Informe alerta que efectos del cambio climático son inevitables

Compartimos esta nota publicada en TeleSur sobre un informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) sobre el cambio climático – A 9 de agosto del 2021

Estudios indican que los últimos cinco años fueron los más calurosos desde 1850 provocado la muerte de cientos de personas.

El Sexto Informe ambiental redactado por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) presentado este lunes confirma que ya se han producido cambios generalizados y rápidos al planeta, algunos de ellos irreversibles.

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres hizo referencia a este informe y aclaró que «estamos hablando de un código rojo para la humanidad. Si aunamos nuestros esfuerzos, podemos evitar la catástrofe climática. Pero el informe de hoy es claro: no hay tiempo que perder y no hay margen para excusas”.

El informe, elaborado por casi 234 científicos de 66 países durante tres años, y el mayor hasta la fecha, concluye que no hay duda alguna de que el calentamiento global está causado por la acción del hombre, y que la temperatura global subirá 2.7 grados para 2100 al actual ritmo de emisiones.

Incluso si los países comenzaran a reducir drásticamente sus emisiones hoy mismo, el calentamiento global total probablemente aumentaría alrededor de 1.5 grados Celsius en las próximas dos décadas, un futuro más caluroso que ya está prácticamente asegurado.

El documento estima que el nivel del mar seguirá aumentando irremediablemente, entre 28 y 55 centímetros a finales de siglo con respecto a los niveles actuales.

Siete años después del informe del informe anterior, el cual atribuyó al ser humano la responsabilidad del aumento de temperatura, el nuevo documento de los expertos de Naciones Unidas publicado este lunes llega a otra sombría conclusión.

De acuerdo con este, los sucesos excepcionales que causaron daños y muertes en varias regiones del mundo este verano, no hubieran sido posibles sin las emisiones de gases de efecto invernadero que producimos todos.

Sin embargo, los expertos resaltan que la humanidad puede evitar todavía que el planeta se caliente aún más. Para ello sería necesario un esfuerzo coordinado entre los países para dejar de añadir dióxido de carbono a la atmósfera en torno al año 2050.

Ello implicaría un rápido abandono de los combustibles fósiles a partir de ahora y la posible eliminación de grandes cantidades de carbono del aire. Si esto ocurriera, el calentamiento global se detendría y se estabilizaría en torno a los 1.5 grados Celsius, concluye el informe.

Este es el primero de una serie de estudios que el IPCC publicará en los próximos meses sobre cambio climático y la primera revisión importante de esta amenaza medioambiental desde 2013.

Imagen: La temperatura media mundial fue 1.09 °C más alta entre 2011-2020 que entre 1850-1900. | Foto: EFE

Más información:

Entrevista: El reto de cuidar el medio ambiente de la mano de la tecnología

Compartimos esta entrevista de Código Sur a nuestro compañero Gustavo Castro sobre los retos de cuidar el medio ambiente – A 16 de julio del 2021

El Estado de Chiapas, al sur de México, se caracteriza por su espíritu rebelde. Desde la insurrección del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en 1994, Chiapas se posicionó como un punto de referencia a nivel global para quienes estudiaban los efectos de la globalización y las alternativas al sistema neoliberal dominante.

Pero más allá de la pobreza y la desigualdad que inspira el espíritu rebelde de este Estado, Chiapas es una de las regiones más ricas en recursos naturales de todo México. Desde minerales preciados – como el oro y la plata – hasta gas natural y petróleo, la región se ha convertido en el blanco de empresas extractivistas transnacionales, especialmente desde la aprobación del NAFTA.

Es en ese contexto en que la organización Otros Mundos, una asociación civil sin fines de lucro que lucha, desde el 2006, por preservar la naturaleza y apoyar a las comunidades locales afectadas por las dinámicas de explotación en la región.

En este proceso, Otros Mundos se ha sumado a la infraestructura de Código Sur para mejorar los procesos de uso de tecnologías de la organización. Conversamos con Gustavo Castro, fundador y director de Otros Mundos, sobre el rol de la tecnología en su lucha por preservar el medio ambiente en Chiapas.

Código Sur: Desde hace un tiempo, Otros Mundos ha alertado sobre los ataques de grupos paramilitares contra diferentes organizaciones sociales, más recientemente contra CDH Fray Bartolomé de las Casa (Frayba). Estas organizaciones criminales, ¿estarían interviniendo las comunicaciones de los movimientos sociales? Y de ser así, ante la inacción del Estado, ¿qué medidas están tomando para contrarrestar esta amenaza?

Gustavo Castro: Desde hace años los diversos grupos armados han agudizado su violencia en diferentes partes del estado. En Aldama, Chenalhó, Ocosingo, Carranza, Pantelhó, entre otros municipios. Los conflictos por tierras, por el control político, económico, social, territorial. Aunque su capacidad organizativa y la impunidad con la que operan es alta, no consideramos que tengan la capacidad técnica ni financiera para intervenir comunicaciones de los movimientos. Sin embargo, en la medida en que haya grupos armados vinculados con el crimen organizado, es posible que sí tengan éstos últimos dicha capacidad.

CS: Otros Mundos ha lanzado la Escuela Ejidal y Comunal, como parte de sus esfuerzos de formación a personas que luchan por defender el medio ambiente. ¿Cómo se implementan tecnologías seguras y libres en estos procesos formativos y en la articulación con las comunidades para dar seguimiento a los aprendizajes colectivos generados en la escuela?

GC: Este es un punto muy débil en el movimiento. No solo para los participantes en la Escuela Popular Ejidal y Comunal, sino en la Escuela de Justicia Energética y otros procesos y redes sociales locales. Las personas en las comunidades, a lo mucho, cuentan con la herramienta de Whatsapp. No conocen Telegram o Signal, no se conocen otras vías de comunicación, no se conoce el Zoom u otras herramientas. No hay cobertura de internet, en algunos casos las personas utilizan las redes de WiFi públicas de las presidencias municipales, que son redes abiertas e inseguras, porque no hay otra opción. Quienes tienen celular suelen tener equipos básicos, o no cuentan con información necesaria para darle mantenimiento, para ampliar la memoria de los dispositivos. No cuentan con una computadora para bajar sus archivos fotos etc. y simplemente llega un punto en que se saturan sus teléfonos. “No tengo espacio para más,” nos dicen, y claro, mucho menos tendrán espacio para bajar otra aplicación como el Signal, por ejemplo.

CS: Sabemos que Otros Mundos, como organización que promueve la protección del medio ambiente, enfrenta amenazas constantes. ¿Qué medidas de seguridad han tomado como organización para fortalecer su portal digital y sus comunicaciones?

GC: Sumarnos a Código Sur. Usamos Signal para las comunicaciones, usamos respaldos en discos duros seguros. Algunos de nosotros usamos software libre, no todos ya que algunas herramientas de diseño, y de comunicación, a veces resultan incompatibles con otros equipos.

CS: ¿Cómo concibe Otros Mundos la relación entre la protección del medio ambiente y la utilización de software libre?

GC: El principal beneficio del software libre para el medio ambiente es no requiere de compras de programas o equipos de mantenimiento. Esto permite reducir el consumo comercial de software, que a su vez conlleva a una reducción en el consumo de otros insumos conexos al software privativo, que a su vez requieren una actividad extractiva intensa de energía, agua, minería, papel, combustibles fósiles, etc. El software libre desincentiva esta demanda a largo plazo. Por otra parte, también permite extender la vida útil de los dispositivos o hardware; muchos equipos pasan a ser considerados obsoletos al no soportar nuevas actualizaciones de software privativo, cuando en realidad continúan siendo funcionales. El software libre permite aprovechar esos equipos y reducir la basura electrónica.

Imagen: Amigos de la Tierra España

[Informe] La Gran Estafa: Cómo los Grandes Contaminadores imponen su agenda “cero neto” para retrasar, engañar y negar la acción climática

Informe de Amigos de la Tierra Internacional ATI sobre el cambio climático – A 9 de junio del 2021

Nuestro informe con Corporate Accountability y Global Forest Coalition pone al descubierto la dudosa aritmética, los vagos objetivos y las inviables aspiraciones tecnológicas que se despliegan en los planes “cero neto”. El informe está construido a partir del análisis de los planes de una serie de industrias contaminantes clave, como las de los combustibles fósiles y de energía, la industria de la aviación y tecnológica, la de venta y distribución de bienes de consumo, la financiera y la agroindustria. En el informe también hace una profunda revisión de algunas de las estrategias utilizadas por esas industrias para asegurar que su agenda “cero neto” se convierta en el punto más importante de la respuesta global a la crisis climática.

>>Lee el informe aquí<<

El presente informe encuentra evidencias claras de que los planes climáticos “cero neto” son sencillamente los nuevos intentos de las industrias contaminantes…de eludir su responsabilidad de actuar para abordar el cambio climático.

Introducción

En 2020 los desastres naturales se dieron con una frecuencia tres veces superior a la de hace medio siglo.12 Ya el año 2021 promete tener algunos de los desastres climáticos más extremos de nuestra historia.3Solo en los primeros cuatro meses el planeta ha sido asolado por tifones y huracanes de potencia inusitada,45 temperaturas letalmente bajas,6 plagas de langostas devastadoras7 e inundaciones sin precedente.8 El denominador común de todos estos eventos extremos es el cambio climático.

La velocidad a la que cambia el clima actualmente está alimentando una crisis que amenaza a miles de millones de vidas. Los impactos de esta crisis no son nada nuevo para los pueblos indígenas, las comunidades en resistencia a la crisis climática. Estas comunidades y países son quienes menos han contribuido a la crisis, pero están sufriendo más sus consecuencias y antes que nadie; esto sumado a siglos de un sistema racista y colonial. Pero a medida que los impactos sobre las vidas y el planeta se exacerban en todo el mundo, la población del Norte global está tomando conciencia de las realidades de la crisis climática, además de las otras crisis que ésta agrava, como la del hambre, la pobreza y la crisis sanitaria. En los últimos años, cada vez más personas se suman a los jóvenes, los pueblos indígenas, las comunidades en resistencia, las mujeres, las y los jóvenes y las personas de color que han abanderado la reivindicación de la justicia climática.

Esta ola de activismo mundial, desde huelgas escolares9 asentadas en las conversaciones climáticas de la ONU,10 ha colocado las múltiples crisis existenciales a las que nos enfrentamos a la cabeza de la lista de prioridades de los gobiernos, y las empresas y financiadores que también anuncian acciones climáticas. Estos actores se apresuran ahora a dar respuestas, antes de que los llamados a la acción se hagan más fuertes. Pero los Grandes Contaminadores están respondiendo con los mismos trucos que durante décadas vienen utilizando en su campaña; maquillar de verde sus prácticas corporativas y presentarse como la solución, por una parte, y mentir al público mientras retrasan las acciones reales, por la otra.

