimos el cambio de uso de suelo a favor del ejido para después negociar las 1,000 hectáreas”, expuso Chimal Balam.
En entrevista aparte, Jiménez Pons confirmó que hay una propuesta de incorporar 1,000 hectáreas del ejido de Bacalar al Tren Maya,
pero no se trata de expropiaciones, sino de asociación con los
ejidatarios para que ellos renten sus tierras a eventuales
inversionistas de proyectos inmobiliarios que se planean detonar en
torno a la estación ferroviaria, aseguró.
El esquema de
incorporación que el Fonatur propone a los ejidatarios es el fideicomiso
de inversión y bienes raíces, figura empleada para fomentar la
inversión en bienes raíces al colocar Certificados Bursátiles
Fiduciarios Inmobiliarios en la Bolsa Mexicana de Valores, aseveró.
Este
modelo busca aprovechar el expertise del Fonatur en la generación de
proyectos, los cuales se pondrán a consideración de las calificadoras
para que acrediten su rentabilidad, “y en ese momento lanzarlos al
mercado para adquirir el capital para desarrollar las propuestas”,
considerando incluso emplear fondos de retiro, que también ya han alzado
la mano para participar, refirió.
Compartimos esta nota publicada en La Jornada sobre el proyecto Tren Maya – A 6 de enero de 2020
Superan 677 millones de pesos
Son al menos 40 con seis empresas
Dora Villanueva Periódico La Jornada Lunes 6 de enero de 2020, p. 13
El gobierno mexicano celebró contratos por más de 677
millones 511 mil pesos para diseño, asesoría, promoción y construcción
del Tren Maya, antes de las consultas con los indígenas que viven en la
región.
Entre las grandes contrataciones de asesoría está la filial mexicana
de Grupo Typsa, constructora española que no hace más de dos años fue
acusada en Colombia de presuntos sobornos a cambio de obras públicas.
A diferencia de las consultas sobre el nuevo aeropuerto en la Ciudad
de México o el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, en el
Tren Maya primero se establecieron 40 contratos durante un año,
previamente a la opinión de la comunidades que serán afectadas por el
megaproyecto.
Entre las transacciones firmes se cuenta la que ganó en agosto pasado
el consorcio encabezado por Key Capital. El contrato, por 298 millones
987 mil pesos –el más alto hasta ahora que ha sido otorgado bajo
licitación–, es para la definición de la ingeniería básica del tren y se
falló cuatro meses antes de procurar un análisis sobre la conformación
social indígena de la zona.
Luego de éste los contratos más costosos han sido por adjudicación
directa. Encabeza ByA Barrientos y Asociados, empresa a la que se
comprometieron 62 millones 408 mil pesos por trabajos
técnico-jurídicos para la identificación y liberación de áreas de
afectación para la constitución del derecho de vía del proyecto
denominado Tren Maya.
A Mextypsa, filial de la española Typsa, se otorgaron 59 millones 552 mil pesos por asesoría en la estructuración general del proyecto; al despacho Woodhouse Lorente Ludlow, 44 millones por asesoría jurídica; a PwC, 32 millones por asesoría económico-financiera, y a Steer Davies & Gleave México, por el programa maestro, preselección de trazo y estimación de demanda del Tren Maya, 23 millones 870 mil pesos.
Así, a contrataciones vía concurso se han destinado 336 millones 377
mil pesos y a transferencias entre entes públicos 91 millones 447 mil.
Por adjudicación directa suman 249 millones 686 mil pesos, entre los que
se incluye la creación de los fundamentos financieros y legales de la
obra que, según lo referido por el gobierno federal, será al menos 60
por ciento otorgada a la iniciativa privada.
De acuerdo con información pública reportada en Compranet, no sólo el
gobierno federal adelantó recursos para la planeación de la obra. En
octubre de 2018, aún sin el presidente Andrés Manuel López Obrador en el
poder, la administración priísta de Campeche concursó cinco estudios de
previabilidad del Tren Maya por 15 millones 229 mil pesos.
