Exigen cerrar fábricas de aceite de palma en Chiapas

Compartimos esta nota de La Jornada sobre la industria del monocultivo de palma de aceite en Chiapas – A 4 de diciembre del 2021

Jóvenes indígenas de diversas comunidades del municipio Benemérito de las Américas, Chiapas, exigió a las autoridades locales y federales que ordenen el cierre de las fábricas de aceite de palma africana ubicadas en la zona, debido a los daños ecológicos que genera la producción de dicho compuesto.

En una carta dirigida a varias instancias de gobierno, aseguraron que tanto las personas como el entorno natural de la región están siendo afectados “por las emisiones líquidas, sólidas y gaseosas de las plantas extractoras de aceite de palma”.

Uno de los daños provocados por dicha actividad industrial, señalaron los habitantes de pueblos como Benemérito, San José, La Unión, Arroyo las Delicias y Quiringuicharo, es la contaminación que generan los residuos de la planta en los mantos acuíferos que se utilizan para el riego de sembradíos y la bebida de los animales.

También aseguraron que la presencia de la mencionada especie “ha provocado la infertilidad de la tierra, por lo que si una persona quisiera cambiar la palma por plantar arroz, maíz o frijol, sería muy difícil, porque el suelo ya está muy desgastado por la palma africana, que utiliza grandes cantidades de agua y cuyas raíces son difíciles de desterrar”. Un efecto más de esas emisiones industriales es la pérdida de la calidad y el sabor del pasto que come el hato ganadero, así como afectaciones a la salud de las personas que consumen su carne, como fuertes dolores de cabeza, náuseas y mareos.

Los inconformes exigieron que la información de las actividades de las plantas extractoras “sea compartida con el resto de la población” para saber si cumplieron o no con la Manifestación de Impacto Ambiental y si informaron a la población sobre las consecuencias que podían tener sus labores.

De igual forma, exigieron el cierre inmediato de las fábricas y la reparación del ecosistema, así como atención médica para la población afectada y el cese inmediato de la deforestación causada por esta industria.

Imagen: Moisés Zúñiga

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Video: Un grito por la vida

Les compartimos este video de un bello poema que surgió en el marco del Encuentro Mesoamericano contra la Palma de Aceite realizado los días 5 y 6 de octubre en el Centro Alter Natos en San Cristóbal de Las Casas, con participación de diferentes países de América Latina.

Un grito por la vida

Te ofrecieron un futuro falso Una economía que no existe ,té ilusionaron con una vida mejor , te hicieron creer que tener un bosque lleno de vida y oxigeno era malo , te vendieron un cuento que sólo existe en la mente maligna de ellos , no te diste cuenta y entregaste todo cambio de un futuro que no existe, te mintieron , te destruyeron poco a poco .

Ha pasado el tiempo y hoy los que crecimos en tu error nos dimos cuenta de lo hiciste, de ese futuro que te vendieron que yo no vi y no existe.

Te reprocho , pero no te culpo , por eso te digo , yo , nosotras y todas vamos a luchar por destruir este sistema así como ellos lo hicieron con ustedes Vamos a recuperar lo que nos pertenece.

Esos bosques que nos quitaron volverán hacer de nosotras , volveremos a ver esos cultivos que nos llenan de vida, volveremos a ver esa mujeres llenas de valentía y fuertes , dandole vida a nuestras comunidades , la bella sonrisa de los y las niñas sin ser esclavos de nadie siendo libres.

Diciendo No Ala palma aceitera ,No ala violencia ,No a quitarnos la vida , y no por medio de una bala , sino quitándonos nuestras tierras y territorios, así también nos matan. Por qué esto no es forestación , si no des forestación , por qué esto no es trabajo. Es esclavitud eso no es vida. Es muerte

Hoy alzamos la voz unidas y en ponderadas y decimos vasta ya

Escrito por Flor iveth Contreras Ulloa

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Declaración de la Red Mesoamericana Frente a la Palma Aceitera

Pronunciamiento del Encuentro Mesoamericano contra la Palma Aceitera – A 6 de octubre de 2021 >>Descargar en comunicado en pdf<<

En San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México, durante los días 3 al 6 de Octubre 2021 nos encontramos diversas organizaciones, redes, miembros y representantes de colectivos provenientes de Honduras, Guatemala, México,Uruguay y Ecuador, con el fin de compartir experiencias en torno a las plantaciones de palma de aceite, analizar, estudiar y debatir sobre las consecuencias de este monocultivo en nuestros territorios.

Las palma de aceite ha arribado a nuestros territorios bajo un modelo extractivo acelerado, agresivo y depredador. Los monocultivos de palma provocan la desaparición de las fuentes de agua, desvían ríos y desaparecen lugares sagrados de los pueblos originarios vinculados con el agua. Impactan en las cosmovisiones de los pueblos originarios. El monocultivo de palma viola los derechos laborales, genera esclavitud laboral. Destruye el tejido social. Se basa en la apropiación de territorios por parte de las empresas con violencia engaños, mentiras, y falsas promesas, criminalización de la protesta social, en complicidad con el poder político.

Las plantaciones de palma provocan rompimiento de la soberanía alimentaria de los pueblos, acaban con los suelos, aceleran la deforestación, generan pobreza y dependencia, provocan sequías e incendios, destruyen el paisaje, generan fuertes problemas de salud en las poblaciones, despojo y desplazamiento, aceleran el cambio climático, y se acompañan con violencia, militarización y criminalización de los pueblos que reclaman derechos fundamentales. Las afectaciones de este modelo repercuten directamente a las mujeres, sumando sobre ellas, la violencia física y sexual.

Por todo ello, los movimientos y organizaciones nos proponemos detener este Modelo Extractivo, generar alternativas locales y develar el falso discurso de que las plantaciones de palma de aceite, son sustentables, que generan desarrollo, que reforestan y combaten el cambio climático, por una consciencia de que los monocultivos de palma, no son bosques, sino megaproyectos de muerte que están destruyendo el planeta.

  • Denunciamos la contaminación y perdida de fuentes de agua, en particular las afectaciones al río Tulijá en México
  • Exigimos justicia para las comunidades del rio Guapinol y para los asesinatos pepetrados en el Bajo Aguan en Honduras
  • Denunciamos la contaminación del rio la pasión por parte de la empres REPSA en guatemala
  • Rechazamos la persecución a la protesta social y a las comunidades defensoras y defensores de derechos que han sido asesinados, perseguidos, criminalizados, judicializados por parte del modelo de la agroindustria de la palma, y nos solidarizamos con los defensores de la Comuna
  • Barranquilla de San Javier, judicializados por la empres Energy y Palma/La Fabril en Ecuador.