En vez de ofrecer soluciones reales y significativas para abordar de manera justa la crisis que crearon de manera deliberada, y asumir la responsabilidad de actuar empezando por reducir drásticamente las emisiones en su origen, los gobiernos y las grandes empresas contaminantes desarrollan planes “cero neto” que requieren poco o nada en materia de soluciones reales o reducciones de emisiones efectivas y reales. Lo que es más, tal como queda recogido en el informe, ven el potencial que tendría mundialmente el “cero neto” para ofrecerles nuevas oportunidades de negocios, en vez de limitar la producción y el consumo de sus productos contaminantes.

Tras décadas de inactividad, de pronto, las empresas se desviven por comprometerse al “cero neto” en emisiones. Entre otras, hablamos de gigantes de los combustibles fósiles como BP, Shell y Total; las grandes tecnológicas, Microsoft y Apple; minoristas como Amazon y Walmart; financieras como HBSC, Bank of America y Blackrock; líneas aéreas como United y Delta; y agroindustrias productoras de alimentos, ganado y carne como JBS, Nestlé y Cargill. Las compañías contaminantes compiten por colgarse la medalla de alcanzar unas emisiones “cero neto” para 2050, o alguna otra fecha del futuro lejano. En los últimos años, más de 1500 empresas han anunciado sus compromisos “cero neto”, ante el aplauso de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC)11 y el Secretariado General de Naciones Unidas.12

¿Pero hay algo que aplaudir en el “cero neto”? ¿Podemos confiar en estas compañías, con sus penosos antecedentes de bloquear avances y no tomar medidas significativas? ¿Sus promesas están respaldadas por planes de acción de verdad, y sus planes refuerzan la democracia y apoyan las prioridades de las comunidades indígenas y más impactadas?

Al tratar de dar respuesta a estas preguntas, el presente informe encuentra evidencias claras de que los planes climáticos “cero neto” son sencillamente los nuevos intentos de las industrias contaminantes, y los gobiernos neoliberales que las obedecen, de eludir su responsabilidad de actuar para abordar el cambio climático o reparar los daños que han infligido a los ecosistemas y las comunidades más impactadas y en resistencia a la crisis climática. Los planes que están preparando podrían incluso agravar la crisis climática.

En la primera sección, el informe resume el análisis existente sobre cómo los planes “cero neto”, más que ofrecer un enfoque creíble de la política climática, son un vehículo para que los Grandes Contaminadores maquillen de verde sus decisiones corporativas. Al analizar los planes “cero neto” de toda una serie de compañías contaminantes de diferentes industrias, el informe detalla en la segunda sección, que estos planes ocultan peligrosamente más contaminación y desvían la atención de la acción real necesaria. En la tercera sección, el informe muestra con varios ejemplos ilustrativos que el centrarse en el “cero neto” es una elección premeditada: es la culminación del ejercicio de cooptación empresarial de la política climática que han realizado los Grandes Contaminadores usando, entre otros recursos, su gigantesca influencia corporativa obtenida mediante campañas de incidencia, contribuciones económicas, relaciones públicas e influencia en el mundo académico.

Por último, el informe es una llamada urgente a la acción para que todas y todos los implicados en la elaboración de políticas a nivel mundial cambien de rumbo ya. Los planes “cero neto” amenazan con suplantar las acciones probadas y significativas, y con afianzar una economía contaminante y destructiva para que se prolongue durante décadas. El planeta y sus habitantes dependen de que los gobiernos del mundo hagan cuanto esté en sus manos, ya, para reducir las emisiones hasta el cero real, no neto. Cualquier otra medida tendrá consecuencias letales para miles de millones de personas y sus medios y sustentos de vida.

>>Lee el informe aquí<<

“Cero neto”: la gran estafa

¿QUÉ SIGNIFICA «CERO NETO»?

Cada vez más, el concepto de “cero neto” se malinterpreta en los espacios políticos, así como por los actores individuales para evadir la acción y eludir la responsabilidad. La idea del uso de los Grandes Contaminadores del “cero neto” es que una entidad puede seguir contaminando como siempre (o incluso aumentar sus emisiones) y compensar esas emisiones de diferentes maneras. En estos planes, las emisiones se reducen a una ecuación matemática; pueden substraerse de un sitio y sumarse en otro. Es una ecuación sencilla en teoría, pero que falla estrepitosamente en la práctica: estos programas se están utilizando para ocultar la inacción, trasladar la carga procedente de los recortes de emisiones y la evitación de la contaminación a comunidades históricamente explotadas y jugarnos nuestro futuro colectivo apostando por garantizar el impacto destructivo y prolongado sobre la tierra, los océanos y los bosques y por las tecnologías de geoingeniería, como las que aparecen en el recuadro Distracciones Peligrosas. Estas tecnologías son sumamente arriesgadas, no existen a la escala supuestamente necesaria y pueden llegar a causar daños enormes y probablemente irreversibles.1314

COLONIALISMO DE CARBONO (CO2LONIALISMO)

Las comunidades históricamente explotadas han estado advirtiendo acertadamente que muchos de los programas usados por estos contaminadores, como las compensaciones y REDD+, entrañan un nuevo colonialismo de carbono. Poniéndoles la etiqueta de “cero neto”, los Grandes Contaminadores están siguiendo patrones similares de dominio histórico, intentando disfrazar el neocolonialismo con el lenguaje de la sustentabilidad medioambiental. También trasladan la carga de la acción climática de los países y corporaciones responsables de producir y consumir emisiones a las comunidades de primera línea.15 No obstante, los actores contaminantes que pagaron los proyectos se quedan con el crédito de recortar las emisiones. Esto puede crear una dinámica en la que los países que están llevando a cabo los proyectos de eliminación de las compensaciones carguen de forma desproporcionada con el lastre de la acción climática, recibiendo poco o ningún crédito para la consecución de sus propios objetivos según el Acuerdo de París. En el contexto geopolítico, también acorrala a países del Sur forzándoles a recurrir a los mercados de carbono para financiarse, ya que la financiación climática que les deben los países históricamente responsables de las emisiones se les deniega repetidamente. Además, aumentan el riesgo de desplazar a los pueblos de sus tierras, de provocar acaparamiento del territorio, y de que se prive a la gente, en particular a los pueblos indígenas, las comunidades de pequeños agricultores y las mujeres que administran la tierra, de su derecho a la alimentación, de sus culturas y su sustento.16 Para las comunidades que ya están sufriendo las consecuencias múltiples de la pandemia de COVID-19, un aumento repentino de proyectos de compensación de emisiones agravaría sin duda el desastre.

¿QUIENES SON LOS GRANDES CONTAMINADORES?

Los Grandes Contaminadores son los sectores industriales, compuestos por las empresas y negocios o asociaciones que las representan, cuyas operaciones son las principales responsables de las emisiones que han provocado y siguen impulsando la crisis climática.17 Solo 100 corporaciones son responsables del 70 por ciento de las emisiones históricas.18 Aunque la industria de los combustibles fósiles es un miembro destacado del grupo, se incluyen también otros sectores altamente contaminantes y emisores, como los de alimentos industriales y agronegocios (responsables de al menos un tercio de las emisiones mundiales),19 la aviación (entre los 10 principales emisores mundiales),20 la tala,21 el menudeo22 y la tecnología23 y los grupos que las apoyan. Esto también incluye a las instituciones financieras y aseguradoras que invierten billones en modelos empresariales extractivos y contaminadores.

Estas industrias no solo son responsables de la mayoría de las emisiones globales hasta la fecha, sino que también son fundamentales para la máquina de negación, retraso y engaño que ha llevado a una falla global para actuar para abordar de manera equitativa la crisis climática. Los Grandes Contaminadores llevan décadas gastando cantidades insospechadas en negar la ciencia climática, sembrar dudas y bloquear casi todas las políticas climáticas de relieve que se han puesto sobre la mesa.24252627 Tienen un historial contrastado de engaños, retrasos y negaciones, y el interés financiero de seguir contaminando a cualquier coste para las personas o el planeta.

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Imagen: Vincent Go / Greenpeace

Más información:

[Informe] Lo que está en juego en América Latina y el Caribe: perspectiva desde la justicia ambienta

Compartimos este informe de Amigos de la Tierra América Latina y el Caribe ATALC – A Febrero del 2021

Introducción:

Los pueblos de América Latina y el Caribe, empobrecidos tras siglos de opresión y expoliación de sus bienes naturales, hoy sufren los terribles impactos de las profundas crisis sistémicas globales que afectan los sistemas ecológicos que hacen posible la vida, al tiempo que generan mayor concentración, desigualdad y exclusión. La crisis climática, de la biodiversidad, del agua, de la alimentación, de los cuidados, y ahora la crisis de COVID 19, están interrelacionadas y son consecuencia del sistema de acumulación capitalista que privilegia el crecimiento continuo y el afán de lucro, al tiempo que atenta contra la vida, destruye la naturaleza y viola los derechos de los pueblos.

Las múltiples crisis a las que se enfrentan los pueblos en América Latina y el Caribe tienen su origen en la infame injusticia que se reproduce a diario en un continente profundamente desigual, de la mano de gobiernos de derecha y neoliberales que desprecian a las clases populares y las empobrecen con sus políticas criminales. El debilitamiento o privatización de lo público a manos de las empresas transnacionales, y como resultado de las políticas neoliberales fomentadas por las Instituciones Financieras Internacionales (IFIs) y la agenda de liberalización del comercio y las inversiones, aplicadas al pie de la letra por los gobiernos de derecha que responden a los intereses del gran capital, lleva a que las clases populares sufran todo el rigor de la destrucción de sus territorios, del cambio climático, de las pandemias y otros impactos del modelo depredador. Gobiernos y políticas que refuerzan no sólo la opresión de clase, sino también patriarcal y racista, y violan sistemáticamente los derechos de las mujeres, de las comunidades negras y afrodescendientes y de los Pueblos Indígenas.

Lo cierto es que América Latina y el Caribe, como otros continentes del Sur del mundo, aún hoy sufre las consecuencias de la dominación colonial y neocolonial y de la ofensiva imperialista que históricamente han sido impuestas a sangre y fuego, dejando un nefasto legado de opresión y explotación de los pueblos y la naturaleza en función de los intereses de las clases dominantes y de las potencias coloniales e imperialistas.

El sistema capitalista, patriarcal, racista, en su fase neoliberal y con fuerte predominio del capital transnacional y del sector financiero que operan en connivencia con las clases dominantes nacionales, acecha a nuestro continente, niega los derechos colectivos conquistados mediante la lucha, y genera destrucción, despojo, pobreza y hambre en nuestros pueblos.

La expansión del capital sobre los ecosistemas y su consecuente degradación, se articula con la reorganización del trabajo y de la sociedad para posibilitar el incremento de las tasas de ganancia y consolidar la capacidad de lucro de los actores y élites económicas nacionales y transnacionales. Proceso que se sostiene en base a la explotación del trabajo de las mujeres, que como consecuencia de la división sexual del trabajo están obligadas a hacerse cargo del trabajo de cuidados, que no es reconocido como trabajo productivo y por lo tanto no se le asigna ningún valor. Todas estas características de un sistema que privilegia la ganancia privada sobre los derechos de los pueblos, sumen a la región latinoamericana en una situación dramática, además con la clase trabajadora, especialmente las mujeres, afectada gravemente por la crisis global de la salud y sus consecuencias, producto del neoliberalismo, que ha llevado a que la pandemia por COVID19 tenga efectos devastadores y letales. Estos nefastos ataques a los pueblos, a sus derechos y a sus territorios, imponen retos de gran envergadura.