ByA Barrientos y Asociados también fue contratado por el gobierno de
Campeche, cuando estaba a cargo de Alejandro Moreno Cárdenas. Tuvo un
pago de 6 millones 234 mil pesos por una consultoría para el estudio de liberación de derecho de vía. Meses después se le otorgaron en adjudicación directa 62 millones 408 mil para trabajos técnico-jurídicos de derecho de vía en toda la zona.
El director general de la consultora es Ernesto Tadeo Barrientos Quintero, cuyo nombre aparece en el dictamen de juicio político contra Rosario Robles Berlanga, al consignarse como coordinador de Oportunidades en el estado de México, bajo la gestión de la ex secretaria de Desarrollo Social y dos años antes como funcionario de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente.
enosique y Palenque
(proceso.com.mx).- Sin sorpresa, el megaproyecto del Tren Maya recibió
una amplia aprobación hoy, tanto en el “ejercicio participativo de
consulta ciudadana” como en las asambleas consultivas con ejidatarios,
quienes dieron su visto bueno a cambio del compromiso del gobierno
federal de atender las necesidades apremiantes de sus comunidades.
En el caso de la consulta ciudadana
“de carácter vinculante”, pocas personas fueron a votar en Chiapas,
Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, y buena parte de quienes
acudieron a las casillas pusieron su boleta a favor del megaproyecto.
Por otra parte, en las asambleas
consultivas, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) y el
Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI) consiguieron que 5 mil
193 ejidatarios firmaran actas en las que aceptaron “por consenso” la
implementación del tren maya.
En la ciudad de Campeche, vecinos de
antiguos barrios y colonias, como La Ermita y Santa Lucía, cuyas
viviendas se encuentran también a los lados de la línea ferroviaria, se
manifestaron también en contra del Tren Maya. Dijeron que el gobierno
federal les quiere dar trato de “invasores” a pesar de que muchos de
ellos poseen títulos de propiedad que datan de la época porfirista.
Denunciaron que sus predios
familiares fueron afectados por el gobierno de Porfirio Díaz cuando se
tendió la vía férrea y ahora nuevamente los perjudicarán por el Tren
Maya.
En el municipio de Calakmul, donde se
tiene considerado instalar una estación del Tren Maya, el Consejo
Regional Indígena y Popular de Xpujil (Cripx), con presencia en más de
la mitad de las comunidades de esa región, entregó a los organizadores
de la consulta un oficio informando su “rotundo no” al proyecto.
En el documento detallaron sus
múltiples motivos, entre ellos que no hay aún estudios sobre los
impactos ambiental, económico y social que provocará el Tren Maya que
les permitan contrastar el costo-beneficio.
Con estos resultados, el presidente Andrés Manuel López Obrador podrá legitimar su megaproyecto de al menos 120 mil millones de pesos, que prevé la instalación de mil 460 kilómetros de vías para transportar turistas, gente local y mercancías, así como la construcción de 18 estaciones y ciudades nuevas.
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Desde temprana hora paseaba un auto
en las calles del municipio tabasqueño de Tenosique; de la bocina
colocada en su techo salía una voz masculina que clamaba: “Ven a dar tu
voto; recuerda que con este beneficio se crearán empleos para los
habitantes locales y en toda la región del sureste”.
En la cancha techada de la colonia
San Juan, en el mismo municipio, algunas personas acudieron a las
casillas para poner su boleta “sí” o “no” a la pregunta “¿Estás de
acuerdo en que se construya el proyecto integral Tren Maya?” en las
urnas.
En este espacio, las personas tachaban sus boletas frente a las demás, plegaban el papel y lo ingresaban en las urnas.
Los atendían mujeres vestidas con un
chaleco de “servidores de la nación” y una gorra del Tren Maya, bajo la
supervisión de un “delegado de colonia” que tomaba fotos a los votantes
con su pulgar pintado y su boleta marcada por un “sí”.