¡LAS PLANTACIONES NO SON BOSQUES!
POR TERRITORIOS LIBRES DE MONOCULTIVOS DE PALMA DE ACEITE

Atentamente:

RED MESOAMERICANA FRENTE A LA PALMA ACEITERA

Honduras:
Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH)
Guatemala:
Consejo de Pueblos Wuxhtaj (Hermanos)
México:
Organización de la Sociedad Civil Las Abejas de Acteal
Otros Mundos AC/Chiapas
Organización Yashalum Santiago Aposte A.C
Ejido Acambak
Zoques por la Defensa de la Vida y el Territorio (ZODEVITE)
Defensoras de Nasakobajk
Centro de Lengua y Cultura Zoque
Mujeres, Organización y Territorios MOOTS
CAL Naturaleza y Esperanza por un Territorio Digno
El Puente ES
Ecuador:
Acción Ecológica
Internacional:
Salva la Selva
Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM)
Red Latinoamericana contra los Monocultivos de Arboles (RECOMA)

>>Descargar en comunicado en pdf<<

Imagen: Foto grupal del Encuentro Mesoamericano contra la Palma de Aceite

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21 de Septiembre – Día Internacional de Lucha contra los Monocultivos de Árboles

Comunicado del Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales WRM – A 21 de septiembre del 2021

¡LAS PLANTACIONES NO SON BOSQUES!

El 21 de Septiembre, Día Internacional de Lucha contra los Monocultivos de Árboles, comunidades, movimientos, organizaciones y redes celebran el coraje y la fuerza detrás de cada lucha.

Compartamos las historias de resistencia y exijamos colectivamente el fin de la expansión de esta devastadora industria.

El modelo de plantación a gran escala no se puede desvincular de las historias de colonialismo, capitalismo, patriarcado y racismo. Este modelo intensivo y violento se basa en gran medida en crímenes. Crímenes como el robo de tierras y de medios de vida, la criminalización ilegal, agresión y acoso sexual, violaciones de los derechos humanos, opresión sobre las mujeres, explotación laboral, devastación ambiental y contaminación.

Quienes están detrás de la imposición de este modelo en el Sur, a menudo, han tratado de borrar los pasados y presentes violentos de sus actividades con una propaganda que suene atractiva. Sin embargo, las afirmaciones de ‘sustentable’, ‘cero emisiones netas’ o ‘carbono neutral’ esconden innumerables historias de despojos y opresiones que han generado y sostenido ganancias para unos pocos. Historias que en gran medida han sido silenciadas y marginadas por la fuerza del dinero y del poder.

Pero estas historias también conllevan otras, poderosas y fuertes, de resistencia de las comunidades. Sus luchas contra los monocultivos industriales de árboles son luchas por sus tierras y bosques, sus comunidades y sus espacios de vida nutridos con sus propias historias, conocimientos y entendimientos.

Desde 2004, el 21 de septiembre marca el Día Internacional de Lucha contra los Monocultivos de Árboles. Es un día en que las comunidades, los movimientos, organizaciones y redes celebran el coraje y la fuerza detrás de cada lucha. Los invitamos a reconocer las innumerables historias de resistencia y a unirse a su reclamo de poner fin a la expansión de estas devastadoras plantaciones industriales de árboles.

¡Amplifiquemos las voces de resistencia contra las plantaciones industriales de árboles!

¡Las plantaciones no son bosques!

Deforestación y corrupción, resultados de Sembrando Vida en el sur de México

Compartimos esta nota de Avispa Midia sobre el modelo de monocultivo que se pretende instalar en el sureste mexicano – A 5 de abril del 2021

Deforestación, pérdida de biodiversidad, clientelismo y corrupción son solo algunas de las consecuencias en la implementación de Sembrando Vida, el programa ambiental más ambicioso del gobierno federal, el cual busca reforestar un millón de hectáreas de terrenos deteriorados en todo México.

Lo anterior es señalado en múltiples reportes elaborados tanto por académic@s, ONGs y prensa. Uno de los estudios, Análisis de los impactos en las coberturas forestales y potencial de mitigación de las parcelas del programa Sembrando Vida implementadas en 2019, realizado por Javier Warman, Iván Zúñiga y Manuel Cervera, señala que el programa provocó la deforestación en un área de 72 mil 830 hectáreas. “Existe un aspecto crítico relacionado a la pérdida de coberturas: la focalización de este fenómeno en solo 22 municipios del país y una gran concentración de pérdidas (50,981 hectáreas que representan el 70% de las pérdidas) en regiones vulnerables al cambio climático y de gran biodiversidad de Chiapas, Tabasco, Veracruz, Yucatán, Quintana Roo y Campeche”.

Para el año de 2019, el municipio con mayor pérdida forestal es Ocosingo, en Chiapas, con 12 mil 920 hectáreas, seguido de Othón P. Blanco, en el estado de Quintana Roo, con 5 mil 829 hectáreas perdidas.

Las áreas dañadas, 11.2% del total de la superficie beneficiada, fueron ubicadas por un estudio con imágenes satelitales y representa casi la mitad de la cantidad anual promedio de cobertura forestal que se pierde debido a cambios en el uso de la tierra y la tala ilegal en la misma región, según cálculos del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés).

En un reportaje publicado por Bloomberg, campesinos inscritos a Sembrando Vida, en los estados de Yucatán y Campeche, relataron haber talado y quemado árboles para recibir dinero del programa.

Esta denuncia reciente se suma a las difundidas desde finales del 2019 y durante el año 2020. Por ejemplo, en Quintana Roo, Sembrando Vida propició la deforestación de alrededor de 10 mil hectáreas de selva, principalmente en ejidos del sur del estado.

“Se ha detectado que, en los ejidos, con tal de contar con el área para sembrar árboles frutales, la gente deforesta con el consentimiento del gobierno federal”, relató para medios locales Cristóbal Uc Medina, presidente de la Sociedad de Ejidos Forestales de Quintana Roo.

Aunado a la deforestación, el programa también es señalado por implementar la siembra de especies no nativas en Chiapas y Tabasco, e incluso “algunos participantes dicen que les obligaron a talar los nuevos árboles nativos y replantar las especies no nativas que habían muerto por falta de agua o demasiado sol”, detalla el reportaje ¿Deforestar en vez de reforestar? Esto es lo que ocurre con Sembrando Vida.