Pero como antes en la historia del continente, aún en un duro contexto en que tiene lugar una disputa política, de sentidos, en torno a los derechos y los territorios, los pueblos, sus organizaciones, procesos y movimientos continúan construyendo proyectos e iniciativas populares emancipatorias, desde principios éticos y políticos que marcan el camino para una transformación radical, como propone entre otros el movimiento feminista, apelando a la resistencia y al coraje que caracterizan la lucha por la democracia y el poder popular, la soberanía de los pueblos y la justicia en todas sus manifestaciones.

Nuestra apuesta por la justicia y la soberanía de los pueblos exige promover nuevas relaciones sociales, reconociendo la centralidad del trabajo para generar las bases materiales para la producción y la reproducción de la vida.2 Los movimientos y organizaciones sociales del continente se comprometen día a día a construir las condiciones necesarias para garantizar una vida digna para nuestros pueblos y desmantelar los sistemas de opresión, fomentando políticas públicas y creando procesos productivos que se nutren de y cuidan los sistemas y funciones ecológicas, resistiendo la lógica de la acumulación de capital. Ello exige poner en el centro la sustentabilidad de la vida y los cuidados como principio organizador de los procesos económicos, revirtiendo la división sexual del trabajo y la explotación del trabajo y el cuerpo de las mujeres. Asimismo, reclama romper con la dicotomía entre trabajo productivo y reproductivo y reafirmar la importancia de la autonomía económica de las mujeres.

1. ATAQUE CONTRA LA DEMOCRACIA Y CONTRA LOS PUEBLOS COMO SUJETO POLÍTICO

Este modelo basado en la explotación de la naturaleza y la producción de materias primas con poco valor agregado, para abastecer las cadenas de producción transnacionales, hoy se articula en proyectos nacionales y regionales anti-democráticos y anti populares signados por el papel central del capital, con fuerte participación del capital financiero, y el consecuente fortalecimiento de los sistemas de opresión -racista, patriarcal, de clase, colonial.

Se produce así un ataque contra la democracia. Para ese proyecto político la democracia no tiene sentido, es un estorbo, por ello se impone su carácter autoritario, y desarrolla estrategias de guerra para el control de la naturaleza; se persigue, encarcela y asesina a las/os defensoras/es de derechos y territorios, y toman fuerza posiciones fascistas que pretenden eliminar la diferencia y la diversidad para imponer un pensamiento totalitario que se materializa con el rechazo a la participación democrática en la construcción de la política y de las políticas públicas, que pasan a ser dictadas e impuestas por los CEOs de las empresas transnacionales.

La historia reciente de la región da cuenta de un fenómeno por todas/os conocido, pero negado por quienes se favorecen directa o indirectamente de la barbarie. Los golpes de Estado se convirtieron en una práctica constante para derrocar gobiernos y procesos elegidos democráticamente y articulados a la organización popular, que materializaban propuestas de dignificación de la vida a partir de la garantía de derechos para toda la sociedad y focalizados en las clases populares y las/os menos favorecidas/os.

Los golpes de Estado perpetrados en Haití (2004), Honduras (2009), Paraguay (2012), Brasil (2016) y Bolivia (2019), dan cuenta de la magnitud que ha tomado esta práctica criminal de las derechas nacionales aliadas con las fuerzas neoliberales y reaccionarias del Continente y con Estados Unidos. El último golpe, el de Bolivia4, en el que se ejerció la violencia y la sevicia contra el pueblo, vejámenes de distinta índole a mujeres indígenas, asesinatos, humillaciones, ilustra el verdadero rostro de la derecha, su carácter racista y colonialista, y sus imposiciones de muerte y destrucción. El golpe de Estado también puso al descubierto la complicidad de sectores y organizaciones que se jactan de trabajar por la defensa de la democracia, pero desplegaron una estrategia para maquillar al golpe con retóricas ancladas en un supuesto levantamiento popular aprovechado posteriormente por la derecha, dando la espalda a las millones de mujeres y hombres que fueron atacadas/os por las fuerzas militares y policiales cómplices de la derecha fascista.

La organización y capacidad de lucha de los movimientos sociales permitió restablecer la democracia en el país andino, y resultó en la aplastante victoria del Movimiento al Socialismo (MAS) en las elecciones de octubre pasado, con la participación popular más alta en la historia de los comicios electorales en Bolivia. Lo que dejó al descubierto las falacias con las que se pretendió legitimar el golpe desde sectores presuntamente democráticos, pero sobre todo no dejó duda sobre la capacidad popular para organizarse ante la adversidad y ante la imposición de la violencia armada.

Al igual que antes en Paraguay y en Brasil, las empresas transnacionales tenían especial interés en el control de lo que consideran recursos estratégicos para sus cadenas de valor. Cuando no logran imponer de lleno sus intereses, la democracia y las políticas públicas, como la prohibición del maíz transgénico en Paraguay, o la estatización de las reservas de petróleo en Brasil, se transforman en obstáculos a derribar. Para ello cuentan con el apoyo de las clases dominantes y su proyecto político y económico de carácter explotador, racista y patriarcal que se plasma en una agenda de derecha. Asimismo, cuentan con el apoyo y papel activo de Estados Unidos, que mantiene un fuerte interés en tener bajo control a “su patio trasero”.

Así, hoy está en juego en la región el restablecimiento de la democracia, y aunque la correlación de fuerzas es negativa por el signo político de una mayoría de gobiernos de derecha y neoliberales por ahora en el poder, el pueblo boliviano nos ha dado un ejemplo de grandeza, de paciencia y tenacidad para que triunfe la voluntad popular desde la lucha pacífica de los pueblos organizados. También el pueblo chileno ha dado una muestra de su capacidad de lucha contra el poder de la derecha dictactorial y décadas de políticas neoliberales que hambrearon a la mayoría de la población y le negaron sus derechos atentando contra la democracia.

La arremetida en la región, como en otros continentes, se complementa con una ofensiva que pretende deslegitimar la política, banalizarla y con ello reducir el poder popular para la toma de decisiones y para la conducción de los Estados y sus instituciones.

La deslegitimación de la política se enmarca en una estrategia más amplia de control social, que predica la importancia de la gestión eficaz especializada, denostando a la política como una actividad esencialmente corrupta. De esta manera, se pretende desplazar al pueblo de la toma de decisiones y se le vacía de su condición de sujeto político, para que la esfera de decisión sea controlada por los dictámenes de las élites nacionales, las corporaciones transnacionales y las IFIs, que se encargan de dictar las políticas públicas, incluidas las que definen el futuro de los territorios y los bienes naturales que contienen. La deslegitimación de la política y los atentados a la democracia son en realidad ataques contra los sujetos políticos populares que construyen agendas y proyectos políticos y disputan la arena política y la política pública, quienes desde su acumulado histórico intentan cambiar la correlación de fuerzas. Es por eso que los sujetos políticos populares que se organizan en movimientos -como el campesino, feminista, sindical, por la justicia ambiental- son perseguidos, criminalizados, judicializados, asesinados, y se emprenden campañas mediáticas en pos de su estigmatización y deslegitimación.

Una mirada a países como Honduras, Colombia, México o Brasil da cuenta de los ataques sistemáticos a los sujetos políticos populares como consecuencia de su defensa de los derechos de los pueblos y de los territorios; los asesinatos se cuentan por cientos en cada uno de esos países sin que los gobiernos les protejan o implementen medidas estructurales para prevenir esas atrocidades o para acabar con la impunidad que permite su repetición. Colombia, infortunadamente, concentra una de las tasas más altas de asesinatos y violaciones a los derechos de los pueblos y sus derechos humanos. En 2020 casi 400 líderes/as y firmantes del acuerdo de paz fueron asesinados, y desde la firma de los acuerdos de paz hasta agosto de 2020, mil personas fueron asesinadas por su trabajo en defensa de los derechos humanos. En lo corrido de 2021 ya se cuentan 18 defensoras/es asesinadas/os5.

Según Global Witness, organización que hace seguimiento a las violaciones de derechos humanos y pone énfasis en la violencia contra las/os defensoras/es medioambientales, “(el) informe anual sobre asesinatos de personas defensoras de la tierra y el medio ambiente de 2019, muestra el número más alto de muertes en un solo año hasta la fecha. 212 personas defensoras de la tierra y el medio ambiente fueron asesinadas en 2019, un promedio de más de cuatro personas por semana”6.

Y la violencia se manifiesta de manera brutal contra las mujeres que se organizan y lideran luchas en defensa de los territorios, sus derechos y los derechos de los pueblos, cuestionando la raíz del sistema capitalista, patriarcal y racista. La criminalización y la persecución, e incluso los asesinatos, tienen la intención de acallar sus voces e impedir su acción política. Los gobiernos de derecha, machistas y misóginos, emprenden campañas contra lo que ellos denominan “ideología de género”, para imponer su concepción de la familia y del papel de la mujer. De esta manera niegan el papel de las mujeres como sujeto político y llevan adelante una ofensiva que pretende relegarlas al trabajo reproductivo fortaleciendo la división sexual del trabajo y al mismo tiempo explotar sus cuerpos y trabajo. En este marco es más significativa aún la victoria lograda por el movimiento feminista con la legalización del aborto en Argentina, tras años de dura lucha.

Frente a los ataques a la democracia y la deslegitimación de la política, está en juego la necesidad de continuar y fortalecer la construcción de la solidaridad internacionalista contra todos los sistemas de opresión -de clase, racista, patriarcal, heteronormativo, colonial, imperialista-, en la que la unión de los pueblos y sus movimientos nos permita retomar el sentido de la democracia desde la participación de los sujetos políticos populares en la política y en la definición de la política pública para atender las necesidades de quienes más los necesitan, garantizando los derechos de las clases populares, protegiendo a quienes entregan sus vidas por los proyectos colectivos emancipatorios, y deshaciendo el secuestro del Estado y sus instituciones que vienen consolidando las derechas en respuesta a los intereses de los grupos económicos nacionales y de las transnacionales.

Disputar la comunicación desde las construcciones conjuntas y populares.

En este marco y contexto descritos, el poder y el papel de los grandes medios de comunicación empresariales y la manipulación de las redes sociales deben ser confrontados, pues tienen una enorme incidencia e influencia en la normalización de la violencia, en la deslegitimación de la política y en los ataques continuos a cualquier tipo de disputa democrática. Confrontar este poder implica el fortalecimiento de las estrategias de comunicación popular y la disputa por las tecnologías de la información.