En los municipios dónde se podía
votar, las autoridades pegaron mantas promocionales en las que aparecían
los beneficios del tren maya e indicaban los lugares de las casillas.
Estas mantas, elaboradas por el
Fonatur, el INPI y la Secretaría de Gobernación (Segob), prometían que
la construcción de las vías y de obras urbanas generarían más de 400 mil
empleos –directos e indirectos–, que el proyecto cuidará el medio
ambiente y el patrimonio histórico de la región, y que llevará un
“desarrollo equilibrado”.
También prometía que los pasajeros
locales pagarán tarifas de “casi la mitad que los turistas”, sin
precisar el monto, y que generaría 157 millones de pesos al día en 2023,
año en que se planea su puesta en marcha.
Como era previsible, sólo fue a votar la gente que tenía interés en el tren, y prácticamente todos votaron a favor.
Pasadas las seis de la tarde, en las
afueras del palacio municipal de Palenque, en Chiapas, seis mujeres
desplegaban y aplanaban, una tras otra, las boletas que se amasaban
sobre una mesa; las instalaron en dos montos: en los más altos estaban
las boletas del “sí” y en otros mucho más pequeños, las boletas de
rechazo al megaproyecto.
En este módulo, mil 889 personas votaron a favor, 32 en contra y nueve anularon sus votos.
Como Proceso lo documentó esta
semana, esta jornada de participación ciudadana no cumple con los
criterios de la consulta indígena plasmados en el Convenio 169 de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT), pues se consultó a toda la
población –y no solamente los dueños originarios de las tierras–, y la
información que brindó el gobierno federal promocionó los beneficios del
tren, sin evocar las posibles afectaciones del megaproyecto en las
comunidades.
“Solo un detallito…”
En paralelo, culminó hoy el proceso
de lo que el gobierno federal nombró “consulta indígena”, encabezado por
el Fonatur y el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), que
arrancó formalmente en una serie de asambleas informativas que se
llevaron a cabo hace dos semanas en 15 comunidades de los cinco Estados
por los que atravesará el tren.
Entre ayer y hoy se realizaron
asambleas consultivas en las mismas comunidades; ahí, representantes
ejidales de territorios indígenas potencialmente afectados por el Tren
Maya expresaron su respaldo al megaproyecto y a la vez refrendaron sus
anhelos de que el gobierno federal atienda sus necesidades.
Dos de estas asambleas se llevaron a
cabo en Palenque y Tenosique; ambos tendrán una estación del Tren Maya y
ya se encuentran en la ruta de otro tren, conocido como La Bestia, en
cuyos vagones se suben migrantes con la esperanza de llegar a Estados
Unidos.
En las asambleas de Palenque y
Tenosique, a las que asistió proceso.com.mx, las intervenciones de los
campesinos e indígenas siguieron un esquema idéntico: en un primer
tiempo, el orador alababa brevemente el tren maya y el presidente Andrés
Manuel López Obrador, y en un segundo tiempo, más largo, exponían el
estado desastroso de sus carreteras o de sus centros de salud y pedía la
intervención del gobierno.
“Todos estamos de acuerdo con el Tren
Maya, y damos las gracias al presidente López Obrador”, dijo el
ejidatario Aldonay Arcos García, e inmediatamente después, añadió: “solo
tenemos un detallito…”
En Boca del Cerro, una localidad
situada a escasos kilómetros de Tenosique, la asamblea se llevó a cabo
en un parador turístico construido en la orillas de las aguas de color
café del Río Usumacinta, desde el cual se puede observar el imponente
puente de hierro amarillo que une los cerros cubiertos de vegetación, y
por el que pasará el tren.
Es precisamente en esta parte de
Tenosique que Fonatur piensa erigir la estación del tren y el “polo de
desarrollo” –una ciudad nueva con hoteles, comercios y viviendas para
hasta 50 mil habitantes– que la rodeará.