Corrupción

Sembrando Vida realiza pagos de 4 mil 500 pesos al mes a cerca de 420 mil agricultores. Opera en 20 estados y registra históricos presupuestos para el campo mexicano con 15 mil millones de pesos en 2019 y 27 mil millones en 2020.

De acuerdo al plan federal, el programa además de cuidar al ambiente, busca combatir la pobreza y corrupción con la eliminación de intermediarios en la entrega del dinero. No obstante, existen indicios de que la poca o nula supervisión a los denominados técnicos productivos y sociales constituye un escenario propicio a malas prácticas.

“Permanecen ciertas malas prácticas por parte de algunos (técnicos) que abusan de su poder y del desconocimiento de los beneficiarios sobre las reglas de operación del programa; al igual, hay campesinos que buscan integrarse al programa Sembrando vida sin contar con los requisitos, a cambio de entregar moches; simulación de pertenencia de tierras; y, sobre todo, un clientelismo político disfrazado”.

Así lo registra el estudio Riesgos de corrupción en los programas sociales. Caso del programa Sembrando Vida, elaborado por Ethos Laboratorio de Políticas Públicas, el cual señala también la simulación, tanto de propiedades para ingresar al programa, así como del trabajo en las parcelas.

“Tenemos testimonios puntuales en Veracruz, Chiapas y Campeche de terratenientes que acumulan y simulan pequeñas propiedades, a base de poner como beneficiarios a la esposa, al hijo del primo, y así. Hemos tenido testimonios de gente con diferentes apellidos y se trata de una misma persona, porque además el programa tiene la posibilidad de inscribir predios que están arrendados”, detalla la Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales (MOCAF).

Entre los problemas identificados desde el inicio del programa se encuentra la deficiencia en el suministro de las plantas, tanto en la construcción y equipamiento de los viveros comunitarios, pero sobre todo de parte de los viveros forestales militares.

En México existen 12 viveros, distribuidos en siete estados, operados por el ejército, los cuales en el papel representarían la principal fuente de plantas para Sembrando Vida. No obstante, de acuerdo con una revisión en el portal Compranet realizada por Ethos, debido a que no se ha podido cumplir con la cantidad necesaria para cumplir con sus objetivos, se autorizó la adjudicación directa de 77 proveedores para proveer 28 especies y diversas variedades de plantas.

La deficiencia en el suministro de plantas también facilita abusos por parte de los técnicos. Un testimonio recogido en el reporte de Ethos detalla que en el municipio de San Pedro y San Pablo Ayutla, Oaxaca, los participantes del programa no han recibido plantas ni tampoco el dinero para adquirir los insumos para la construcción del vivero comunitario.

Por ese motivo, el testimonio “denuncia que una técnica productiva les exigió 50 mil pesos a su madre, quién es la beneficiaria, y a los otros compañeros del CAC (Comunidades de Aprendizaje Campesino compuesta de técnicos, campesinos y becarios) para adquirir árboles frutales, que ella misma compraría y les llevaría, para que comenzaran a sembrar”.

Con esta deficiencia, Sembrando Vida se encuentra lejos de su meta. Solo en 2019, primer año de su implementación, pese a que el objetivo era la siembra de más de 500 millones de árboles, sólo se plantaron 80 millones. Para finales de este 2021, y con un presupuesto de más de 28 mil millones de pesos, el programa pretende cultivar más de mil millones de plantas.

Cabe recordar que el pasado febrero, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) reiteró que el programa presenta deficiencias tanto en su diseño como en la implementación. Entre las fallas encontradas por la ASF se señala que no se identificó a la población objetivo y que el padrón de beneficiarios presenta deficiencias en su integración y actualización, además de que no se generó información ni se elaboraron parámetros para evaluar el programa.

Imagen: Carlos Castillo – Avispa Midia

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“Los monocultivos son la cara visible del modelo del agronegocio”

Compartimos esta Entrevista hecha por Radio Mundo Real RMR con Isaac Rojas, co-coordinador del Programa Bosques y Biodiversidad de Amigos de la Tierra Internacional – A 12 de septiembre de 2020

>>Escuchar aquí<<

El 21 de septiembre se conmemora el Día internacional de Lucha contra los Monocultivos de Árboles. Fue declarado en 2004 por comunidades rurales reunidas en el interior de Brasil, para denunciar y visibilizar los impactos de los proyectos de plantaciones industriales de árboles que se expandían en sus territorios, y afirmar su determinación de resistir contra las plantaciones y recuperar sus territorios de manos de las empresas.

Junto a Isaac Rojas (co-coordinador Programa Bosques y Biodiversidad Amigos de la Tierra Internacional) trazamos un panorama sobre cuál es la presencia de los monocultivos hoy en la región y en el mundo, por qué se está denunciando que podrían avanzar en forma masiva las plantaciones industriales en el Sur Global, especialmente en África y qué podemos hacer para frenar este avance.

“Son las comunidades las que enfrentan día a día todos los impactos negativos que traen estas plantaciones industriales de árboles, que son la cara visible del modelo de monocultivo, del modelo del agronegocio”, dijo Isaac Rojas de la federación ecologista Amigos de la Tierra Internacional a Radio Mundo Real.

Las resistencias hoy

Rojas destacó las luchas y resistencias visibles en Brasil hoy, en lugares que son vitales para este mundo, con una articulación fuerte de movimientos sociales luchando contra este tipo de problemas. También nombró una articulación más pequeña en Costa Rica y el Movimiento de Afectadas y Afectados por el Cambio Climático presente en Centroamérica.

Además de denunciar como los incendios están arrasando con la Amazonía o con los humedales en Argentina, son preocupantes incendios similares que se dan en países de Asia. En Malasia, por ejemplo, la población tiene serios problemas respiratorios debido al humo por los incendios que ocurren en Indonesia, donde a su vez muchas veces debe suspenderse el tráfico aéreo y terrestre por la neblina de humo.

Por otra parte, este día, el Movimiento Mundial de Bosques Tropicales (WRM, por sus siglas en inglés) junto a numerosas organizaciones, entre las cuales se encuentra Amigos de la Tierra, exhortaron este 21 de septiembre a detener el avance de los monocultivos de árboles en el Sur global.

Desde WRM denuncian que un informe producido en 2019 por un equipo de consultores para el Banco Africano de Desarrollo (BAD) y la ONG conservacionista World Wildlife Fund (WWF)-Kenia identifica a África como el continente con “el mayor potencial económico para la plantación de árboles en el mundo”.