Los movimientos sociales nucleados en la Jornada Continental por la Democracia y contra el neoliberalismo7 son protagonistas de la lucha en defensa de la democracia y han identificado la importancia de disputar las comunicaciones, por ello apuestan a la convergencia de medios populares. Ejemplo de ello son Radio Mundo Real (RMR) y, más recientemente, la herramienta Capire, construida en línea de confrontación a los grandes medios empresariales y su hegemonía totalizante, desde producciones propias de las mujeres en lucha. La comunicación es uno de los puntos clave para organizaciones como ATALC y la Marcha Mundial de las Mujeres (MMM), por eso junto a movimientos aliados han participado de iniciativas conjuntas para crear una comunicación popular y feminista, que visibilice las luchas y los proyectos políticos de los pueblos y las mujeres en todo el mundo.

Propuestas de esta naturaleza visibilizan la lucha de las clases populares en pos de proyectos políticos emancipatorios y la construcción y fortalecimiento de iniciativas territoriales, para que las acciones y reflexiones que allí se presentan den cuenta de procesos que logran hacerse un espacio como grandes medios de comunicación. Permiten asimismo participar activamente en la disputa de sentidos.

Enfrentar los bloqueos y ataques a los pueblos dignos y soberanos

La continuidad de los ataques orquestados desde los Estados Unidos contra los pueblos de Cuba y Venezuela, en alianza con gobiernos de derecha y fascistas de la región, se hacen más brutales y repudiables en tiempos de la crisis global de la salud, y configuran ataques históricos y sistemáticos a la democracia. Los movimientos sociales y articulaciones de sujetos políticos populares colectivos tienen entre sus responsabilidades históricas la solidaridad internacionalista con los pueblos cubano y venezolano que han soportado con dignidad y tenacidad la arremetida del imperialismo y de la derecha. En la defensa de los pueblos bajo ataque está en juego la continuidad de sus aportes a la paz e integración regional.

2. OFENSIVA NEOLIBERAL

Ataques a los derechos laborales y desmonte de los derechos conquistados.

La aplicación de políticas neoliberales, que en muchos países se ha profundizado en el marco de la pandemia de COVID 19, también ha traído como consecuencia la adopción de medidas sumamente regresivas en materia laboral. La Confederación Sindical de Trabajadoras/es de las Américas (CSA), organización que representa a más de 55 millones de personas trabajadoras en el continente, ha señalado que la pandemia “dinamizó los procesos y tendencias de deterioro de la vida de la población trabajadora que ya estaban en curso”8. Se deterioraron las condiciones laborales, de la estabilidad del empleo, de los derechos laborales y sindicales, de las posibilidades de mantener salarios dignos, y “los propios sistemas de protección, además de los sanitarios, se encuentran inmersos en profundas crisis en la mayoría de los países de las Américas”9.

Lejos de aportar a la solución de la crisis, las medidas adoptadas por la mayoría de los gobiernos la agravaron, y se amplificó la violencia contra las mujeres, quienes debieron asumir una mayor carga de trabajo de cuidados esenciales para la vida que no son valorados por el capital y el mercado, configurándose un escenario de mayor explotación de sus cuerpos y trabajo. En muchos países, a ello se sumó la falta de acceso a servicios fundamentales como consecuencia de las privatizaciones o el debilitamiento de lo público, el debilitamiento de los servicios de salud sexual y reproductiva, la negación del derecho al aborto, y la obligación de quedarse en casa, un espacio no seguro donde se vieron forzadas a convivir con los perpetradores.

En términos generales, son cuatro los aspectos centrales que representan ataques a los derechos laborales y a los derechos conquistados históricamente:

una reforma laboral de facto respaldada en la necesidad de reactivación económica al tiempo que se reducen los costos laborales10. Como lo denuncia la CSA “aun con medidas de restricción de despidos en estos meses, se denuncian despidos masivos, reducción de salarios y jornadas laborales, negativa a declarar COVID 19 como enfermedad laboral, envío de trabajadoras/es a vacaciones obligatorias y sin pago, cancelación o renegociación de contratos, reformas legislativas para eliminar la negociación colectiva y un desconocimiento general de los sindicatos”11.

Protección de la actividad económica, desprotección de trabajadores/as. La definición de los sectores básicos a mantener operativos durante los confinamientos respondió a criterios presionados por empresarios (la construcción, producción de bebidas alcohólicas, textiles y calzado, por ejemplo) y no a las necesidades básicas de la población durante la pandemia; además, en esos sectores tampoco se garantizó la salud y seguridad de las/os trabajadoras/es. El común denominador fue la ausencia de elementos de protección individual, ausencia de condiciones adecuadas de transporte, falta de agua potable. Con el agravante conocido en la región de la precariedad laboral que debió asumir el personal de salud que tuvo que enfrentarse a la crisis sin equipos de protección adecuados y en muchos casos sin recibir durante meses el pago de sus salarios y obligaciones contractuales.

Endeudamiento como salvaguarda de grandes empresas. Los nuevos procesos de endeudamiento para los países de la región que fueron presentados como necesarios ante la emergencia económica generada por la pandemia, se utilizaron para el salvamento de empresas transnacionales y no para la implementación de auxilios a las pequeñas y medianas empresas, tampoco para la creación de un ingreso o renta básica necesaria y urgente para la población. El caso del intento de salvamento a la transnacional AVIANCA, por el gobierno del derechista Iván Duque en Colombia, es escandaloso. Al momento se ha denunciado que se han entregado cinco mil millones de pesos (COP) a la empresa, mientras en el país andino no se entregó renta básica, se ha superado los cincuenta mil muertos por la pandemia y no se ha empezado la vacunación de la población.

Informalidad. Una de las características del trabajo en la región es la alta tasa de informalidad y las/os trabajadoras/es que tienen esta condición fueron de los/as más golpeadas/os con las restricciones a la movilidad y confinamientos impuestos. Su pérdida de ingresos les ha llevado a situaciones de empobrecimiento extremo.

Las/os trabajadoras/es de las aplicaciones de plataformas sufrieron un empeoramiento de sus condiciones de trabajo que ya de por sí tiene todas las características de la desregulación y explotación laboral: los costos de transporte, protección y mantenimiento de instrumentos de trabajo son asumidos por las/os trabajadoras/es que en su mayoría se movilizan en bicicletas en las que se exponen a accidentes constantemente; no cuentan con derecho a salud ni pensión, ni ninguna prestación legal. Por estas condiciones y situaciones lamentables de accidentes y muerte de las/os trabajadoras/es, en países como Brasil se convocó a movilizaciones desde los colectivos de trabajadoras/es de las Apps, pues mientras ellas/os exponen sus vidas para sobrevivir, las ganancias de las transnacionales dueñas de las aplicaciones crecen de manera exponencial.

En la región está en juego la dignificación del trabajo, en condiciones desfavorables ante el poder de las transnacionales y gobiernos de derecha y neoliberales que avanzan en la precarización, desregulación y desmonte paulatino o acelerado de los derechos conquistados históricamente por la clase trabajadora.

Imagen: ATALC

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La humanidad agotó los recursos naturales disponibles para el 2019

Compartimos el siguiente artículo publicado en Servicios de Comunicación Intercultural (SERVINDI) – Julio 2019

Servindi, 31 de julio de 2019.-

En solo siete meses, la humanidad ya agotó los recursos naturales que el planeta Tierra puede regenerar para este 2019.

Así lo reveló el informe anual de la Global Footprint Network, con sede en Estados Unidos, Bélgica y Suiza.

Según el cálculo «la humanidad vive a crédito desde el 29 de julio», debido a que los seres humanos ya consumieron todo el agua, el aire limpio, la tierra y los recursos naturales disponibles para este 2019.

Después del 29 de julio la humanidad estaría gastando más de lo que el planeta produce.

Este hecho representaría usar a nuestro planeta 1,75 veces más. «Lo que quiere decir que para mantener el ritmo de vida de las personas actualmente necesitaríamos casi dos planetas más», así lo explica el informe de la oenegé.

«Para mantener el ritmo de vida de las personas actualmente necesitaríamos casi dos planetas más»

«Destacar que no podemos usar 1,75 Tierras por mucho tiempo cuando solo tenemos una es simplemente reconocer el contexto de la existencia humana», señaló Mathis Wackernagel, fundador de Global Footprint Network, con motivo del Día del Sobregiro de la Tierra (Earth Overshoot Day 2019).

Se conoce como el Día de la Sobrecapacidad (o del Sobregiro) de la Tierra, cuando el planeta agota todos sus recursos naturales designados para un año. En las últimas décadas, la fecha se adelantó dos meses.

La de 2019 es la más temprana en la historia, de acuerdo con un estudio realizado por la Red Global de la Huella Ecológica. 

«La actividad humana se ajustará inevitablemente a la capacidad ecológica de la Tierra. La cuestión es si elegimos llegar allí por desastre o por diseño», agregó Wackernagel.

Ante estos hechos, la Global Footprint Network también contempla soluciones en cinco áreas clave: ciudad, energía, comida, planeta y población. Si se lograra aplicar dichas soluciones y mover la fecha al menos cinco días más cada año, antes del 2050 se viviría dentro de la capacidad del planeta, señala la oenegé.

En el siguiente enlace puedes calcular cuál es tu huella ecológica: ¿Cuántos planetas usaríamos si todos vivieran como tú?

Imágenes: Foto1: Correo, imagen 2: SERVENDI

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Cambiar de sistema o enfrentar el colapso ecológico mundial

COP 24: las empresas de combustibles fósiles obstaculizan las negociaciones

Comunicado de prensa de Amigos de la Tierra InternacionalKatowice, Polonia, a 14 de diciembre 2018

Mientras las negociaciones de la ONU sobre el clima llegan a sus últimas horas en Katowice, los avances en términos del «Libro de Reglas» del Acuerdo de París y otras decisiones clave, como el reconocimiento del informe sin precedentes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) sobre los 1,5 grados, han sido aterradoramente lentos. Las negociaciones no están bien encaminadas para pasar las pruebas de la ciencia o la justicia, y los gobiernos clave que presionan a favor de los combustibles fósiles imponen muchos obstáculos.

Sara Shaw, Coordinadora del Programa de Justicia Climática y Energía de Amigos de la Tierra Internacional, afirmó: «Siempre supimos que sería una conferencia difícil, que se desarrollaría en el centro de la industria carbonífera de Polonia, y que empresas como Shell, Exxon y BP estarían dentro de las negociaciones y promoverían el mito de que es posible detener el cambio climático sin desmantelar la industria de los combustibles fósiles. Pero sigue siendo devastador ver cómo países como Estados Unidos, Arabia Saudita, Rusia y Kuwait destruyen nuestras chances de tener un planeta seguro donde sea posible vivir y cómo estos países obstaculizan el progreso en cada oportunidad que tienen. Hace más de 50 años se sabe que los gases de efecto invernadero provocan el cambio climático. Sin embargo aquí estamos, al borde de una catástrofe, porque los intereses empresariales y las ganancias de los combustibles fósiles se han infiltrado en las negociaciones sobre el clima para perpetuar el sistema de energía sucia sin que importen los costos para los pueblos y el planeta. El hecho de que Shell se jactara esta semana de haber ayudado a redactar el Acuerdo de París es una prueba más de esta realidad».