“En el ejido de Cortillo Segundo
tenemos una clínica fantasma, no hay médico ni medicinas; el Tren Maya
es todo magnífico pero si me llevan a un turista ahí y se enferma, ¿Con
qué lo curo? ¿Y si se me muere?”, lanzó el ejidatario Miguel Ángel,
quien enseguida se quejó de las facturas de luz de hasta 800 pesos y
exigió a los funcionarios presentes que “no escriben nomás, que sea de
verdad, no de mentiras”.
Y lanzó: “El Tren Maya, no lo vayan a
dejar en medias, porque hay muchos proyectos y todo queda en medias
porque ya no hay recursos”.
Algunas intervenciones mencionaron
malas gestiones de la administración local; por lo que Raúl Gutiérrez
Cortés, el presidente municipal, retó –visiblemente ofendido– a sus
críticos que “tengan los pantalones para decirmelo en persona”.
Ante la cantidad y la diversidad de
las peticiones, el representante del INPI prometió que el gobierno
federal hará el “análisis” y “regresará” para solucionar el
“rompecabezas”, pero advirtió que “vamos a ver los caminos prioritarios,
no nos alcanza para todos”.
Invitó las personas a pensar “de una
manera más regional, no solamente en mi pueblito, nos vamos a poner de
acuerdo para que sea más integral”.
Momentos después, resaltó que “hay
mala información, antes los megaproyectos estaban pensados para poner
los recursos de la nación en manos de las grandes empresas de capital
transnacional, pero en el tren maya sí se van a explotar los recursos,
pero para el beneficio de ustedes, que no haya tergiversiones”.
Ayer, en el municipio chiapaneco de
Palenque –que será el punto de partida del tren–, se escucharon
peticiones similares, a las que los representantes del gobierno federal
contestaron de la misma manera.
“Pido que AMLO nos resuelva; no
estamos en contra del Tren Maya, pero queremos que nos atienda con esta
petición”, dijo la ejidataria Cándida Zaragoza, quien se quejó de que
las calles de su pueblo están “abiertas” o que la luz se desvanece
cuando llueve.
Adolfo Sánchez Jiménez tomó la
palabra y se dirigió hacia Carlos Barceló Ruiz, el enlace de Fonatur en
la región. Mientras el señor hablabla en chol, el funcionario se lo
quedaba viendo, aparentemente concentrado, hasta que el campesino le
preguntó si había entendido algo de lo que le dijo.
Ante la negativa Barceló, el señor se
dio la vuelta hacia la sala, y lanzó: “¿Ya ven compañeros?”. Se
soltaron unas carcajadas en la sala. “¿Dónde vamos a quedar nosotros?”,
cuestionó, y declaró una larga argumentación sobre las tierras, hasta
que el funcionario del INPI le cortara la palabra.
“Le molestan mis palabras”, espetó el
señor mientras se aferraba en el micrófono; “las voces críticas son muy
bienvenidas”, recalcó el servidor público.
Al concluir el evento, las
comunidades presentes designaron a 11 delegados –al que se tomó posesión
de manera ceremoniosa– para integrar una comisión de seguimiento, y el
INPI hizo que los representantes de las comunidades se formaran y
firmaran el acta de la asamblea, el cual planteó que “por consenso y
unanimidad” se acepta la implementación del tren maya.
Omar Galindo de la C., representante
de la Secretaría de Gobernación (Segob), marcó el punto final del
encuentro de Tenosique. “Damos por clausurada la consulta libre, previa e
informada. ¡Dios me los bendiga!”
A propósito de la próxima consulta que realizará Gobierno Federal sobre el Tren Maya este 14 y 15 de diciembre, les compartimos estos mapas de GeoComunes sobre el tema
El trazo del “Tren Maya” retoma la lógica espacial de los ejes troncales incluídos en el proyecto “México 2030”, el proyecto de articulación del territorio nacional a partir de autopistas de cuota que impulsó la administración de Felipe Calderón. La principal diferencia entre ambos proyectos es el tránsito hacia una red ferroviaria que permite disminuir aún más los costos de traslado de mercancías.