La carta de WRM -firmada por 120 organizaciones de 47 países- detalla que ese estudio «identificó 500.000 hectáreas de tierras viables para las plantaciones en diez países: Angola, República Democrática del Congo, Gana, Mozambique, Malaui, Sudán del Sur, Tanzania, Uganda, Zambia y Zimbabue”. El estudio propone la creación de un Fondo a corto plazo, con sede en un paraíso fiscal (Isla Mauricio), para financiar el plantío de las primeras 100.000 hectáreas de árboles. Para que estas plantaciones generen ganancias para los inversores privados, el estudio alega que será necesaria la ayuda de las agencias públicas europeas para la cooperación internacional: dinero de los contribuyentes de los países nórdicos de Europa (es decir Finlandia, Suecia, Noruega, Dinamarca e Islandia), del Reino Unido y de los Países Bajos, además del Banco Mundial a través de la Corporación Financiera Internacional (CFI) que presta dinero a empresas privadas.

“Ese medio millón de hectáreas no están vacías: allí viven comunidades locales, pueblos indígenas, que serán desalojados para tener el monocultivo de árboles -criticó el coordinador de Bosques y Biodiversidad de Amigos de la Tierra Internacional-. Si a esto le sumamos el avance de otro tipo de plantaciones en el mundo, el panorama es bastante desolador porque estos avances no solo vienen con los impactos que conocemos muy bien (contaminación del agua, pérdida de biodiversidad, deforestación), sino también una gran parte de impactos sociales: desplazamiento de comunidades locales, la pérdida de cultura y conocimientos tradicionales, de formas de vida que han probado ser sustentables y que son un bastión para la conservación de ecosistemas alrededor del mundo”.

Falsas promesas, falsas soluciones

Rojas recordó que estos proyectos suelen venir acompañados de “falsas promesas” de empleos y obras en las localidades donde se instalan, como la construcción de escuelas o canchas de fútbol; así como “falsas soluciones” al decir que este tipo de plantaciones ayudarán a combatir el cambio climático “cuando, en verdad, estamos ahondando en las causas del mismo”. El activista insistió en que verdaderas soluciones al cambio climático son aquellas que proponen acciones como el manejo comunitario de los bosques.

Advirtió que hablar de “soluciones basadas en la naturaleza” es una nueva forma de llamar a las falsas soluciones, como otra de las expresiones que utilizan las grandes corporaciones para maquillar sus acciones violatorias de los derechos de los pueblos.

Si bien las corporaciones son responsables, muchos gobiernos también lo son al promover este tipo de negocios y de falsas soluciones. Por eso trabajamos desde la federación ATI para llevar este tema a discutir en la Convención de Diversidad Biológica que, en algún momento, el próximo año retomará las discusiones sobre el nuevo marco que tendrá el Convenio sobre Diversidad Biológica, y ahí es importante hablar sobre los impactos de los monocultivos, de quiénes son responsables, de cómo vienen a maquillar su discurso y hacen promesas que no son reales, para contar con mecanismos efectivos y vinculantes para la protección de la naturaleza y realizar sanciones a nivel internacional por las violaciones a los derechos colectivos que se producen al territorio, a los conocimientos tradicionales, sumado a asesinatos, violaciones y amenazas [contra defensores y defensoras ambientales]», concluyó Rojas.

Imagen: Radio Mundo Real

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Día Internacional de Lucha contra los Monocultivos de Árboles – 21 de setiembre de 2020

Comunicado de la Red Contra los Monocultivos de Árboles de América Latina RECOMA – A 21 de septiembre de 2020

Este 21 de septiembre no es uno más. Nos encuentra con la crisis del COVID 19 en todo el mundo. Una pandemia que nos obliga a reflexionar sobre los dramáticos impactos que la pérdida de biodiversidad y el daño al funcionamiento de los ecosistemas está generando al planeta y a las sociedades que formamos parte de él.

Existe pleno reconocimiento a nivel global de que las pandemias que vivimos son el resultado de la agresión a la naturaleza. No sólo el COVID 19 vinculado al tráfico de especies y destrucción de áreas naturales, sino también otras como el Dengue que al calor del cambio climático se expande por Nuestra América.

Sin embargo, el confinamiento de media humanidad, la pérdida de empleos, las dramáticas experiencias de quiebra de sistemas de salud y el costo en vidas, aún en países y ciudades ricas, no están siendo suficientes para detener a las corporaciones extractivistas o cambiar su modelo de ganancias. Los líderes del mundo continúan colocando sus esperanzas de reactivación económica post pandemia en los mismos modelos económicos que nos han llevado a esta crisis del COVID, crisis climática y crisis de biodiversidad.

En este contexto, las empresas del sector de las plantaciones son parte sustancial del problema. Cientos de miles de hectáreas, de humedales, bosques, selvas, sabanas y pastizales han sido transformadas en monocultivos de árboles, sean estos de Palma, Pinos, Eucaliptus, Cítricos, Álamos, Aguacate u otros, el modelo es el mismo. Los monocultivos de árboles destruyen la diversidad de hábitats y nichos ecológicos existentes en los ecosistemas naturales, afectan los servicios ecosistémicos, modificando las condiciones higrológicas, la disponibilidad de agua, la oferta de polinización, y las inconmensurables características que contienen los ambientes diversos, incluidas las personas que en ellos habitan.

El despojo a las comunidades locales, pueblos indígenas, campesinos, afrodescendientes, y otras comunidades tradicionales, es una constante que no se ha detenido en tiempos de pandemia, inclusive se ha agravado. No ha habido confinamiento para la destrucción ambiental colocando en un enorme riesgo sanitario a los pueblos que viven en los bosques y áreas naturales. En casi todos los países la situación de los y las defensorxs del ambiente ha empeorado, al perderse las mínimas libertades civiles en el derecho de reunión y protesta. Los asesinatos continuaron durante las cuarentenas en Honduras y Colombia.

Por ello, en este día de lucha contra los Monocultivos de Arboles, nos volvemos a manifestar y replantear, que las plantaciones industriales son parte del problema y ante la magnitud de la crisis global no podemos permitir que se sigan discutiendo falsas soluciones. Los monocultivos de árboles deben estar fuera de las discusiones sobre captación de carbono para disminuir la crisis climática, fuera de las discusiones de restauración de ambientes, fuera de las discusiones de desarrollo sustentable. Con monocultivos de árboles no tendremos biodiversidad ni ecosistemas sanos, y nadie estará sano en ecosistemas enfermos sin biodiversidad.