Es probable que los gobiernos negocien finalmente un acuerdo sobre el Libro de Reglas necesario para implementar las débiles metas del Acuerdo de París, que fue su mandato en esta 24a Conferencia de las Partes de la CMNUCC. Esta conferencia tuvo lugar inmediatamente después de que se dieran a conocer las conclusiones cruciales del informe especial del IPCC sobre los 1,5 grados. Pero si bien los países en desarrollo y los pueblos vulnerables del planeta necesitan desesperadamente que se proporcione financiamiento para la mitigación, adaptación, las pérdidas y daños, y si bien es vital que aumente la ambición de las reducciones de emisiones, los avances han sido frustrados a cada paso por los países que no tienen ningún interés en detener el cambio climático y que están ávidos por sostener la industria criminal de los combustibles fósiles. Sin embargo, nuevamente vimos cómo se socavó el principio crucial de que los países desarrollados tienen la responsabilidad histórica de hacer más y de pagar la deuda climática que mantienen con el Sur.

Sara Shaw continuó: «Los países ricos están presionando a los países en desarrollo para que acepten normas que no los benefician, y les plantean una elección imposible entre recibir financiamiento para la tan necesaria transición o sobrevivir. Las reglas que se quieren adoptar no nos encaminarían hacia un futuro por debajo de los 1,5 grados y se corre el riesgo de confinar al mundo a décadas de falta de acción».

Entretanto, mientras las empresas de combustibles fósiles disfrutan de niveles extraordinarios de acceso a las negociaciones sobre el clima, la sociedad civil ha sido llevada a los márgenes de las negociaciones y se detuvo, deportó y negó el acceso a Polonia a muchos/as activistas. Los/as activistas que marcharon por la justicia climática en las calles de Katowice estuvieron rodeados/as por un gran número de oficiales de policía fuertemente armados, vehículos blindados y gases lacrimógenos.

Rita Uwaka, de Environmental Rights Action/ Amigos de la Tierra Nigeria, sostuvo:»En el momento preciso en el que necesitamos de las mayores medidas climáticas posibles es que vemos un aumento de los regímenes autoritarios de derecha y de los negadores del cambio climático en Estados Unidos, en Brasil, en Polonia, en Filipinas y en otras partes del mundo. Este es un duro golpe para la democracia, para la justicia climática, para la seguridad de los/as activistas y la gente común en muchos países. Vemos un aumento del apoyo de estos regímenes a la impunidad de los grandes contaminadores. Pero los pueblos se están alzando y se movilizan a pesar de los graves riesgos que corren en algunas partes. La sociedad civil está resistiendo aquí en Polonia. Y continuaremos con el importante trabajo que hacemos en nuestros países, desafiando a los contaminadores, fortaleciendo nuestros movimientos con las comunidades en la primera línea que son las más afectadas por el cambio climático y la energía sucia y desafiando el patriarcado para crear un mundo justo y sustentable».

Foto: Movilización en el marco de la COP 24 en Katowice, Polandia

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Expertos del IPCC recomiendan «cambios sin precedentes» para limitar el calentamiento global a 1,5ºC

«Soberanía Energética Ya»: manifiesto por una transición hacia la justicia climática

 

Expertos del IPCC recomiendan «cambios sin precedentes» para limitar el calentamiento global a 1,5ºC

Comunicado de prensa del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC)* – A 8 de octubre del 2018

El IPCC publicó el Informe especial sobre el calentamiento global de 1,5 °C (conocido como IEsp15), en el cual recomienda a los países que firmaron el Acuerdo de París limitar el calentamiento global a 1,5ºC en lugar de 2ºC y para ello realizar transiciones «rápidas y de gran alcance» en la tierra, la energía, la industria, los edificios, el transporte y las ciudades. El informe está disponible en inglés aquí.

INCHEON, República de Corea, 8 de octubre – Para limitar el calentamiento global a 1,5 °C se necesitarían cambios de gran alcance y sin precedentes en todos los aspectos de la sociedad, afirmó el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) en una nueva evaluación. La limitación del calentamiento global a 1,5 °C en lugar de 2 °C tendría beneficios claros para las personas y los ecosistemas naturales y podría ir acompañada del afianzamiento de una sociedad más sostenible y equitativa, declaró el lunes el IPCC.

El IPCC aprobó el Informe especial sobre el calentamiento global de 1,5 °C (conocido como IEsp15) el sábado en Incheon (República de Corea). Este informe será una contribución científica fundamental en la Conferencia sobre el Cambio Climático que se celebrará en diciembre en Katowice (Polonia), donde los gobiernos examinarán el Acuerdo de París para afrontar el cambio climático. «Con más de 6 000 referencias citadas y la contribución abnegada de miles de examinadores expertos y gubernamentales de todo el mundo, este importante informe da testimonio de la amplitud y la pertinencia normativa del IPCC», dijo Hoesung Lee, Presidente del IPCC.

Noventa y un autores y editores-revisores de 40 países han preparado el informe del IPCC en respuesta a una invitación hecha por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) cuando aprobó el Acuerdo de París en 2015.

El nombre completo del informe es: «Calentamiento global de 1,5 °C, Informe especial del IPCC sobre los impactos del calentamiento global de 1,5 ºC con respecto a los niveles preindustriales y las trayectorias correspondientes que deberían seguir las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, en el contexto del reforzamiento de la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático, el desarrollo sostenible y los esfuerzos por erradicar la pobreza».

«Uno de los mensajes fundamentales arrojado de forma contundente por el informe es que ya estamos viviendo las consecuencias de un calentamiento global de 1 °C, con condiciones meteorológicas más extremas, crecientes niveles del mar y un menguante hielo marino en el Ártico, entre otros cambios», dijo Panmao Zhai, Copresidente del Grupo de trabajo I del IPCC.

En el informe se destaca una serie de impactos del cambio climático que podrían evitarse limitando el calentamiento global a 1,5 °C en lugar de 2 °C, o más. Por ejemplo, en 2100 la elevación del nivel global del mar sería 10 cm inferior con un calentamiento global de 1,5 °C en comparación con uno de 2 °C. La probabilidad de que el océano Ártico quedara libre de hielo en verano sería de una vez por siglo con un calentamiento global de 1,5 °C, frente a un mínimo de una vez por decenio con uno de 2 °C. Los arrecifes de coral disminuirían entre un 70% y un 90% con un calentamiento global de 1,5 °C, mientras que prácticamente todos ellos (> 99%) desaparecerían con uno de 2 °C.

«Cada porción extra de calentamiento tiene importancia, especialmente en la medida en que un calentamiento de 1,5 °C o más incrementa el riesgo asociado a cambios duraderos o irreversibles, como la pérdida de algunos ecosistemas», declaró Hans-Otto Pörtner, Copresidente del Grupo de trabajo II del IPCC.

La limitación del calentamiento global también daría más margen a las personas y los ecosistemas para adaptarse y permanecer por debajo de unos umbrales de riesgo pertinentes, añadió Pörtner. En el informe también se examinan las trayectorias disponibles para limitar el calentamiento a 1,5 °C, qué se necesitaría para seguirlas y cuáles podrían ser las consecuencias.

«La buena noticia es que algunos tipos de medidas que se necesitarían para limitar el calentamiento global a 1,5 °C ya se están llevando a cabo en todo el mundo, pero sería necesario acelerarlas», afirmó Valerie Masson-Delmotte, Copresidenta del Grupo de trabajo I.

En el informe se señala que para limitar el calentamiento global a 1,5 °C se necesitarían transiciones «rápidas y de gran alcance» en la tierra, la energía, la industria, los edificios, el transporte y las ciudades. Sería necesario que las emisiones netas globales de dióxido de carbono (CO2) de origen humano disminuyeran en 2030 alrededor de un 45% respecto de los niveles de 2010, y siguieran disminuyendo hasta alcanzar el «cero neto» aproximadamente en 2050. Eso significa que se necesitaría compensar cualquier emisión remanente por medio de remover CO2 de la atmósfera.

«Limitar el calentamiento a 1,5 °C es posible según las leyes de la química y la física, pero para ello se necesitarían cambios sin precedentes», dijo Jim Skea, Copresidente del Grupo de trabajo III del IPCC.

En el informe se afirma que si se permite que la temperatura global supere o «sobrepase» 1,5 °C, sería necesario depender en mayor medida de técnicas que absorbieran CO2 de la atmósfera para volver a un calentamiento global inferior a 1,5 °C en 2100. La efectividad de esas técnicas no está probada a gran escala y algunas de ellas pueden conllevar importantes riesgos para el desarrollo sostenible. «Limitar el calentamiento global a 1,5 °C en lugar de 2 °C reduciría los impactos problemáticos en los ecosistemas, la salud humana y el bienestar, y facilitaría la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas», declaró Priyardarshi Shukla, Copresidente del Grupo de trabajo III del IPCC.

«Las decisiones que tomemos hoy son decisivas para garantizar un mundo seguro y sostenible para todos, tanto ahora como en el futuro», afirmó Debra Roberts, Copresidenta del Grupo de trabajo II del IPCC. «Este informe proporciona a los responsables de las políticas y los profesionales la información que necesitan para adoptar decisiones dirigidas a afrontar el cambio climático teniendo en cuenta el contexto local y las necesidades de las personas. Los próximos años son probablemente los más importantes de nuestra historia«, añadió Debra Roberts.

El IPCC es el principal órgano internacional encargado de evaluar los conocimientos científicos relativos al cambio climático, sus impactos y sus futuros riesgos potenciales, así como las posibles opciones de respuesta. El informe se ha preparado bajo la dirección científica de los tres Grupos de trabajo del IPCC. El Grupo de trabajo I evalúa las bases físicas del cambio climático; el Grupo de trabajo II aborda los impactos, la adaptación y la vulnerabilidad; y el Grupo de trabajo III se ocupa de la mitigación del cambio climático.

El Acuerdo de París, aprobado por 195 naciones en el 21º período de sesiones de la Conferencia de las Partes en la CMNUCC en diciembre de 2015, incluyó el objetivo de reforzar la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático, y para ello «mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5 °C con respecto a los niveles preindustriales«.

Como parte de la decisión de adoptar el Acuerdo de París, se invitó al IPCC a elaborar, en 2018, un informe especial sobre los impactos del calentamiento global de 1,5 ºC con respecto a los niveles preindustriales y las trayectorias correspondientes que deberían seguir las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. El IPCC aceptó la invitación, a la cual añadió que el informe especial estudiaría dichas cuestiones en el contexto del reforzamiento de la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático, el desarrollo sostenible y los esfuerzos por erradicar la pobreza.

El Calentamiento global de 1,5 °C es el primero de una serie de informes especiales que se elaborarán en el sexto ciclo de evaluación del IPCC. El año que viene el IPCC publicará el Informe especial sobre los océanos y la criosfera en un clima cambiante y El cambio climático y la tierra, que examina el modo en que el cambio climático afecta al uso de la tierra.