Mapa 2. Genera impactos socioambientalesPara adecuar las vías existentes a este proyecto de articulación territorial, el Tren Maya generará ajustes en zonas donde no existe derecho de vía para el transporte de mercancías donde existe mayor riesgo de expropiación, particularmente en las periferias de ciudades como Mérida, Tulúm, Felipe Carrillo Puerto, Bacalar y Campeche, pero también en el trayecto de 100 km entre Izamal y Valladolid y en los 16 km que conducen de la carretera hacia la zona de Calakmul.En el resto del trazo, el proyecto del Tren Maya atraviesa zonas de la península de Yucatán que se caracterizan por la concentración de riqueza cultural y ambiental que combinan núcleos ejidales de comunidades mayas, zonas de humedales y reservas naturales.
Mapa 3. Afectación al patrimonio histórico y culturalDesde la perspectiva del patrimonio histórico y cultural de la península de Yucatán, la ubicación de la gran cantidad de sitios arqueológicos registrados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) permite distinguir zonas con mayores concentraciones, como en el estado de Yucatán. Sin embargo, la menor cantidad relativa de sitios registrados en Campeche y Yucatán señala que se trata de zonas con menor cantidad de investigaciones. La experiencia acumulada con los proyectos de trazado de carreteras, permite concluir que es muy probable que los trabajos del Tren Maya saquen a la luz una cantidad importante de nuevos descubrimientos arqueológicos.Total de sitios arqueológicos registrados por el INAH en la península de Yucatán: 3,657 sitiosTotal de sitios ubicados a menos de 6km de las vías del proyecto del Tren Maya: 826 Total de sitios ubicados a menos de 10km de las vías del proyecto del Tren Maya: 1,288
Mapa 4: Estaciones del Tren como nodos de articulación y expansión de los capitales agroindustriales, inmobiliarios, turísticos y financierosA lo largo de las vías de tren se pretenden instalar estaciones y mal llamados polos de desarrollos (no hay claridad aún sobre el número, por el momento se han anunciado alrededor de 20) que se financiará bajo esquemas de Fideicomiso de Infraestructura y Bienes Raíces (FIBRA). Este esquema financiero complejo y engañoso pretende integrar a los dueños de la tierra como “socios” de esos polos de desarrollo. Con este discurso, las expropiaciones de tierras son enmascaradas como áreas de desarrollo que permitirían que los ejidatarios se convirtieran en socios capitalistas de los proyectos de despojo. Junto a los corredores de expropiación impulsados por las estaciones del Tren Maya, también podrían incluirse algunos proyectos de reordenamiento territorial anunciados en las imágenes de las estaciones que difundió el gobierno actual, mismas que, hasta ahora, constituyen la principal fuente de información sobre el trayecto del Tren Maya.
Compartimos la siguiente nota informativa publicada en Pie de Página- A 29 de noviembre de 2019
La construcción del Tren Maya podría fragmentar los hábitats de ocho áreas naturales protegidas de cinco estados, advierten investigadores de distintas disciplinas. Dio inicio la fase informativa en 15 asambleas regionales de la consulta del proyecto
Texto: Daliri Oropeza
Foto: Lucía Vergara
El diagnóstico: impacto en ríos subterráneos, cenotes, selvas,
humedales, manglares, palmares y arrecifes de 8 áreas naturales
protegidas. Es el resultado de la investigación de un grupo
multidisciplinario sobre los efectos del Tren Maya, en el marco de la
consulta que se llevará a cabo en cinco estados: Quintana Roo, Yucatán,
Campeche, Tabasco y Chiapas.
De acuerdo con cuatro instancias de gobierno, Fonatur, INPI, Segob
[1] y Presidencia, el proyecto contempla una ruta de 1,460 km, con 18
estaciones. Con ello, servicios de transporte para pasajeros locales,
turistas y carga. Estiman una inversión120 mil millones de pesos para la
construcción del tren. Trazan su viabilidad en 4 ejes, medio ambiente,
ordenamiento territorial, desarrollo económico y patrimonio cultural.