¡BASTA DE MONOCULTIVOS INDUSTRIALES DE ÁRBOLES!
¡BASTA DE FALSAS SOLUCIONES!
¡NADIE TENDRÁ SALUD EN ECOSISTEMAS ENFERMOS!

Firma

Red Contra los Monocultivos de Árboles de América Latina. – RECOMA

Más información:

Conversatorio 21 de septiembre Día Internacional de Lucha Contra Los Monocultivos

En una conmemoración más por el Día Internacional de Lucha Contra Los Monocultivos les invitamos a participar en el conversatorio este 21 de septiembre a las 15 hrs hora México

Tendremos transmisión en vivo por FaceBook Live de la Red Latinoamericana Contra los Monocultivos de Árboles RECOMA

Les compartimos la siguiente infográfia al respecto:

La invasión de la palma africana en la Selva Lacandona

Compartimos esta investigación especial de Mongabay sobre el avance y los impactos de la Palma africana en Chiapas- A 13 de febrero 2020

Las condiciones climáticas del sureste mexicano propician la expansión del cultivo de la palma, provocando la deforestación de la Selva Lacandona, en Chiapas, uno de los territorios emblemáticos para la conservación en México

En Boca de Chajul, una pequeña comunidad del municipio de Marqués de Comillas, en Chiapas, Rafael Lombera ha visto desaparecer grandes extensiones de la selva Lacandona y ha sido principalmente —afirma— por la costumbre de explotar recursos naturales y por la ganadería. Hoy una de las causas es la siembra del cultivo de palma africana.

Cuando se viaja hacia Chajul, y hasta la entrada de este pequeño poblado, se observa a orillas de la carretera letreros con la leyenda de “Pago de Servicios Ambientales”, un programa del gobierno de México que promueve la conservación en propiedades privadas o en ejidos (una figura legal que da derechos sobre la tierra a campesinos). Los tramos de selva se disputan así el paisaje con los predios sembrados con palma africana.

Reserva de la Biósfera Montes Azules en Chiapas. Foto: Moysés Zúñiga Santiago.

En el municipio de Marqués de Comillas, según un estudio del Instituto Nacional de Ecología, están los únicos tramos de tierra en México con selva inundable porque en otros estados, como Tabasco, han desaparecido.

Las chozas de Rafael Lombera están alzadas por grandes soportes de madera que permiten el paso de las aguas del río Lacantún cuando sale a inundar sus inmediaciones. Este rincón selvático es la puerta de entrada a la Reserva de la Biósfera Montes Azules; ahí todo el año llegan investigadores de flora y fauna. También es la región donde empezó la siembra de la palma en México, a mediados del siglo pasado.

1.Cambios en la selva

La mayor parte de la superficie propicia para la palmicultura está en el sureste de México (dos millones de hectáreas, según el gobierno federal), una región a la que pertenece Chiapas, que tiene las condiciones agrícolas y climáticas para extender hasta en 400 mil hectáreas las plantaciones de palma, cultivo destinado a saciar las necesidades de los mercados extranjeros y nacionales que demandan biodiesel y aceites para la industria de los alimentos.

Rafael Lombera, quien vive en esta región desde que era niño, hace poco más de cuatro décadas, nota cambios en las dinámicas de la selva. Tiene una opinión clara de cuál es la mayor amenaza para uno de las más grandes reservas naturales de México: “la selva se está talando para sembrar la palma africana”.

El cultivo de la palma africana ha sido impulsado tanto por el gobierno estatal como el federal. Funcionarios estatales aseguran que lo hacen en predios donde ya no hay selva, que ya se habían utilizado para la ganadería.

En 2017, las estimaciones de la Secretaría del Campo de Chiapas eran que existían cerca de 64 000 hectáreas sembradas en el estado; el objetivo es llegar a 100 000. Para ello el gobierno chiapaneco impulsó la creación de cuatro viveros de palma que, según el Instituto de Fomento a la Agricultura Tropical, son los más grandes de América Latina.

Hasta 2013, el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) calculaba que el 44 % de la Palma sembrada en Chiapas estaba en zonas selváticas.

Frutos de Palma Africana. Foto: Moysés Zúñiga Santiago.

2.Campos sin vida

El investigador León Enrique Ávila, especialista en palma africana y profesor de la Universidad Intercultural de Chiapas, aseguró que la siembra de palma en el estado no incluye un control ambiental efectivo.

Antonio Castellanos, investigador del Centro de Investigaciones Multidisciplinarias sobre Chiapas y la Frontera Sur, con seis años de trabajo con los productores de palma en los ejidos, aseguró que una de las condiciones para recibir el apoyo del gobierno mexicano “es comprometerse a sembrarla solo como monocultivo”. Donde hay palma africana, no hay más flora.

Para León Ávila la sensación cuando recorre zonas de palma es la de estar en un “desierto del silencio donde ya no hay ruido al amanecer”. Él ha caminado la región durante años y dice haber visto cómo ese cultivo ha cambiado las dinámicas de la flora, la fauna y de las comunidades.

Lee más | México: comunidades demuestran que es posible vivir del bosque y, al mismo tiempo, conservarlo

Las personas que antes vivían de sus cosechas y los productos que les ofrecía la selva —explicó el especialista— ahora esperan con ansia la fecha en que los dueños de las fábricas pagan a los palmicultores y estos, a su vez, reparten los sueldos entre sus empleados jornaleros.

El investigador coincide con Antonio Castellanos: la principal falla está en el hecho de que el cultivo ha sido introducido como monocultivo. Y de acuerdo con la publicación especializada, Gloobal, “las miles de hectáreas de palma africana implican no solo mantener la deforestación sino aumentar el CO2 e incrementar la contaminación del agua con agroquímicos en las regiones de alta biodiversidad, como las regiones de la biosfera (de Montes Azules) y la selva Lacandona”.

Rafael Lombera, poblador en Boca Chajul, muestra los plantíos de palma africana en el ejido. Foto: Moysés Zúñiga Santiago.

3.Realidad que contradice el discurso

Según el Banco de México, el país importa cerca de 462 000 toneladas de aceite de palma al año, lo cual equivale al 82 % de la cantidad que consumen sus industrias. Por lo tanto, se requieren 200 850 hectáreas produciendo para poder abastecer de aceite al mercado interno.