El Resumen para responsables de políticas (RRP) presenta las principales conclusiones del informe especial, basándose en la evaluación de la literatura científica, técnica y socioeconómica disponible relativa a un calentamiento global de 1,5 °C. El Resumen para responsables de políticas (RRP) del Informe especial sobre el calentamiento global de 1,5 °C (IEsp15) se puede consultar en http://www.ipcc.ch/report/sr15/ o www.ipcc.ch.

Para más información, diríjase a:
Oficina de prensa del IPCC, correo electrónico: ipcc-media@wmo.int
Werani Zabula +41 79 108 3157 o Nina Peeva +41 79 516 7068
Unidad de apoyo técnico del Grupo de trabajo I del IPCC:
Roz Pidcock, +44 7746 515669

* El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) es el órgano de las Naciones Unidas encargado de evaluar los conocimientos científicos relativos al cambio climático. Fue establecido en 1988 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (ONU-Medio Ambiente) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) a fin de que facilitase a los responsables de las políticas evaluaciones científicas periódicas del cambio climático, sus implicaciones y sus futuros riesgos potenciales, y propusiese las estrategias de adaptación y mitigación. Tiene 195 Estados Miembros.

Más información:

Comunicado de Amigos de la Tierra Internacional en reacción al Informe

[INFORME] Geoingeniería: el gran fraude climático

Informe publicado por el Grupo ETC, Biofuelwatch y la Fundación Heinrich Böll en castellano en agosto 2018

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The Big Bad Fix (El gran fraude climático – Argumentos contra la geoingeniería), informe publicado hoy por el Grupo ETC, Biofuelwatch y la Fundación Heinrich Böll, advierte que la geoingeniería (la manipulación del clima a gran escala) está ganando aceptación en países altamente contaminantes, como una «solución» tecnológica al cambio climático, ya que esos países se niegan a cambiar sus economías basadas en combustibles fósiles. Por ello proliferan los programas y proyectos de investigación sobre geoingeniería, planeados y financiados por la industria e instituciones privadas, principalmente en los países que son grandes emisores de gases de efecto invernadero, como Estados Unidos, Reino Unido y China. El gran fraude climático analiza el contexto y riesgos de la geoingeniería, revela sus actores, intereses creados y las políticas que subyacen al avance de esquemas tecnológicos a gran escala para manipular los sistemas naturales de la Tierra.

Pese a que sea considerada muy peligrosa y hasta inaceptable para muchos expertos científicos y políticos, la geoingeniería se posiciona cada vez más en los debates y negociaciones sobre cambio climático, porque crea la ilusión de que hay atajos tecnológicos con los que se podría manejar los síntomas del cambio climático, sin tener que enfrentar las causas de raíz.

Sin embargo, como detalla el informe, la geoingeniería plantea muchos riesgos para la gente, los ecosistemas y la seguridad. Se basa en un consumo excesivo de tierra, agua y recursos, amenaza por tanto la seguridad alimentaria y erosiona el control democrático de los bienes comunes del planeta, también debido a que estas tecnologías las están desarrollando principalmente quienes buscan lucrar con patentes y desarrollos comerciales de las mismas. Por lo tanto, enfatiza el documento, es altamente probable que se incurra en daños irreversibles a la biodiversidad y a la integridad de los ecosistemas. También existen graves preocupaciones sobre la gobernanza de la geoingeniería, incluyendo el potencial que tiene de que se despliegue unilateralmente, el riesgo de conflictos ante la posibilidad de impactos adversos y daños laterales en algunas regiones, y el riesgo de utilizar las tecnologías de la geoingeniería con fines hostiles.

«La geoingeniería es una defensa peligrosa de un status quo fallido, no una necesidad técnica o científica. De hecho, las técnicas que la geoingeinería desarrolla tienen mayores posibilidades de empeorar que de resolver los diversos problemas ocasionados por el cambio climático. Asegurar que ‘debemos desplegar la geoingeniería equivale a asumir que preferimos dañar irreparablemente nuestro planeta antes que alterar el sistema económico que beneficia solo a los que se encuentran en la cima.» Rachel Smolker, Co-Directora de Biofuelwatch.

El gran fraude climático se presentó el 22 de agosto 2018 en Nairobi, durante la 3a Asamblea de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y en el periodo previo a una reunión del Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB) también de la ONU, en Montreal. La geoingeniería se encuentra bajo una moratoria de facto en el CDB, y la geoingeniería marina está prohibida por el Protocolo de Londres del Convenio de Londres sobre la Prevención de la Contaminación del Mar. Los autores del informe argumentan que esas decisiones se deben mantener y deben constituir el punto de partida de cualquier discusión legítima, internacional y democrática sobre la gobernanza de la geoingeniería.

«La geoingeniería exacerbará el desequilibrio de poder global, creará ganadores y perdedores. Sería una locura permitir que un grupo de países tomaran control del termostato global», afirma Silvia Ribeiro, Directora para América Latina del Grupo ETC. «La gobernanza no debe mal-entenderse como el establecimiento de regulaciones para legalizar y permitir el desarrollo de tales tecnologías. Prohibir tecnologías sumamente riesgosas y peligrosas es un enfoque legítimo y prudente hacia la gobernanza, como se la puso en práctica con el Tratado de Prohibición de las Pruebas Nucleares y la adopción por la ONU del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares en julio de 2017″, agrega Ribeiro.

En vez de poner el foco en arreglos técnicos, no probados, riesgosos, el informe llama a la implementación de una visión con justicia climática para limitar el calentamiento global por debajo de 1.5 °C.

«Quienes proponen la geoingeniería alientan la ilusión de que podemos escapar de nuestras crisis climáticas sin tener que ajustar nuestros estilos de vida, que en muchos casos son altamente emisores de gases. Pero la realidad no es tan simple. Las técnicas de geoingeniería no solo vienen con nuevos riesgos y efectos laterales, sino que también distraen de la única solución probada para el cambio climático: la reducción radical de las emisiones de gases que cambian el clima. Antes de poner en marcha la geoingeniería, necesitamos regulaciones claras y vinculantes para esas tecnologías. Un marco internacional para la regulación debe basarse en un estricto principio de precaución, y las tecnologías con riesgos asociados que no son predecibles, justificables o manejables deben directamente prohibirse”, afirma Barbara Unmüssig, Directora de la Fundación Heinrich Böll.

El informe concluye que los numerosos riesgos de alto impacto que puede tener la geoingeniería, y los problemas políticos, sociales, culturales, económicos, éticos, morales, intergeneracionales y de derechos que implica, la vuelven inaceptable. Más aún, los autores argumentan que constituye una peligrosa distracción de las alternativas viables que se requieren urgentemente: reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero a corto plazo y transformar nuestras economías, para abrirle posibilidades a un futuro sostenible justo social y ecológicamente, en vez de confinar al mundo a una dependencia de largo plazo a tecnologías de alto riesgo, que además aún no existen.

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Emisiones imposibles: Cómo están calentando el planeta las grandes empresas de carne y lácteos

Informe de GRAIN y el Institute for Agriculture and Trade Policy (IATP)

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Las más grandes compañías de cárnicos y de lácteos del mundo podrían superar a Exxon, Shell y BP como los contaminadores climáticos más grandes del mundo en los próximos decenios. En un momento en que el planeta debe reducir drásticamente sus emisiones de gases con efecto de invernadero (GEI), estas corporaciones gigantes de las proteínas animales globales están impulsando el consumo mediante el aumento de la producción y las exportaciones. GRAIN y el IATP examinaron las 35 compañías más grandes del mundo y encontraron que la mayoría de ellas no está reportando los datos de sus emisiones de GEI y pocas se han fijado metas con el fin de reducir sus emisiones totales. Necesitamos con urgencia construir sistemas alimentarios que satisfagan las necesidades del planeta, los agricultores y los consumidores. Para hacerlo, debemos romper el poder de los grandes conglomerados productores de carne y lácteos, y lograr que rindan cuentas por su inmensa huella climática.

Esta nueva investigación de GRAIN y el IATP demuestra que:

  • En su conjunto, las cinco principales corporaciones productoras de carne y lácteos del mundo, son actualmente responsables de un mayor número de emisiones anuales de gases con efecto de invernadero que Exxon, Shell o BP.
  • Para el año 2050 debemos reducir las emisiones globales en 38 mil millones de toneladas para limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius. Si todos los demás sectores siguen esta tendencias en tanto las industrias productoras de carnes y productos lácteos continúan creciendo según lo previsto, el sector ganadero podría dar cuenta de hasta el 80% de los GEI permisibles en sólo 32 años.
  • La mayoría de los 35 gigantes productores de carne y productos lácteos subregistran o de plano no reportan sus emisiones. Sólo cuatro de ellos ofrecen cálculos completos y fidedignos de las emisiones.
  • Catorce de las 35 compañías han anunciado algún tipo de objetivos de reducción de emisiones. De éstas, tan sólo seis tienen objetivos que incluyen emisiones de la cadena de suministro, aun cuando estas emisiones pueden representar hasta el 90% del total de las emisiones. Las seis compañías que prometen recortes de emisiones en la cadena de suministro están presionando simultáneamente hacia un crecimiento de la producción y de las exportaciones, impulsando un aumento en sus emisiones globales más allá de su intención de reducir las emisiones por kilo de leche o carne producida.

Para evitar la catástrofe climática, debemos reducir la producción y el consumo de carne y productos lácteos en países superproductores y superconsumidores, en las poblaciones opulentas en todo el mundo, y al mismo tiempo apoyar la transición hacia la agroecología.