Tanto Fonatur (oficina encargada del proyecto) como el INPI aseguran
que en medioambiente, buscarán proteger los recursos hídricos y
acuíferos, en particular cenotes y ríos subterráneos y respetar las
reservas ambientales aunque no detallan cómo. Proyectan 18 “polos de
desarrollo”, entre ellos Calakmul en el corazón de la reserva.
Sobre el ordenamiento territorial, hablan de llevar a cabo procesos
de planeación con participación ciudadana, pero no dicen si van a
comprar tierras o van a expropiar. Hablan del derecho de vía ya
existente, pero eso solo está en una parte de la ruta.
Del desarrollo económico dicen que es prioridad facilitar el acceso a los mercados laborales y “generar nuevas oportunidades económicas”. En cuanto al patrimonio cultural, dicen que es prioridad “facilitar el acceso a múltiples zonas arqueológicas y poblaciones de valor turístico” .
El efecto barrera lo provocarían al intervenir la selva. Esto deriva
en perdida de hábitat provocado por desmonte, entonces los animales se
desplazan, puede pasar atropellamiento de fauna y efecto de atracción
hacia zonas urbanas por búsqueda de alimento.
En el equipo de investigación están la antropóloga Giovanna
Gasparello, la pedagoga Violeta Núñez, el periodista Jaime Quintana, la
historiadora Eliana Acosta, el biólogo David Jiménez, el antropólogo
Antonio Machuca, y de la Asamblea de Defensores del Territorio Maya,
Heber Uc.
Ellas enlistan los ocho territorios protegidos en el trazo del Tren Maya:
Parque Nacional Palenque, Chiapas
Área de Protección Cañón del Usumacinta, Tabasco
Reserva de la Biosfera de Calakmul, Campeche
Reserva de la Biosfera Los Petenes, Campeche
Área de Protección Yum Balam, Quintana Roo
Área de Protección Manglares de Nichupté, Quintana Roo
Reserva de la Biosfera Sian Ka’an, Quintana Roo
Área de Protección Uaymil, Quintana Roo
Una nueva consulta…
Nunca antes se había hecho una consulta de este tipo en la región
Maya. De acuerdo con las cuatro instancias de gobierno federal, es un
proceso de consulta que contempla tres fases a lo largo de un mes:
difusión de información, fase deliberativa y un ejercicio participativo
con votación y urnas a la que denominaron fase consultiva.
Dentro de la etapa de difusión e información, que inició desde el 15
de noviembre, este 28 comenzó la fase informativa realizada a través de
15 asambleas regionales. A partir del 30 iniciará la fase deliberativa
para desembocar en la fase consultiva de votación en urnas el 14 de
diciembre.
La etapa de difusión e información inició desde el 15 de noviembre.
La fase informativa inició el 28 de noviembre, realizada a través de 15
asambleas regionales. A partir del día 30 de noviembre iniciará la fase
deliberativa, para desembocar en la fase consultiva de votación en urnas
el 14 de diciembre.
a dinámica de la consulta fue anunciada en una conferencia del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Habitantes de la región han expresado confusión sobre el proceso de
consulta y la falta de información tanto de la dinámica de la propia
convocatoria, como detalles del proyecto.
Por su parte, aún sin haber consulta, el titular de Fonatur Rogelio
Jiménez Pons anunció el 9 de agosto a las empresas ganadoras de la
licitación para construir el tren: el consorcio integrado por SENERMEX
Ingeniería y Sistemas, S.A. de C.V., Daniferrotools, S.A. de C.V.,
Geotecnia y Supervisión Técnica, S.A. de C.V. y Key Capital, S.A.P.I. de
C.V.
Jiménez dijo que esto integra la ingeniería y diseño de diversos
estudios y proyectos: cartografía, topografía, geología, geotecnia,
geofísica, trazo geométrico, terracerías, estructuras, obras inducidas,
entre otros.