Las condiciones están puestas para que el cultivo avance porque hay programas que impulsan la siembra de palma africana en los gobiernos estatales, en el gobierno federal y en fondos extranjeros.

La investigadora del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), Bárbara Linares Bravo, conoció a fondo la reconversión productiva con la llegada de la palma africana al Valle de Tulijá, en el norte de Chiapas. Ella observa un fuerte cambio que está erradicando las costumbres productivas y de autoconsumo con la llegada de los apoyos internacionales y nacionales para propagar el cultivo de palma.

Frutos de Palma Africana. Foto: Moysés Zúñiga Santiago.

“La expansión de este cultivo, paradójicamente, en contraposición al discurso de desarrollo sustentable que le justifica, incrementa las contradicciones sociales y ambientales”, señala Linares Bravo.

El avance de los cultivos de la palma africana en la selva de Chiapas se desarrolla bajo tres compromisos adquiridos por el país con actores internacionales. Uno de ellos es el Proyecto Mesoamérica, con 10 naciones adheridas (Belice, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, República Dominicana, Colombia, Panamá y México) y su Programa Mesoamericano de Biocombustibles, dentro del cual México estableció su programa de reconversión productiva.

Además, México tiene 10 plantas extractoras de aceite de palma; siete están en Chiapas y todas son privadas. Alrededor de ellas los productores se organizan y hacen lo necesario para “limpiar” sus tierras y pasar de ganar —por ejemplo— 5000 pesos (277 USD) mensuales por el total de su cosecha de maíz sembrado para venta y consumo, a recibir hasta 35 000 (1862 USD) cada mes por el monocultivo, según el testimonio de José Baldovinos, palmicultor de Boca de Chajul.

Jose Baldovinos sostiene que la palma los ayudará a salir de la pobreza. Foto: Moysés Zúñiga Santiago.

4.Deforestación hormiga

Baldovinos ha sembrado con palma africana 27 hectáreas en las inmediaciones de Boca de Chajul y está listo para sumar otras seis. Este cultivo permitió enfrentar los gastos médicos que tuvo cuando dos de sus parientes se enfermaron de gravedad.

Como miles de habitantes de Marqués de Comillas y la región selvática, Baldovinos llegó desde Michoacán en 1972 en una avioneta que aterrizó en algún camino rural o simplemente en un claro entre la vegetación. “Aquí era pura selva, pero ha ido cambiando drásticamente”, recuerda.

En los setenta, dentro de los ejidos, comenzó la práctica indiscriminada de la ganadería y el cultivo de la palma africana. Proliferaron los “acahuales”, que son unos espacios de selva en los que los ejidatarios talan, esperan un par de años y después inscriben esas tierras en programas de financiamiento para la palma africana sorteando así el “obstáculo” de que hay selva. Talan para allanar el camino hacia el cultivo que les es redituable.

Una fuente del gobierno de Chiapas que pidió el anonimato contó a Mongabay Latam que actualmente la principal causa de deforestación en la selva es la tala de madera a manos de “empresas clandestinas” que trabajan de noche.

Es el avance hormiga de la palma en la región tropical que abarca la mayor parte del sur de México. De acuerdo con los testimonios recabados por Mongabay Latam, es así como han crecido los cultivos de la palma en Veracruz, Quintana Roo, Tabasco, Oaxaca, Guerrero y Chiapas (los estados con suelos propicios para la palmicultura) en terrenos de ganadería, pastizales, “acahuales” o sitios selváticos deforestados clandestinamente.

Plantación de Palma Africana en Boca Chajul, ubicado en la frontera con Guatemala, Selva Lacandona, Chiapas. Foto: Moysés Zúñiga Santiago.

5.Salida para pobladores

La palma africana, según el testimonio de Rafael Lombera y de José Baldovinos, es el cultivo que ofrece la oportunidad de salir de la pobreza a todos los campesinos dueños de pequeñas porciones de tierra que están aumentando exponencialmente sus ganancias.

Baldovinos ha sido agricultor más de 65 años y solo hasta ahora logró la tranquilidad económica. Gana 30 000 pesos al mes sin mayores esfuerzos cuando el resto de su vida trabajando otros cultivos como frijol, maíz o chile, lograba una mínima parte con esfuerzo máximo.

La ecuación es simple: en el programa de Pago de Servicios Ambientales el gobierno mexicano paga 300 pesos al año por hectárea de selva (en 2017) y una hectárea sembrada de palma en edad productiva genera una ganancia de 100 000 pesos al año.

Rafael Lombera muestra un juego de lotería en sus manos en el que figuran las fotos de animales. Foto: Moysés Zúñiga Santiago.

Rafael Lombera, que es ejidatario en un tramo selvático manejado entre más personas, asegura que “la gente se está desesperando y está talando la selva para sembrar palma”.

Es una lógica que recorre la región selvática de Chiapas que se extiende a lo largo de la frontera con Guatemala, donde se encuentran predios que suman hasta 4000 hectáreas que surten a la fábrica de la empresa Aceites Sustentables, según cálculos de los investigadores.

Y en territorio mexicano también hay productores que acaparan hasta 1000 hectáreas o pequeños propietarios que apenas comienzan —como don José en sus inicios— a acumular sus primeras extensiones de tierra. “Así se va cambiando de la selva a la palma”, dijo don José Baldovinos, dueño de una de las casas más amplias del pueblo.

“El futuro es la palma”, lamenta Rafael Lombera, con un juego de lotería en sus manos en el que figuran las fotos de animales y vegetales tomadas por él mismo dentro de esa espesura de selva que se levantaba frente a él del otro lado del río Lacantún.

Imágenes: Moysés Zuñiga

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¡Alerta monocultivo! : Fuentes de agua contaminadas con agroquímicos en la zona norte de Costa Rica

Por: David Cascante Rojas-MAIZ Costa Rica

Durante el pasado mes de junio, autoridades de salud clausuraron siete fuentes de agua que abastecen a aproximadamente 5000 personas de varias comunidades de Pital de San Carlos, en la zona norte de Costa Rica. La medida fue tomada luego de que varias muestras de agua mostraran la presencia del agroquímico llamado Bromacil, un herbicida sumamente nocivo para la salud, utilizado en la producción de piña,  monocultivo implantado durante los últimos 30 años en la zona, por empresas transnacionales que operan bajo la lógica de la economía de enclave, dejando como resultado una serie de impactos sociales y ambientales negativos, que en balance están muy lejos de ser sopesados por los prometidos beneficios económicos para los vecinos de esta zona y otras partes del país.