Ganancias versus el planeta

El 25 de marzo de 2014, los altos ejecutivos de JBS, la gigante brasilera productora de carne, estuvieron en Nueva York para celebrar el «Día JBS», encuentro anual de la compañía, donde anunciaron los resultados financieros del año. El mayor productor mundial de carne tenía un mensaje triunfal para Wall Street: El consumo mundial de carne estaba subiendo y JBS se iba a beneficiar inmensamente de este crecimiento. [1] La compañía, con sede en Brasil, dijo a sus accionistas que el pilar de su estrategia era que se proyectaba un aumento del 30% en el consumo mundial de carne per cápita, pasando, de un máximo de 37 kg por persona en 1999, a 48 kg para 2030. [2]

Aquél día, JBS olvidó mencionar a sus inversionistas el crítico problema subyacente en su estrategia de crecimiento: el cambio climático. Si la producción mundial de carne aumentara a 48 kg per cápita, sería imposible evitar el aumento de la temperatura global a niveles peligrosos. [3] Para poner en perspectiva las cifras de JBS, un nuevo informe de Greenpeace considera que el promedio de consumo de carne per cápita debe bajar a 22 kg en 2030, y luego a 16 kg en 2050, para evitar un cambio climático peligroso. [4]

En su presentación, JBS no hizo ninguna mención acerca del cambio climático pero, como con los otros conglomerados mundiales de productos cárnicos y lácteos, es su deber conocer el impacto climático que conlleva el aumento de la producción. Hace más de una década, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO) publicó el primer informe mundial de contabilidad de emisiones de gases con efecto de invernadero procedentes de la industria de productos cárnicos y lácteos, en el cual se demostró el papel global del sector pecuario mundial que exacerba el cambio climático. [5] Algunos estudios posteriores respaldan esta evaluación inicial. [6] A pesar de estas conclusiones, las más grandes compañías cárnicas y lácteas siguen comprometidas con niveles de crecimiento que van en total contradicción con el acuerdo logrado por los gobiernos del mundo en París en 2015 con el fin de mantener el aumento de la temperatura mundial «por debajo de 2 grados centígrados (°C)», con el objetivo de limitarlo a 1.5 °C. [7]

Si queremos alcanzar el objetivo de 1.5 °C, el total de las emisiones mundiales debe declinar rápidamente de 51 gigatoneladas a 13 gigatoneladas [8] en 2050. Si sectores como la energía, el transporte y otros reducen exitosamente las emisiones en conformidad con los objetivos de París, mientras las compañías cárnicas y lácteas continúan aumentando su producción, el sector ganadero representará una porción cada vez más grande de las emisiones disponibles de GEI de 13 gigatoneladas. En el escenario sin cambios donde todos quieren seguir con el negocio, el sector ganadero puede consumir más del 80% del presupuesto, por lo que resulta virtualmente imposible impedir que la temperatura suba a niveles peligrosos por encima de 1.5 °C.[9]

En directa contradicción con las perspectivas de un fuerte crecimiento de JBS, los imperativos del cambio climático exigen una reducción pronta y significativa de la producción por parte de las más grandes compañías cárnicas y lácteas del mundo.

Este informe se centra en los más grandes actores de la industria cárnica y de lácteos. Lo que está en juego es de gran importancia: sin recortes drásticos en sus emisiones de GEI, el mundo bien podría fracasar en su intento de evitar un cambio climático catastrófico. Estas compañías generan no solamente una enorme huella climática —comparable a las grandes compañías de combustibles fósiles— sino que dominan la producción de carne y productos de lácteos en aquellos lugares del mundo donde se presentan excedentes de producción y altos niveles de sobreconsumo de carne y productos lácteos.[10] Éstos son los lugares del mundo donde se hace más necesario implementar abruptas reducciones de emisiones procedentes de la producción de carne y productos lácteos. Esto incluye las exportaciones que alimentan el consumo excesivo entre las más opulentos clases medias y altas de los países en desarrollo.

La huella climática de los grandes productores de carne y lácteos

A diferencia de sus homólogos en el sector de la energía, las grandes compañías cárnicas y de lácteos han escapado hasta ahora al escrutinio público acerca de su impacto en el cambio climático. La falta de información pública sobre la magnitud de sus huellas de GEI es uno de los factores que contribuyen a esto. GRAIN y el IATP han examinado los esfuerzos emprendidos por las 35 compañías más grandes del mundo [11] productoras de carne de res, cerdo, aves de corral y las compañías de lácteos, con el fin de cuantificar sus emisiones de GEI. Encontramos que los datos disponibles públicamente acerca de sus emisiones son incompletos, incomparables entre compañías o años y, en la mayoría de los casos, simplemente son inexistentes. Tan sólo cuatro compañías —NH Foods (Japón), Nestlé (Suiza), FrieslandCampina (Países Bajos) y Danone (Francia)— ofrecen cálculos completos y confiables acerca de las emisiones. Sin embargo, en las actuales circunstancias, incluso estas cuatro compañías no están obligadas a reducir sus emisiones. La mayor parte de las compañías que informan acerca de las emisiones han infravalorado seriamente sus emisiones y no han incluido en sus cálculos la mayor parte de las emisiones de su cadena de suministro.

Estas emisiones de la cadena de suministro, que abarcan todo, de la producción de cultivos para la alimentación animal al metano emitido por el ganado, generalmente representan del 80% al 90% de las emisiones de la industria cárnica y láctea. [12] Sin embargo, las grandes compañías de cárnicos y lácteos tienen la responsabilidad particular de incluir en su contabilidad estas emisiones ascendentes de la cadena de suministro. Siendo compañías integradas verticalmente ejercen un importante control, a menudo directo, sobre sus cadenas de suministro, incluyendo las unidades de engorda y las operaciones de procesamiento, los sistemas de agricultura por contrato y las unidades de producción de piensos. Por ello es imprescindible que las grandes compañías cárnicas y de lácteos sean consideradas directamente responsables de las emisiones de la cadena de suministro ascendente, y se les niegue la posibilidad de trasladar la responsabilidad (y los costos) a sus proveedores agrícolas o al público.

En ausencia de datos completos y transparentes de las compañías más grandes, GRAIN y el IATP realizaron cálculos aproximados de las emisiones procedentes de las divisiones de producción de carne y lácteos de estas compañías. Para ello utilizamos una nueva metodología para el cálculo de emisiones y de datos regionales acerca de las emisiones procedentes de la producción ganadera, desarrollada por la FAO, llamada Modelo Interactivo de Contabilidad Ambiental para la Ganadería Mundial (Global Livestock Environmental Assessment Model, GLEAM), combinado con datos corporativos de los volúmenes de producción disponibles públicamente (véase el anexo). Las cifras son estremecedoras: las emisiones combinadas de las cinco principales compañías están a la par de las de Exxon y significativamente superiores a las de Shell o BP (ver Gráfica 4). En su conjunto, los 20 principales emisores de industria cárnica y de lácteos producen más emisiones que muchos países de la OCDE.

(…)

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[1] JBS, JBS Day New York, 4Q13 and 2013 Results Presentation, 25 de marzo de 2014. Http://jbss.infoinvest.com.br/enu/2892/JBSDayNY_4Q13_eng.pdf

[2] JBS, «JBS Day Transcription – 2013 and 4Q13 results», 25 de marzo de 2014. Https://docslide.com.br/documents/jbs-day-transcription-2013-and-4q13-results.html

[3] Para un buen resumen de literatura revisada por pares, que asocia el aumento del consumo de ganado con un cambio climático catastrófico, véase Kim, B., Neff, R., Santo, R. & Vigorito, J. «The importance of reducing animal product consumption and wasted food in mitigating catastrophic climate change», Baltimore, MD: Johns Hopkins Center for a Livable Future, 2015. https://www.jhsph.edu/research/centers-and-institutes/johns-hopkins-center-for-a-livable-future/_pdf/research/clf_reports/2015-12-07e-role-of-diet-food-waste-in-cc-targets.pdf

Las cifras de crecimiento citadas por JBS se basan en los datos proporcionados por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación acerca del aumento de la producción de carne de vacuno, cerdo, aves de corral y carne ovina, datos que constituyen también la base de las proyecciones de las emisiones presentadas en la Figura 1 del presente informe.

[4] Greenpeace International, «Less is more: Reducing meat and dairy for a healthier life and planet,» 2018. http://www.greenpeace.org/livestock_vision.

[5] FAO, «Livestock’s Long Shadow: Environmental Issues and Options», 29 de noviembre de 2006. Http://www.fao.org/3/a-a0701e.pdf

[6] P.J. Gerber et al. «Tackling climate change through livestock – A global assessment of emissions and mitigation opportunities,» FAO, 2013. Http://www.fao.org/docrep/018/i3437e/i3437e.pdf

[7] «El objetivo central del Acuerdo de París es fortalecer la respuesta mundial frente a la amenaza del cambio climático, manteniendo un aumento de la temperatura mundial en este siglo muy por debajo de 2 °C, por encima de los niveles pre-industriales y continuar los esfuerzos para limitar aún más el aumento de temperatura hasta hacia 1.5 °C.» https://unfccc.int/process-and-meetings/the-paris-agreement/the-paris-agreement

[8] 1 gigatonelada = 1 mil millones de toneladas

[9] Aquí nos referimos a un presupuesto basado en la cantidad acumulada de emisiones de gases de efecto invernadero permitidas durante un periodo de tiempo para mantener los aumentos promedio de la temperatura global dentro de 1.5 °C.

[10] Con base en las emisiones de las compañías de productos de ganadería, incluyendo las emisiones de los sistemas de ganadería y los sistemas de combustibles fósiles que incluyen las emisiones finales.

[11] En términos de volumen de producción.

[12] P.J. Gerber et al. «Tackling climate change through livestock – A global assessment of emissions and mitigation opportunities,» FAO, 2013. http://www.fao.org/docrep/018/i3437e/i3437e.pdf

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Expertos del IPCC recomiendan «cambios sin precedentes» para limitar el calentamiento global a 1,5ºC

Carta Abierta: El consejo de de la Organización de Aviación Civil Internacional debe abandonar sus planes de usar biocombustibles

El consejo de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) debe abandonar sus planes de usar biocombustibles y el mito del crecimiento «neutral» de carbono – Carta firmada por 90 organizaciones de todo el mundo, entre las cuales Otros Mundos A.C./Amigos de la Tierra México, enviada a la OACI el 11 de junio 2018

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Entre el 11 y el 29 de junio 2018, el Consejo de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) se reunirá en Montreal, Canadá. Muy arriba en su agenda se encuentran las reglas propuestas para el Plan de Compensación y Reducción de Carbono para la Aviación Internacional (CORSIA, por sus siglas en inglés). CORSIA se basa en la asunción falsa de que las emisiones de carbono de la industria de la aviación en rápido crecimiento se pueden mitigar mediante compensación de carbono y uso de biocombustibles.

Durante la última conferencia de alto nivel de la OACI sobre «Alternativas Sostenibles a los Combustibles en la Aviación», los estados miembros rechazaron los objetivos de biocombustibles propuestos para la aviación. En ese momento, 96 organizaciones de la sociedad civil habían advertido que tales objetivos conducirían a un aumento de los robos de tierras y a la volatilidad de los precios de los alimentos, más deforestación, más destrucción de biodiversidad, más uso de agroquímicos y contaminación de agua potable, sin reducir el impacto climático de la aviación.

Incluso sin los objetivos explícitos, las reglas propuestas por CORSIA podrían abrir la puerta a los planes de uso de biocombustibles a gran escala.

Las reglas propuestas por CORSIA permitirían a las aerolíneas utilizar cualquier biocombustible para tratar de satisfacer el compromiso de «crecimiento neutral en términos de carbono» desde 2020, mientras que cumplan con dos criterios extremadamente débiles y sin un mecanismo creíble para hacerlos cumplir[1]. El órgano ambiental de la OACI ha propuesto previamente 17 criterios ambientales y sociales que al menos deberían dificultar en buena medida que las aerolíneas utilicen aceite de palma. Sin embargo, un reciente reporte de la Fundación Changing Markets ilustra que existen problemas inherentes serios relacionados con la confianza en la certificación de sostenibilidad. En relación al aceite de palma, el reporte concluye que «ninguno de los esquemas ha sido efectivo para desacelerar la deforestación, el drenaje de las turberas o la pérdida de biodiversidad».