Para garantizar los derechos de consulta, de acuerdo con la el
Convenio 169 de la OIT, debe haber consentimiento libre, previo e
informado de los pueblos indígenas. Pero ya estaba la licitación antes
de que los pueblos definieran si les interesa el proyecto.
Detalle de los impactos
El proyecto, de acuerdo con los investigadores, además de implicar
la deforestación de la selva, la venta de tierras, el cambio de uso de
suelo y la especulación inmobiliaria, conlleva la penetración de una
lógica de mercado que privatiza la tierra y la vida.
Aseguran que esto afectará las propias formas de valoración de los
pueblos indígenas, “los cuales por cientos de años con sus saberes y
prácticas ancestrales han sabido cuidar y conservar, y hacer del Sureste
una de las regiones con mayor riqueza y diversidad biológica y cultural
del país”.
Los investigadores advierten que el Tren Maya implica un “reordenamiento territorial que podría cambiar profundamente las formas de vida de la población indígena y campesina en la región”. A través de los llamados “polos de desarrollo” se edificarán ciudades para abastecer las necesidades turísticas como hoteles, restaurantes, centros comerciales, mano de obra, explican.
El equipo de investigadores muestra preocupación por varios puntos, el primero es que el proyecto está a cargo de Fonatur:
“Fonatur no es una institución destinada al desarrollo de servicios sociales o de infraestructura pública. Se trata de una instancia intermediaria entre el Estado (que ‘posee’ la tierra y la riqueza natural, paisajística y cultural ofrecida en el mercado turístico) y los empresarios (que tienen el capital para invertir en hoteles e infraestructura turística)”.
También expresan:
“Sólo 30 por ciento de los habitantes de los estados por donde cruza el tren tienen acceso al agua, y este impacto se va volver más grave porque no hay una estrategia de potabilización del agua ni de alcantarillado o de tratamiento de aguas residuales”.
Sobre el agua, los investigadores cuestionan qué pasará en Calakmul
ya que actualmente no hay agua suficiente para la población: ¿de dónde
se abastecerán de agua si imponen el proyecto?
Las entidades donde cruzará el Tren Maya -Chiapas, Tabasco, Campeche,
Quintana Roo y Yucatán- albergan 63.6 por ciento de la superficie de
manglar.
Los investigadores advierten además sobre la contaminación de cenotes, grutas, impactados por turismo:
“El proyecto del tren amenaza los ecosistemas y hábitats de las especies endémicas como el jaguar, puma, tapir, pecarí de labios blancos, saraguato de manto, mono araña, zopilote rey, águila elegante y pavo ocelado”.
En su participación en el último seminario de Otros Mundos A.C. en Kinoki, León Enrique Ávila, profesor en la Universidad Intercultural de Chiapas (Chiapas), expuso su punto de vista sobre la ampliación del «Tren Maya» en la Península de Yucatán. Se trata de uno de los 10 «proyectos prioritarios» de la administración entrante, que l@s Mexicanos están invitad@s a aprobar o rechazar en la Consulta Ciudadana Nacional de los 24 y 25 de noviembre.
«Hay que reconocer que de Palenque a Merida y Valladolid ya hay líneas del Tren Maya que se crearon bajo el Porfiriato. Pero entre Cancun, Tulum, Sian Ka’an, Bacalar, Calakmul y Escárcega, es una línea totalmente nueva, que implica una destrucción significativa de selvas en México.
La propuesta del Tren Maya es que atraviese la reserva de Calakmul justo por el medio, al lado de la carretera. Van a partir a la mitad esta reserva que es el último pulmón que tenemos. Ya la reserva de la biósfera de los Montes Azules en la Selva Lacandona ha sido deforestada para siembra de maíz. La otra reserva de la región que se verá afectada es Sian Ka’an. El tren tiene que pasar justo por el medio de esta reserva.
Los impactos serán fuertísimos. Simplemente al romper la reserva a parte de la carretera con otro tren, los animales van a tener un problema de conectividad y de traslado, los jaguares van a empezar a tener endemismos. Si simplemente con la ampliación de la carretera se dañó un lugar emblemático de murciélagos que se encuentran hoy despistados alrededor de la carretera, ¡imagínense el impacto que va a tener un tren! Estamos condenando a partir en dos la selva maya, imponiéndole una línea divisoria y condenándola a su extinción. El venado, el jaguar y todo lo que todavía queda por allá se perderá.
El 70% de las especies vegetales en el mundo ya están en peligro [según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza – UICN]. Entonces lo peor que podría hacer México ante esta conyuntura de colapso sería apoyar este tipo de propuestas que llevan al ecocidio y al exterminio de la vida.
El problema no solo son las vías del ferrocarril que van a implicar tirar miles de arboles. El otro problema es el desarrollo económico asociado al ferrocarril y es lo que no vemos. Es un gran proyecto inmobiliario que incluye resorts, shoppings, lotes residenciales, hoteles de gran calado, y reordenamientos territoriales.
La obra no la hace la Secretaria de Comunicaciones y Transportes con el objetivo de comunicar a los mexicanos y ofrecerles a los pueblitos la manera de sacar sus mercancías. La obra la hace el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR), para que los 15 millones de turistas estadounidenses que visitan Cancun al año puedan moverse. Es una mentira que los mexicanos vamos a poder viajar con este Tren Maya y que nos va a alcanzar: va a estar en dólares. Va a ser como ir a hospedarse en esos hoteles de 5 estrellas de Cancun, Cozumel o Playa del Carmen.
Entre Escarcega y Calakmul, el nuevo trazo del Tren Maya destruiría miles de hectáreas de la Selva Maya
Las comunidades indígenas que son las supuestas beneficiarias del Tren Maya, no se van a beneficiar. No las están tomando en cuenta en la toma de decisiones, no las están involucrando en la participación. En esta consulta, menos las están tomando en cuenta en los proyectos empresariales asociados al Tren. Este es el problema de fondo: ¿Para quién es el proyecto? Para unos cuantos.
Hablan de un tren turístico y de un tren de carga también. ¿Qué va a transportar? ¿Petróleo? Campeche es el principal productor de petróleo en México. ¿O aceite de palma y soya? Hay monocultivos que están acabando con la selva como la palma de aceite y la soya. Tiene que ver el Tren Maya con las nuevas Zonas Económicas Especiales (ZEE) que están proyectadas en la Península de Yucatán, especialmente en Ciudad del Carmen.
El Tren Maya ha sido fuertemente apoyado por gobernadores de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo. En el caso de Chiapas, uno de sus grandes impulsores es el gobernador Manuel Velasco, quien fue evocado en la prensa como el posible coordinador del Tren Maya. Y lo que actualmente criticamos es una inversion de alrededor de 150 mil millones, dos veces y medio el presupuesto del estado de Chiapas.
Debemos tener claro que estamos luchando por la selva, por la vida, y por el último pulmón del sureste mexicano. Si siguen avanzando los monocultivos de palma y de soya o la minería, la sobrevivencia no solo de las especies animales sino también del ser humano está en riesgo. Estos megaproyectos generan un impresionante impacto a la naturaleza que no es tan fácil mitigar con la reforestación. En el caso del proyecto «Sembrando Vida» [que prevé sembrar 1 millón de hectáreas de árboles frutales y maderables en 19 estados de la República, incluyendo los impactados por el Tren Maya], no es lo mismo sembrar canela que sembrar especies de árboles en base a la biodiversidad de la selva. No estaríamos componiendo la selva sino descomponiendola cambiando su composición florística.
La historia nos dice que los antiguos mayas tuvieron que dejar sus grandes ciudades por estrés ecológico. Algunos autores hablan de sequías prolongadas que los obligaron a migrar. Si me pueden asegurar que este proyecto no llevará al colapso del agua, de la vida y la ecología, entonces les doy mi voto para el Tren Maya.«