Durante las últimas semanas, posterior a  la clausura del acueducto,  el acceso a agua potable de estas comunidades se ha visto seriamente afectado, con suspensiones constantes, algunas tienen que ser abastecidas con camiones cisternas y las escuelas tuvieron que suspender las lecciones a causa de la escasez del líquido.

Las denuncias fueron efectuadas, se tienen pruebas contra los presuntos responsables, las quejas de los vecinos aumentan, pero las expectativas de que se haga justicia sobre el caso son muy pocas, pero sobre todo lo más preocupante del asunto, es que las medidas tomadas hasta ahora,  han  sido para atenuar el problema inmediato del abastecimiento de agua, dejándose de lado la discusión sobre el problema de fondo y las posibilidades de proponer las alternativas desde las comunidades. Los intereses económicos en juego son muchos y como es de esperar, las preguntas sobre otros modelos quedan de lado.

Por más que se quiera evadir la discusión, no cabe pensar en este grave hecho, como una suerte de accidente aislado,  sin repercusiones futuras para estas comunidades y mucho menos sin que la memoria histórica de Costa Rica y  otros países de América Latina, haga énfasis en experiencias pasadas y las consecuencias aun sufridas, con el enclave de monocultivo extensivo, experimentado en la región desde inicios del siglo XX con la Unided Fruit Company y el vasto imperio establecido en lo que denominó las “banana republics”.

A pesar de todo, las reacciones populares ante los efectos ocasionados por este monocultivo ya empiezan a manifestarse en esta región del país, como el caso del municipio vecino de Los Chiles, en donde por decisión unánime, el consejo municipal establece una moratoria para la apertura de nuevas fincas dedicadas a la producción de piña.

GRÁFICOS DE REPUDIO AL XVI CONGRESO MUNDIAL FORESTAL DEL FAO

En ocasión del XIV Congreso Mundial Forestal, organizando por la FAO en Durban, Sudáfrica, entre los días 7 a 11 de septiembre, nosotros, integrantes de la Red Latinoamericana contra los Monocultivos de Árboles (RECOMA), junto con diversas organizaciones sociales, estamos divulgando esta nota de repudio para manifestar nuestra indignación con la forma errónea y excluyente como la FAO está organizando, otra vez, una edición de este Congreso.

La RECOMA es una red que cuenta con representantes de organizaciones de varios países latinoamericanos cuyo objetivo fundamental es intercambiar información y articular actividades para denunciar y oponerse a la expansión de monocultivos forestales a gran escala en América Latina por sus graves impactos sobre comunidades locales como la violación de derechos territoriales, la destrucción de fuentes de agua y la sustitución de áreas de producción de alimentos.

 

Palma africana: Denuncias, demandas y un Estado sordo

El informe de la Inspectoría no registra si las prevenciones fueron cumplidas. Pero sí menciona que la cantidad de dinero no pagada a los trabajadores por concepto de salario mínimo, alcanzó en esas inspecciones la cantidad de Q14.96 millones.

Las denuncias en contra de algunas empresas palmeras por motivos ambientales y laborales no han cesado desde 2012. El caso de Repsa, en el río La Pasión, es sólo el último y el que más impacto mediático ha tenido, pero hay más casos. Pese a las denuncias, demandas y presiones internacionales, ni el Estado ni las empresas dan respuesta o muestras de darse por aludidos.

Por Rodrigo Véliz
Centro de Medios Independientes, Guatemala

Los vecinos dijeron que los peces del río estaban muriendo. Acusaban a la empresa palmera. Cuando hacía mucho sol y durante el verano, las viviendas se llenaban de moscas. La peor parte la llevaban los animales domésticos, cerdos y algunas vacas, decían. Las moscas les generan picazón, y el roce con la corteza de árboles o el suelo buscando alivio les provoca la caída del pelo. Algunos animales enferman ante las plagas, y las pérdidas afectan la dieta de los comunitarios de Ixcán, Quiché.

El olor también era un problema. La pestilencia de los desechos de la planta extractora de palma africana, agudizada por el calor de las tierras bajas, era insoportable cuando llegaba la noche.

Esa era la queja de los alcaldes auxiliares y los Comités de Desarrollo Comunitario (Cocode) de la microregión V del municipio de Ixcán, a inicios de diciembre de 2013. La denuncia es muy similar a los relatos que se escuchan año y medio después en el municipio de Sayaxché, Petén, donde la empresa Repsa es señalada por comunitarios y organizaciones ambientales de contaminación y de ser responsables del desastre ecológico ocurrido en el río La Pasión.

Los representantes de la microregión V dirigieron esta denuncia a la empresa Palmas del Ixcán, cuya planta extractora colinda con el río Jute, un afluente del río Chixoy. La empresa contestó con otra carta, 10 días después, el 13 de diciembre de 2013. En ella se lee textualmente: «Respecto al medio ambiente (moscas y río), reconocemos que hay un problema ocasionado por un accidente dentro de nuestras instalaciones de planta extractora».

Odilsar Cardona, encargado de asuntos laborales y administrativos de Palmas del Ixcán, reconoce, en una entrevista con CMI y Plaza Pública, que en efecto, tuvieron un problema. “Se reventó un tubo de aguas, y en el proceso se salieron los residuos. La intensa lluvia que cae por las noches en Ixcán hizo que esos residuos fueran arrastrados al río”. La respuesta de la empresa, asegura Cardona, fue inmediata. Ubicaron unos filtros para que, si volvía a ocurrir un rebalse, el agua residual al menos cayera filtrada. Dice que el problema duró “dos o tres días, máximo”. Asegura, con una voz firme que nunca más volvió a suceder algo similar.

En mayo de este año varios representantes de los municipios de Chisec, Fray Bartolomé de las Casas, Ixcán, y Sayaxché, realizaron una conferencia pública en el centro de la ciudad de Guatemala. Su objetivo era solidarizarse con lo que pasaba en las comunidades de Sayaxché, y enfatizar lo contrario a lo que Cardona asegura: Los problemas de la producción y extracción de palma son iguales en todas las regiones. Y, en el caso de Ixcán, no han cambiado desde 2013.

“Nosotros dependemos de los ríos por la falta de agua entubada. Las plantas extractoras afectan desde 2013 en el río Limón, en el río Jute, en río San Ramón. En todos esos lugares hay muertes de peces y proliferación de moscas”, dijo Margarita Osorio, representante de organizaciones de mujeres de Alta Verapaz, durante la conferencia. Y el representante de Ixcán, donde se encuentra la extractora de Palmas del Ixcán, afirmó: “Así como se dio en Sayaxché, así se sigue dando en nuestra región. Hemos puesto denuncias a nivel local, departamental y nacional. En el Ministerio Público, el Ministerio de Trabajo y en el de Ambiente. Y hasta ahora, no ha habido respuesta”. En el documento de 2013, las autoridades del Ixcán mencionaba el problema ambiental como uno entre otros de varios tipos: resaltaba sobre todo el laboral, y la incapacidad del Estado por hacer valer las leyes.
La primera visita del Ministerio de Trabajo

El 27 de febrero de 2012 en la delegación de San Benito, Petén, se reunieron inspectores de la Inspectoría General de Trabajo (IGT) del Ministerio de Trabajo, organizaciones campesinas, de derechos humanos, Cocodes de la región, y tres miembros de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas (OACNUDH). El objetivo era planificar una serie de visitas a las empresas de palma africana del municipio: Reforestadora de Palma (Repsa), Tikindustrias, Palmas del Ixcán, y Empresa Nacional Agroindustrial (Naisa).

La reunión se realizó en respuesta a una denuncia que algunas autoridades comunitarias realizaron ante el anterior Procurador de Derechos Humanos, Sergio Morales, por un conflicto de derecho de paso. Las comunidades se quejaban de haber quedado sin acceso a las carreteras estatales. A su alrededor solamente queda palma. Miles de hectáreas de palma.

Las visitas se hicieron desde la mañana del día siguiente, el martes 28. A las 8.30 de la mañana salió la comitiva desde Sayaxché. Casi 50 minutos después, llegó a las comunidades Las Pacayas y Las Arenas, donde a unos metros se encuentra la empresa Tikindustrias, según quedó plasmado en los informes que redactó el Consejo de Desplazados de Guatemala (Condeg).

En otro informe de ese día, escrito por la inspectora de la IGT, Emma Castillo Barrera de Morataya, se detallan las violaciones de la empresa Tikindustrias al Código de Trabajo. De una lista de 38 aspectos a tomar en cuenta, Tikindustrias no cumplió con 20. Doce no aplicaban, cumpliendo solamente con seis: las instalaciones cuentan con ventilación, iluminación electricidad, pasillos despejados y extinguidores. Todos aspectos importantes en las oficinas de la empresa.

En los cultivos es otra la realidad. Allí los resultados no fueron positivos: Tikindustrias, según se lee en el informe, no cuenta con contratos individuales, constancias de pagos, libros de salarios, planillas del IGSS, reglamento interior de Trabajo, boleta de informe patronal, no se cumplen las jornadas de trabajo, el descanso semanal, no hay días de asueto, vacaciones, horas de lactancia, licencia por maternidad, se paga por debajo del salario mínimo, y no se reciben bonificaciones ni aguinaldo.

Esa fue la primera vez que el Ministerio de Trabajo visitaba la empresa para una inspección, según dejó dicho OACNUDH en el informe de la Condeg.

Tikindustrias se inscribió en el Registro Mercantil en 2004, y un año después se instaló en el municipio de Sayaxché, al norte de la Reserva Biológica San Román, y al sur de los sitios arqueológicos Dos Pilas y Aguateca, en la antigua finca El Arenal. Tikindustrias, según una investigación de ActionAid, es de los mismos dueños del Ingenio El Pilar, la familia Weissenberg (Campollo y Ossaye).

Las visitas al resto de empresas palmeras fueron frustradas. Ninguna de las tres restantes permitió que la comitiva ingresara, como consta en esta acta de la IGT para la empresa Palmas del Ixcán.

(…)

La demanda que hizo todo visible

Las denuncias por abusos laborales y los paros de carreteras, trascendieron las fronteras nacionales. En noviembre de 2014, Estados Unidos decidió terminar con la espera que tenía para demandar al Estado de Guatemala. Con poco eco en la prensa local, Washington señaló al Estado de Guatemala de violar el artículo 16.1.2 del Tratado de Libre Comercio de la región (Cafta-DR, por sus siglas en inglés).

Guatemala es acusada de no tomar medidas para hacer valer el Código de Trabajo de manera recurrente y sostenida a lo largo del tiempo, afectando de esta forma el comercio entre las partes: los empresarios guatemaltecos señalados estarían compitiendo de manera desleal, ya que ahorrarían costos al no cumplir la legislación laboral. Y el Estado sería responsable de esto. Si se perdiera el caso, Guatemala tendría que utilizar Q120 millones para solucionar sus problemas de fortaleza institucional de cumplimiento de legislación laboral. Cuatro de las principales palmeras (Naisa, Repsa, Palmas del Ixcán y Tikindustrias) están en el listado de empresas que no cumplen derechos laborales.

La estrategia de Guatemala ha sido es atacar cuestiones formales para que el fondo (en este caso las violaciones a los derechos laborales) no sea abordado. El argumento se centra en la manera de interpretar el artículo 16.1.2, en el poco tiempo para presentar los escritos, en la forma que se presentan las pruebas, en el carácter anónimo de los relatos de testigos, en que el resto de pruebas documentales son ilegibles, o que ciertas instituciones no pueden ser parte del debate. Pocas veces se debate sobre el problema principal, la violación al Código de Trabajo y la escasa regulación del Estado. Y cuando éste finalmente se plantea, se dice que las cuatro empresas señaladas -las cuatro más grandes del país- no son representativas de todo el sector palmero.

En octubre de 2014, como respuesta al pacto firmado por el gobierno y las empresas palmeras, comunidades, trabajadores y organizaciones sociales presentaron otra denuncia ante el Ministerio de Trabajo en contra las mismas cuatro empresas señaladas en el informe de Estados Unidos. Y las demandas son las mismas que se escuchan desde 2012: bajos salarios, falta de contratos, negación a acceso al Seguro Social, exposición a químicos tóxicos, despidos injustificados, y otros.

Firmando de recibido están todas las empresas señaladas, también el IGSS, el Ministerio de Trabajo, el Procurador de Derechos Humos, y la gobernadora de Petén. Cardona, de Palmas del Ixcán, dice que sólo es una denuncia, no una demanda. Y que está basada en generalizaciones, que todo es mentira.

Nueve meses después, según los comunitarios y la PDH, la denuncia no ha tenido ningún seguimiento.

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