El único tipo de biocombustible apto para los aviones que puede producirse en la cantidad necesaria se fabrica a base de Aceites Vegetales Hidrotratados (HVO) y aceite de palma (incluida una fracción de aceite de palma descrita de manera falsa como residuo o deshecho[2], la materia prima favorita para la producción de HVO porque es el aceite vegetal más barato en los mercados mundiales y el más barato de refinar[3]).

Por lo tanto, los planes de biocombustibles de la OACI amenazan con convertir a la industria de la aviación en el nuevo conductor de la deforestación – así como de los robos de tierras y los abusos de los derechos territoriales y humanos. Al mismo tiempo, no hacen nada para abordar las emisiones de gases de efecto invernadero siempre crecientes de la aviación, asociadas al interminable crecimiento de la industria.

Es incluso más preocupante que -junto a los biocombustibles-, la CORSIA de la OACI permitirá a las aerolíneas alcanzar la llamada «neutralidad» a través del uso de las compensaciones de carbono. Los planes de compensación de carbono de ICAO fueron denunciados por 80 organizaciones de la sociedad civil en 2016. En enero 2018, Virgin Atlantic se retiró de un proyecto de compensación de carbono en Camboya después de que se revelaran elevados niveles de deforestación y violaciones graves de derechos humanos en el área del proyecto – lo que significa que las emisiones de la aviación no estaban siendo compensadas en absoluto. Desafortunadamente, está lejos de ser un incidente aislado y las aerolíneas pueden esperar que este tipo de casos quedarán expuestos cada vez más según se vaya expandiendo el uso de las compensaciones por parte de su industria.

El futuro de las compensaciones está aún más en duda porque se requiere de parte del Acuerdo de París que todos los estados y todos los sectores corten sus emisiones hasta llegar a cero. En todo caso, no queda espacio para un mecanismo en el que un sector evita cortar sus emisiones pagando a otros sectores para que corten las suyas.

Finalmente, existen propuestas que permiten que los combustibles fósiles se clasifiquen como «combustibles sostenibles para la aviación» y se acrediten bajo CORSIA. Esto podría significar que el queroseno de las refinerías de petróleo donde el calor y la energía procede de la quema de madera, falsamente clasificada como neutral en términos de carbono (lo cual aumenta aún más la presión sobre los bosques) – o el queroseno que procede de fuentes de petróleo que requieren menos energía para su extracción que otros fueran clasificados como sostenibles.

Urgimos a los miembros del Consejo de OACI a rechazar el mecanismo CORSIA que se basa en las soluciones falsas de los biocombustibles y la compensación – y que incluso recompensarían directamente a las empresas petroleras – y a tomar en serio el Acuerdo de París para limitar el cambio climático a 1,5°, lo cual no se podrá alcanzar a no ser que el crecimiento de la aviación acabe y se revierta.

Notas:

    1. Los únicos criterios propuestos son que la materia prima no debe proceder de tierras deforestadas después de 2009 y que los biocombustibles deben tener el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con los combustibles convencionales – basándose en una metodología fraudulenta que ignora muchos de los impactos climáticos de los biocombustibles: transportenvironment.org/press/eu-commission-surrenders-united-nations%E2%80%99-icao-aviation-biofuels
    2. El destilado de ácido graso de palma (PFAD, por sus siglas en inglés) es ampliamente utilizado por Nestlé y otros fabricantes de HVO que lo describen como «residuo o deshecho». No se trata de un verdadero residuo, sino de una fracción de Aceite Crudo de Palma que tiene alta demanda para otros usos. En la actualidad, el PFAD constituye el 4-5% del Aceite Crudo de Palma, pero la proporción podría aumentar si aumentan lademanda y los precios de PFAD.
    3. El aceite de palma tiene una cantidad elevada de grasas saturadas, por lo que es más barato de refinar HVO que aceites vegetales como colza, que tienen menos grasas saturadas.

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El 4 de abril 2018, la organización holandesa Milieudefensie/Amigos de la Tierra Países Bajos envió una carta a la empresa Royal Dutsch Shell Company en la que le exigía reducir su uso de combustibles fósibles y sus emisiones de gases invernadero, avisándole que al no cumplir con esta exigencias poulares, la organización emprendería una acción judicial contra la compañía. Este 28 de mayo, Shell respondió a Milieudefensie negándose a cumplir con estas demandas, por lo que la ONG iniciará una acción judicial histórica contra Shell con el apoyo de más de 15.000 co-querellantes honorarios y más de 11.000 co-demandantes.

>> Comunicado de Amigos de la Tierra Internacional:

Amigos de la Tierra Países Bajos (Milieudefensie) cursó a Shell una notificación de intención de demanda a la empresa el 4 de abril 2018 por su responsabilidad por el cambio climático, dándole ocho semanas para evitar un litigio si accedía a satisfacer los reclamos de Milieudefensie. Desde entonces más de 15.000 personas de 70 países se han sumado a esta causa por el clima como co-querellantes honorarios y más de 11.000 personas se han sumado a la causa como co-demandantes.

En la carta de respuesta de Shell recibida el 28 de mayo, la Secretaria de la Royal Dutch Shell Company Linda Szymanski rechazó los reclamos de Milieudefensie manifestando: «No me propongo responder en detalle a los reclamos que han planteado». Shell a cambio se refiere a su nivel de ambición actual frente al cambio climático. Sin embargo, la asamblea general de accionistas de Shell rechazó la semana pasada una resolución que proponía que la empresa adoptase metas de reducción de emisiones acordes al Acuerdo de Paris. 

El abogado de Milieudefensie Roger Cox dijo: «Shell no se tomó la molestia de responder a los reclamos y argumentados presentados en la misiva de Milieudefensie. Su modelo de negocios sigue encaminado a un choque frontal con el acuerdo sobre el clima. Shell solamente reitera las medidas marginales que ha adoptado para proteger el clima y que ya conocemos, pero no aborda el asunto del que trata la acción judicial: frenar el cambio climático peligroso».

Shell sostiene en su carta de respuesta que los tribunales no son «el foro adecuado para hacer avanzar la transición energética mundial». El director de Milieudefensie Donald Pols señaló: «Shell claramente ha malinterpretado el ordenamiento jurídico. Si las empresas o los gobiernos violan la ley, es un asunto que pasa a ser de los jueces. La gente está reclamando justicia cada vez más por la contaminación que provocan empresas como Shell».

Sara Shaw, activista de campaña de Amigos de la Tierra Internacional expresó: «Es ilegal prenderle fuego a la vivienda de alguien. Nosotras y nosotros consideramos que es asimismo ilegal que las empresas de combustibles fósiles pongan intencionalmente en llamas nuestro hogar común. El reclamo mundial por justicia climática está cobrando hoy cada vez más fuerza».

Amigos de la Tierra Internacional invita a más personas a sumarse a la causa judicial contra Shell como co-querellantes honorarios.

Contactos:

> Lowie Kok o Marlijn Dingshoff, Amigos de la Tierra Países Bajos – Celular: +31 (0) 62 959 3883 – Teléfono fijo: +31 (0) 20 550 7333

> Sam Cossar-Gilbert, Amigos de la Tierra Internacional – sam.cossargilbert@foe.org.au – Celular: +61 413496570

Más información:

La carta de respuesta de Shell a Milieudefensie a 28 de mayo (PDF)

Ocho escándalos que demuestran el largo historial de menosprecio de Shell hacia la gente y el planeta

Justicia Climática: Shell enfrentará una demanda judicial histórica si no reduce su uso de combustibles fósiles

Comunicado de Amigos de la Tierra Internacional (ATI) – Amsterdam, 4 de abril 2018

Milieudefensie/Amigos de la Tierra Países Bajos anunció que llevará a Shell a la justicia si hace caso omiso de los reclamos que le exigen poner fin a la destrucción del clima.

Donald Pols, director de Amigos de la Tierra Países Bajos, afirmó: «Shell se encuentra entre los diez mayores contaminadores del clima a nivel mundial. Desde hace más de 30 años la empresa es consciente de que provoca un peligroso cambio climático, pero continúa extrayendo petróleo y gas e invierte miles de millones de dólares en la búsqueda y desarrollo de nuevos combustibles fósiles».

El caso cuenta con el apoyo de Amigos de la Tierra Internacional, que realiza campañas por la justicia climática para los pueblos de todo el mundo afectados por la energía sucia y el cambio climático. Amigos de la Tierra Internacional tiene 75 grupos miembros a nivel mundial y muchos de ellos trabajan para evitar que Shell continúe extrayendo combustibles fósiles en sus países.

Karin Nansen, presidenta de Amigos de la Tierra Internacional, comentó: «Este caso es importante para los pueblos de todo el mundo. Shell causa enormes daños a nivel mundial: el cambio climático y la energía sucia tienen impactos devastadores en todas partes, pero especialmente en el Sur Global. Con esta demanda judicial tenemos la oportunidad de que Shell rinda cuentas.«

El caso de Amigos de la Tierra Países Bajos es parte de un creciente movimiento mundial para hacer que las empresas rindan cuentas por su responsabilidad respecto del peligroso cambio climático. En enero, la ciudad de Nueva York recurrió a la justicia para exigir indemnización de las cinco principales empresas petroleras, entre ellas Shell, por las consecuencias del cambio climático. Las ciudades de San Francisco y Oakland, así como varios condados de California están haciendo lo mismo. Un campesino peruano presentó una demanda contra la empresa de energía alemana RWE por su responsabilidad en el derretimiento de los glaciares que se encuentran encima de su comunidad a causa del cambio climático. El caso de Amigos de la Tierra Países Bajos es único, ya que es la primera demanda judicial que exige que una empresa de combustibles fósiles haga algo en materia del cambio climático, en lugar de exigir una indemnización.

De ser exitosa, esta acción judicial pionera limitaría significativamente las inversiones de Shell en petróleo y gas a nivel mundial, obligándola a cumplir metas climáticas.

Nansen agregó: «Si ganamos este caso, tendrá consecuencias muy importantes para otras empresas de combustibles fósiles y abre la puerta a más acciones judiciales contra otros contaminadores del clima. Amigos de la Tierra Internacional quiere que se impongan normas vinculantes a las empresas como Shell que a menudo se consideran por encima de la ley, incluso en lo que respecta a las metas relacionadas con el clima».

>> FIRME LA PETICIÓN PARA APOYAR LA DEMANDA CONTRA SHELL <<

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Contacto:

  • Karin Nansen, presidenta de Amigos de la Tierra Internacional: +598 98 707 161; chair@foei.org
  • Lowie Kok o Marlijn Dingshoff, Amigos de la Tierra Países Bajos: +31 (0) 62 959 3883 (móvil); +31 (0) 20 550 7333 (oficina)
  • Sara Shaw, Amigos de la Tierra Internacional: +44 (0)7974 008 270; press@foei.org

Más información sobre la demanda:

Más información sobre la lucha contra la impunidad corporativa: